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miércoles, 18 de marzo de 2009

Autoconsulta al mazo viviente


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Empecé como terminé: algo preocupado.
Tras dos experiencias con Tati y el Mazo Viviente, habíamos determinado que efectivamente, algo ocurría, y algo bastante fuerte.
Las experiencias en detalle hasta esa fecha serán objeto de otro texto, pero alcance con decir que representantes, representados y testigos teníamos certeza objetiva de haber experimentado durante las sesiones un flujo de sentimiento intenso, por momentos sobrecogedor.

Y habíamos decidido lanzarnos con Tati al mercado, haciendo sesiones aranceladas.
Pero nos faltaba experiencia propia, y no teníamos donde buscarla: somos los únicos que hacemos esto.
Así que sólo quedaba el camino de la autoconsulta.

Armamos para esto un encuentro con amigos, previsto para un sábado, y estuvimos un par de semanas preguntándonos qué consultar. Cuál sería la temática y la forma de aproximación más adecuada para tan inusual ocasión.

El lunes de la misma semana, en terapia, tengo una visualización donde me encuentro llenando con todo tipo de objetos una inmensa bolsa, demasiado grande para cargarla uno por todos lados, pensaría más tarde, y dándosela a mi “guía”.
El desarrollo de la figura del guía fue uno de los puntos conflictivos en terapia. Alcance hoy con decir que terminé aceptando la idea, y que hoy considero al guía como un equivalente del Inner Self.
Tras entregar a esta figura esa bolsa gigantesca, experimenté una sensación de vacío que ya conocía de otras sesiones, y tenía identificada con el efectivo abandono o liberación de estructuras psicológicas.
La liberación siempre tiene, al principio, esta sensación de vacío.
A esta altura, es casi un reflejo no intentar llenar ese vacío con nada, y esperar lo más equilibradamente posible a que se llene por sí mismo.

Pero esta vez, me dió una idea de qué consultar el sábado siguiente, y me pareció hasta adecuado remachar algo tan poco natural para mi, tan contrario a la dirección tradicional de mi vida.
Así que decidí trabajar a través del mazo el profundizar la entrega de las riendas de mi vida a mi Inner Self, abandonar el intento del controlar el devenir desde la mente conciente.

Tenía dos o tres motivos para estar asustado.
Uno era el tema en sí mismo, con la eterna preocupación de que “si no me ocupo yo-mente-conciente de mis cosas, ¿entonces quién?”. Prefigurar semejante acción en mi subconciente, como creo que efectivamente trabaja el mazo viviente, era todavía una acción contraria a mis reflejos adquiridos.
Otra era la posibilidad de error: sería la tercera vez que coordinara este tipo de trabajo, y lo hacía justamente para obtener experiencia. Era totalmente posible cometer errores tontos, por inexperiencia.
Y no hay ninguna clase de manual para esto: me toca a mí escribirlo, probablemente.
Finalmente, lo que más me preocupaba era que la posibilidad de error se veía acentuada por un factor que no sabía cómo jugaría: la somatización inmediata de los representantes y su posible reflujo sobre mi.

La idea base, recordemos, es que por un mecanismo aún desconocido e inexplicado, pero ampliamente experimentado en terapia gestáltica y de constelaciones familiares, una persona puede pedir a otra que represente una parte de un sistema propio: en gestáltica se suele pedir a varias personas que representen diferentes órganos de una misma persona (estómago e hígado, pulmones y riñón, por ejemplo) que es el sujeto que “trabaja” en términos terapéuticos. En constelaciones familiares el sujeto pide a los otros que representen figuras de su historia familiar (padre, madre, o roles más abstractos como “la violencia en mi familia”). En esta dinámica una persona, el “consultante” pide a otros que representen las cartas de tarot (sólo Arcanos Mayores del Mazo Rider) que saldrían en una hipotética lectura de cartas.
Más detalles, acá.
Regularmente, las personas que representan experimentan sensación y emoción vinculadas a la historia de la persona que consulta. Y, de alguna manera, por este mecanismo inexplicado, esto revierte a largo, corto y nulo plazo, sobre el consultante, permitiendo teóricamente que la evolución y armonización de las relaciones que se manifestaran entre las cartas, se reproduzca en el consultante.
Lo que me asustaba era lo de “nulo plazo”.

