tag:blogger.com,1999:blog-22842267171811561712024-03-14T06:16:05.130-07:00Proyecto TC - Taller de Arcania... porque no hay magia sin empiria...Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-23892217323118348402011-10-24T16:35:00.000-07:002011-10-24T17:42:13.594-07:00La Rueda de la FortunaTardó, pero valió la pena.<br />Quiero decir: la pasé re bien colgando y haciendo otra cosa todo este año.<br />Porque Javi hizo lo suyo en menos de diez días, contundente como siempre.<br />Uno de esos espíritus de núcleo denso y superficie volátil.<br />Su visión del paso del tiempo.<br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEom0xUHs1wiBGHKwMtUF10RgmBz-8pVKqrHib0VlRzYUy2xIFJQDYgtz07UxFTisg5xIR2VvqP4kSN71rmxk7Z-KOZXEnfvL6Gq7cRH41fHYpaI51ZVMQu2YYrETXnVRiBC5rIV3mUH0/s1600/02-rueda-de-la-fortuna.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 161px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEom0xUHs1wiBGHKwMtUF10RgmBz-8pVKqrHib0VlRzYUy2xIFJQDYgtz07UxFTisg5xIR2VvqP4kSN71rmxk7Z-KOZXEnfvL6Gq7cRH41fHYpaI51ZVMQu2YYrETXnVRiBC5rIV3mUH0/s320/02-rueda-de-la-fortuna.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5667210488962723586" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlv8zQz8-N2JatO2fiBaMGl8hqK6Qw7VCC7HgAzQydDNxM0f-p7WdopwAaiC8a0yHyN9Dcqq8e2VZxjxwbUj0o1Gu-C_J2LTHgbZ-Rn-33yZwYpi5yMYV5bLGAedHtEovLwWrUKLwGyb4/s1600/La+Rueda+Rider.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 186px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlv8zQz8-N2JatO2fiBaMGl8hqK6Qw7VCC7HgAzQydDNxM0f-p7WdopwAaiC8a0yHyN9Dcqq8e2VZxjxwbUj0o1Gu-C_J2LTHgbZ-Rn-33yZwYpi5yMYV5bLGAedHtEovLwWrUKLwGyb4/s320/La+Rueda+Rider.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5667210481141521298" /></a><br /><br /><br /><br />Más de Javi, <a href="http://arquetipos-modernes.blogspot.com">acá</a>, <a href="http://estrictamentestetico.blogspot.com/">acá</a> y <a href="http://yamiquemeimporta-javo.blogspot.com/">acá</a> (y en <a href="http://www.facebook.com/pages/Javier-G%C3%BCelfi-Illustration/300629176630653">muchos lados más</a>, el tipo es una máquina).<br /><br /><br />Más de la carta, <a href="http://rogelioferreyra.blogspot.com/2011/10/arcano-mayor-x-la-rueda-de-la-fortuna.html">acá</a>.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-63686142715091608912011-07-15T06:09:00.000-07:002011-07-15T06:10:40.259-07:00Che, liméDejó de tener sentido mantener la producción en diferentes blogs.<br />Todo lo que se narra en este continuó <a href="rogelioferreyra.blogspot.com">acá</a> y fue posteriormente abandonado.<br />Pero hay más.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-9275771371833418672010-10-23T10:01:00.001-07:002010-10-23T10:03:50.728-07:00mudanza vieja<div style="text-align: center;">Hace mucho que me dio paja mantener más de un espacio actualizado. Todo sigue en </div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><a href="http://rogelioferreyra.blogspot.com/">rogelioferreyra.blogspot.com</a></span></div>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-5504564374282134342010-07-14T12:56:00.001-07:002010-07-14T12:57:35.747-07:00Sesión 01 07 2010Tras casi seis meses de pausa, me siento medio perdido y estancado, y arreglo una sesión con Alicia.<br />El día anterior tengo una charla con Luc, le cuento que me aburro, que estoy medio harto de todo.<br />Me pregunta espontáneamente “¿a vos lo lúdico te sale solamente cuando hay chicos cerca, no?”.<br />Con la claridad con que se ve lo que siempre estuvo ahí respondo, sorprendido, que si.<br />La idea me queda picando todo el día.<br /><br />El reencuentro con Alicia es un poco tenso, lo primero que hace es volver a criticarme, básicamente, todo.