En una de las experiencias previas Marcela, consultante, contó al terminar que, mientras se efectuaban los movimientos de las figuras dentro de la constelación de cartas, ella experimentó sensaciones fuertes de cambios de temperatura y contracturas súbitas, tan dolorosas que llegaron a hacerla temer un desgarro en el hombro.
Santiago, representante, manifestó mareo, pérdida de orientación y reducción de la lucidez.
Varios otros representantes tuvieron taquicardia y sensaciones de ahogo, hasta que se consiguió en todos los casos, mejorar la relación entre las cartas representadas y la sensación general se alivió.

“Si llego a experimentar algo así en el momento de tener que tomar una decisión, es bien posible que no lo haga bien”, me planteaba.
“Y si además, entre el miedo al abandono y el miedo a la experiencia puntual que tengo, se proyecta esto sobre los representantes, es seguro que el sistema entero sienta miedo. Si eso revierte sobre mi, multiplicado por siete representantes... de rulos así están hechos los ataques de pánico”, pensaba y, si bien nunca fui propenso, en este caso me parecía un riesgo probable.
Confio plenamente en Tati, pero la idea constantemente es copilotear, y alcanzaba, sin ir tan lejos como el ataque de pánico, con que experimentara un mareo ó pérdida de lucidez, para que mi capacidad de tomar decisiones adecuadas cayera a pique, y la dejara sola al mando.

Afortunadamente no ocurrió: debe haber alguna clase de válvula o circuito de seguridad que cerró el retorno de sensación, porque no sentí nada de lo que sintieron mis representantes.
Ni siquiera cuando me equivoqué de la manera más tonta posible.

Dado que no confiaba en mí mismo para elegir representantes sin sesgo de intención, cerré los ojos mientras Tati los distribuía por el espacio. Luego recorrí a ojos cerrados, tomando a quienes me tropezaba y numerándolos.

Al abrir los ojos, resultó que Ceci, la persona que hubiera elegido para representarme en la lectura había sido la primera con que tropecé. De haberlo hecho a ojos abiertos probablemente habría pensado que estaba tratando de forzar las cosas y me hubiera obligado a elegir a otra.
Al colocarla en su lugar, descubrí que la carta que se había colocado era El Mago, la figura que hoy día pienso que representa, dentro del mazo, al Inner Self.
Me pareció un buen augurio.
En la posición de “lo que influye directamente” estaba Merlina, con El Sacerdote. Asumí que simbolizaba directamente mi permanente hablar y hablar y explicar todo, incluso lo que no entiendo.
Ceci se sentía bien pero un poco débil, y Merlina sentía la necesidad de protegerla.
“Interesante” pensé, “pero bastante cercano a lo que quiero que deje de pasar”
En la posición de “lo que cruza” estaba Analía como El Sol.
En la posición de “el mejor curso de acción posible”, La Fuerza, representada por Viviana.
Seguían pareciendo buenos augurios, aunque Viviana dijo sentirse “lejos”.

En la posición de “lo que está detrás”, Luciano, con Los Enamorados, que manifestó en sus propias palabras “un regodeo perverso en que las demás cartas estén en conflicto”. Todavía le estoy buscando la vuelta para entenderlo, creo que apunta a mi relación con mi madre.
Por delante, Iris con La Estrella, y una sensación de ahogo en la garganta, que mejoró durante la sesión pero no se fue.
En la base, el lugar donde el consultante está parado, Marcela con El Emperador.
“Absolutamente cierto”, pensé.”Y otra vez, exactamente lo que busco dejar de hacer”. Imperar.
El Sol se sentía perfectamente bien, pero alejado de todos y sin conexión.
“Los veo a todos como ahí abajo”, expresó.

Tras un rápido testeo de relaciones y estados, sugerimos a Ceci que planteara al Sacerdote “me vas a acompañar hasta que tu función se acabe”. Ambos estuvieron de acuerdo, aunque les dió cierta tristeza pensar en el fin y la separación.
A Luciano, en cambio, le pedimos que le dijera “ya no tenés influencia sobre mi”.
Luciano se sorprendió un segundo y dijo “mierda, es cierto”.
Entre un movimiento y otro, fuimos acercando e integrando en la constelación a La Fuerza, que se sintió bien en todas las posiciones en que la pusimos, y cambiando al Sacerdote de lugar.

En cierto momento, más que nada por alejarlo del Mago para ir diluyendo su influencia, y sin querer ponerlo ni en el pasado ni en el futuro, lo pusimos al lado del Sol, teniendo yo en mente la vaga idea de que “se entretenga dando algo de estructura y discurso a la luz”. Al Sol no le molestó en absoluto. De hecho, no parecía posible que algo lo molestara: siempre que le preguntamos cómo se sentía, decia “bien”, y hacía un gesto con la mano que sugería una órbita tan acertada y justa que fuera inamovible por poder universal.
Merlina se sintió en principio bien, e inmediatamente agregó “pero me apareció una sensación de contractura en los hombros, como un peso”.
Lo asumí como el peso de su función actual, acentuado por el momento, y me concentré en la Fuerza.

Decidimos arriesgarnos al movimiento más ambicioso posible, que es mandar a la carta que aparezca en el lugar de “el mejor curso de acción posible”, a la base.
En este caso a La Fuerza, el lugar del Emperador.
Sonaba perfecto.

Al colocar a Liliana en la base e interrogarla acerca de su sentir, dijo con sorprendente claridad: “la palabra que me define es “soberania”: en cualquier lado que me pongan voy a estar bien. Yo estoy acá en todos lados, en todos ellos, los circulo y contengo a todos, estoy en todos. En cualquier lado estoy bien”.
Algo shokeados por una declaración tan contundente, decidimos dejarla en compañía del Emperador, a ver qué tal se llevaban. Marcela manifestó cierto recelo y curiosidad simultáneos, pero se bancaba compartir el espacio.

Y en eso, de modo absolutamente imprevisto, Merlina rompió a llorar.
Inconsolable.

Al preguntarle qué le pasaba, sólo podía decir “no sé, pero me siento muy mal”.
Tati no tuvo mejor idea que mandarme a buscar karilinas. “Están sobre la cómoda”.
“¿Justo yo?” le digo, pero si, no había otro que conociera la casa, así que fui.
Al volver, ya Tati había separado un poco a Merlina, y para nueva sorpresa, Viviana dijo en voz alta y vibrante: “Yo sé lo que le pasa”.

Y explicó, en tono un poco de urgencia y un poco de reproche: “Ella (hablando del sexo de Merlina, ya que no de su carta), es un ser humano, una persona. El (señalando a Analía con la carta de El Sol), no”.
“Pretender que se ponga a su altura, solamente intentar que se ponga al lado, es una exigencia que no puede cumplir, y la hace sufrir”.
Me pareció tan cierto que no entendí porqué no lo habia visto antes, y me hizo aparecer en la mente una imagen: todas las cartas ahí, incluso las solares como El Emperador, estaban representando aspectos humanos. Cosa lógica, asumiendo que eran proyecciones de mi propio subconciente.
Excepto la Fuerza, que estaba representando la porción de mi que corresponde a la fuerza vital más elemental y básica. Por eso estaba en todos los representantes, obviamente: porque está en todo mi ser. E incluso, dado que la fuerza vital, el chi, el prana, no es patrimonio mío sino de todo lo viviente, esta manifestación tenía características de ser no sólo proyección de algo mío, sino de algo más universal, algo que me trascendía de manera horizontal, saltando de mi a mis vecinos, y a todo lo que se pose sobre el mundo. Es, en este sentido de exceder en forma horizontal mis límites y atravesar y unificar la frontera de mi ser con la del resto de los seres viventes, extrahumana.
Y esta naturaleza dual, de estar al mismo tiempo en cada uno y en todos los individuos, le permitía tener una doble perspectiva, acerca de lo humano y lo extrahumano, que le permitía ver con claridad lo sobre humano y su distancia, y el desacierto de intentar colocar al Sacerdote, mi pequeña capacidad de chamuyar, a la par del Sol...
Devolvimos a Merlina a su lugar al lado del Mago, y se sintió mejor. Todos se sintieron mejor.