<br />Recuerdo que por esto me fui meses atrás. Pero en los últimos días vengo tomando overdosis de ginseng y, sorprendentemente, me pone de muy buen humor, así que consigo callarme hasta el momento de decirle que considere lo dicho como dicho, que no estoy de acuerdo y que lo dejemos de lado. <br />“Pero si no estás de acuerdo con esto, mi terapia no te va a servir de nada”, dice.<br />Le digo que tampoco estoy de acuerdo con eso, y que nada más probemos.<br /><br />Con la flexibilidad que la caracteriza, da inicio al trabajo.<br /><br />Lo primero que veo al entrar en trance es a mí mismo, desnudo, corriendo hacia una puerta tras la cual se ve aire libre y colores muy intensos. <br />Apenas la cruzo todo se convierte en un conjunto de colores muy, muy brillantes que giran, como un juguete de plástico visto desde demasiado cerca.<br /><br />Noto que hay más cosas iguales girando, pero no consigo abstraer la mirada lo suficiente para tener una perspectiva. La sensación que acompaña todo es de mucha alegría, mayormente, y una pequeña angustia simultánea por no lograr una panorámica.<br />La perspectiva me recuerda la de la visión infantil, con todo muy cerca, y me suena peligrosa.<br />Pero los colores son brillantes, y la sensación base es de mucha alegría.<br /><br />Las cosas de colores girando son una especie de parque de diversiones, se vuelve evidente.<br />Un Rogelio niño, también desnudo, está muy contento de verlo, y por un rato me abstraigo en eso, aunque la sensación de peligro por la falta de perspectiva sigue sonando como una alarma obsesiva a volumen mínimo.<br />De repente aparece una segunda sensación de disconformidad: está bueno quedarse, y no lo está.<br />También hay que moverse.<br /><br />Aparecen los pies de un Rogelio gigante, enorme, con la cabeza por las nubes, que tras un momento toma el parque de diversiones entero en sus manos y, sosteniéndolo cerca del pecho, se lo lleva tras las colinas.<br /><br />Entre todos los juegos de plástico brillante, hay un rincón hecho de carne violeta. El color es la indicación de un estado, una especie de angustia o depresión.<br /><br />Cuando Rogelio gigante apoya el parque de diversiones en su nueva locación, veo a Rogelio niño, contentísimo, con las manos en la cintura como un patrón de estancia. Disfruta por anticipado todo lo que va a jugar. Es totalmente cierto, pero la sensación de peligro no me abandona.<br /><br />Rogelio niño se lanza a jugar, corre, salta, aparece en todos los juegos casi a la vez. Sé que está en el máximo de alegría posible, pero su excitación me parece peligrosa, como cuando veo niños con exceso de coca cola en mac donalds.<br />Aparecen muchos más nenes, todos juegan en mi parque de diversiones. Todos corren, saltan, juegan totalmente olvidados de todo lo que no sea jugar y excitados al mango.<br />Una parte mía permanentemente espera el desborde: que se choquen, se caigan, se peleen.<br />Tanta energía y tanto movimiento no pueden existir en armonía.<br /><br />De esta preocupación se empieza a abstraer, a rezumar, un Rogelio de treinta años, también desnudo. No sé que onda, la desnudez, hoy. No me molesta, en todo caso.<br />Este Rogelio treintañero, exudado de la preocupación empieza a sentirse triste. Por el inevitable y seguramente cercano quiebre de la alegría.<br />Ve a Rogelio chico, que de repente convoca a todos los chicos del parque para decirles algo, proponerles un juego.<br />Se pone más triste, porque sabe que no va a funcionar: que no le van a hacer caso, o que le van a hacer caso y muy rápidamente se van a dar cuenta de que la propuesta carece de interés y gracia.