Excepto el Emperador que, tras una larga exposición a la Fuerza, y en base a las mismas ideas, supongo, en cierto momento dijo claramente, aunque muy turbado: “siento que no tengo ya más nada que hacer acá”. Así que lo pusimos mirando fuera del grupo para excluírlo del sistema, a lo cual todos, nuevamente, suspiraron aliviados y manifestaron sentirse mejor.
Era un buen lugar y momento para terminar el trabajo, así que ahí quedamos.
Al rato, me maravillaron dos cosas.
Una era no haber sentido absolutamente nada, ni siquiera cuando Merlina se largó a llorar.
La otra era entender, o creer que entiendo, perfectamente, de dónde y cómo salieron todos los factores humanos que participaron: mi tendencia a la imposición autoritaria y caprichosa, a la explicación y la demostración extrovertida de conocimiento, mi Inner Self, mi sexualidad inmadura y conflictiva, e incluso el extrahumano de La Fuerza, pero...

... ¿qué hacía el Sol, en mi cabeza?.

8 comentarios:

  1. Rogelio... un poco tarde la vi, pero... qué experiencia! me recuerda vagamente a lo que te conté en la Fiestarot en Coghlan sobre el trabajo corporal... muy bueno! y me parece también muy interesante este abordaje...
    Ya en algún momento se dará que sigan con el taller literario... pero al menos subí textos así que valen la pena!
    éxitos!!!

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  2. "mi tendencia a la imposición autoritaria y caprichosa"
    Esa fue exactamente mi primera impresión cuando te consulté sobre el proyecto Tarot colectivo.
    No lo digo de mala onda.Me llama la atención que esto que hicieron diese tan buenos resultados.

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  3. Igual me intriga como habra sido esa charla...

    Por otro lado, el caracter de nadie es obstaculo para que estas dinamicaas se realicen: si asi fuera, pocos podrian usarlas.

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  4. Me molestó mucho que me dijiste que la próxima reunión era como en 15 días y hasta ese momento yo no me iba a enterar de nada.
    Y curiosamente ahora leo esto en otro de tus posts : "Este aspecto de mi naturaleza es el que intenta permanente que la vida se adapte a una agenda, a una planificación intelectual cuyo peor problema es que no sólo es totalmente rígida, sino que es muy rápida y sencilla de hacer"
    A mi me gusta mucho Jung, y siempre me intrigó que es lo que se puede hacer con eso.

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  5. Sigo sin imaginarme como fue ese dialogo, pero bueno... mas alla de ser yo caprichoso o neurotico (que no niego ninguna), no estoy todo el año a disposicion de cualquiera al que se le ocurra que "ahora quiere participar".
    Hay rondas de entrega justamente para poder atender a todo el mundo sin que mi vida se vea hecha un caos por tener que coordinar con las ya mas de 200 personas que se fueron incluyendo en el proyecto, exitosamente o no.
    Lo de que "hasta entonces no te vas a enterar de nada", no me suena frase mia: suelo en vez de eso dar los links en los que se cuenta la forma de participacion e inclusion.

    Pero de cualquier forma, es una frase cierta: una vez leidos los links se acaba lo que hay para decir por escrito, y cualquier aclaracion posterior solo se puede dar en persona y en la accion.
    Lo siento mucho si te molestó.

    Sobre las aplicaciones practicas de Jung... hay de todo: Alicia desarrolla un metodo propio, mezcla de las enseñanzas de su maestro de taoismo, de sus estudios academicos en Irlanda y de su propia experiencia, vital y profesional.

    Muchos tarotistas toman el material junguiano para interpretar los Arcanos del mazo.

    Hay seguidores de Reich, contemporaneo de Jung y tambien discipulo de Freud que intentan sintetizar los aportes de ambos en formas de trabajo fisico: donde quiera que escuches las palabras "Feldenkrais", "tecnica Alexander", "Orgonica", "Pierrakos", "Fedora Aberastury" y algunas mas que ahora olvido, vas a ver que no tarda mucho en salir Jung tambien, y que mucha gente intenta o logra aplicaciones practicas de sus ideas al campo del masaje, la gimnasia sensible o la educacion sensorial.

    Lo que tome para la factura del mazo viviente fueron basicamente las nociones de inconciente colectivo como deposito de simbolos universales -que parece validarse por la practica- y del signo como transformador de energia, esta ultima a modo muy tentativo y con resultados que aun no me satisfacen - en la aplicacion, porque la idea me sigue pareciendo genial.
    Entre los seguidores del blog figura Marcela Simonetti, si te interesa ver una tarotista de linea junguiana.

    Es asunto basicamente de meterse y tocar cosas.
    Con cuidado.

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  6. Perdon!!
    En "bases minimas" tenes tambien algunas ideas de lo que entiendo que hace Alix, algunas son aplicaciones practicas o derivaciones de ideas junguianas.
    Despues, esta el marco interpretativo que usa Ali, que me consta que es junguiano, pero es intransferible como todo saber apropiado.

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  7. ¡Gracias! Voy a hechar un vistazo...
    En realidad tenés razón.Vos fuiste correcto conmigo.Lo que digo fue una impresión subjetiva mía.Perecisamente por eso me sorprendió la coincidencia con lo que decís en el post.Y no me parece que seas neurótico.La prueba de que no sos neurótico es que el proyecto lo estás llevando adelante y ya hicieron un montón de cartas.
    Yo el autoritarismo lo ubico más bien en que veo trabajos individuales de cada dibujante.Como espectador no me da la sensación de algo colectivo.No veo que las cartas sean el resultado de una interacción entre los dibujantes.Pareciera que te manejás como si fuera una consulta de Tarot individual con cada dibujante y ahí eligen la carta.Por lo visto eso está funcionando muy bien.
    Igual yo me quejo pero la verdad es que lo que están haciendo ustedes me gusta y me entusiasmó a hacer mi mazo.Estoy haciendo uno basado en el marsellés en collage, con arcanos menores y todo ¡Me faltan el loco, el mundo y el mago!

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  8. Bueno... que alegría y alivio leer esto!

    Sobre la dinámica del proyecto y los resultados, es tal cual decís: la idea original, como herede el proyecto, era "cada carta hecha por un dibujante distinto".
    Al principio no me parecio practico, ni posible.
    Pero bueno, acá estamos. Tome mi rol originalmente de asesor, los eventos se sucedieron... acá estamos.

    Pero la propuesta original tiene como consecuencia obligatoria que si, tan colectivo no puede ser el asunto.

    Por eso tambien la obligatoriedad de la consulta en persona y el contacto con nuestra base teórica: para que provea la mínima base común posible en tanta heterogeneidad.

    Hubo momentos en que esta dinámica produjo resultados tan interesantes que dude de si sería o no posible, finalmente, tener una obra integral.
    Hoy dia, de vuelta descreo de esto, pero no quita que el resultado global sea, independientemente de util en terminos practicos, muy interesante y disfrutable.

    Retomando el hilo de aquella charla perdida: todavía tenes ganas de participar?
    Obviamente, por el tema de compartir base teorica, no podrias participar con lo que tenes ya hecho.
    Pero por ahi te interesa por otros motivos: la lectura de contraprestación, el intercambio de ideas sobre tarot, la modesta ventana que el proyecto da...
    Si seguis interesado, comunicate a muduriaga@hotmail.com, y seguimos charlando.

    Saludos!!

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