<br /><br />Una imagen de Rogelio chico en la oscuridad, parcialmente atado al suelo por barro desde los pies hasta los hombros aparece enseguida. Sé que lo lastro, me identifico con Rogelio de treinta, descreído, y sé que lo lastro. Que mi falta de fe le pesa a Rogelio chico.<br /><br />Me amargo y me retraigo más aún, y aparezco, treintañero, enfurruñado y desnudo, sentado en el lugar violeta del parque de diversiones. Ese lugar era yo desde el principio, noto.<br /><br />Me doy cuente de que mi presencia es incompatible con la diversión: mientras yo esté, los chicos no van a poder divertirse. Rogelio chico no va a ser totalmente libre de abandonarse al juego y la alegría despreocupada.<br />Porque mi preocupación, y mi falta de confianza le pesan y lo coartan.<br /><br />Noto que no puedo cambiar de actitud. Deseo que todo fluya, pero simplemente no encuentro el lugar desde dónde cambiar mi actitud.<br />No puedo.<br />Me rindo.<br /><br />Recuerdo un Rogelio que tuvo que ser quemado por no poder abandonar, por estar anclado a un recuerdo irremediable.<br />Voluntariamente incendié la habitación donde había ocurrido eso en mi visualización, pero el Rogelio victíma de esa habitación no podía abandonarla.<br />Un fantasma encadenado.<br />Así que le prendí fuego a la habitación y lo dejé adentro.<br />A que muriera.<br />Si tu ojo izquierdo.<br /><br />Me asusté, dolorido, al recordar eso, pensando que tal vez debería hacerlo de nuevo.<br />No quería, pero tampoco quería ser el lastre ante la alegría de vivir de mis otras partes. Y no conseguía cambiar de actitud. Y no veía otra salida. Y no sabía cómo hacerlo, tampoco.<br /><br />Aparece Rogelio chico, muy sereno, frente a Rogelio treintañero enfurruñado, con el que sigo identificado. Soy yo. Con el diálogo mudo de las visualizaciones, Rogelio chico me cuenta, con una seriedad muy sencilla y dulce, que no esto no puede ser sin Rogelio grande.<br />No hay fiesta sin mí.<br />No puedo morir, no tengo que irme, ni transformarme, ni nada.<br />Nada más que estar.<br />Se lo ve tan serio, tan confiado. No está enojado de que le estropee la fiesta, no comparte mi falta de confianza. Confía en sí mismo, y extrañamente, en mí también.<br /><br />Está absolutamente sereno, en una pausa de su juego frenético, sin inercia: no hay agitación, no hay backlash por frenar su acelere, no hay tristeza ni impaciencia. Está totalmente centrado y seguro.<br />Es intocable, lo sé. Nada puede tocar ya a Rogelio chico.<br /><br />Me quedo, aferrado a mi desconfianza. No sé qué hacer, cómo dejar de ser un lastre.<br /><br />Y escucho, desde algún lado, a Rogelio gigante, con los pies en la tierra, la cabeza en las nubes y un ojo mirándonos por alguna ventana. Dice que él nos lleva, que nos sostiene a todos.<br />A todos: a todo el parque de diversiones, y a mi también.<br />A Rogelio enfurruñado también.<br /><br />La misericordia de la afirmación sopla como un viento a mi alrededor, me quedo quieto mientras veo a Rogelio gigante llevando todo, a Rogelio chico que se retira a esperarme y simultáneamente me acompaña, y me desidentifico de Rogelio enfurruñado.<br /><br />Y lo veo, pasando los segundos, aliviarse. Aburrirse de estar autoexcluído. Darse cuenta de que no es responsable de lastrar a nadie, y tampoco es responsable de sostener a nadie. Hay uno más grande, que lo sostiene todo. Y la culpa da lugar, en pasos sucesivos e instantáneos, al aburrimiento, a la curiosidad, a las ganas de ver qué pasa afuera.<br />Se levanta y sale, se acerca a los niños que juegan.<br />Se mezcla entre ellos.<br />Salgo del trance.<br /><br />Nos abrazamos con Alicia, no sé si piensa que esto sirvió, pero estamos contentos. Muy contentos.<br /><br />No quedamos en otro encuentro.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn7qep_uadc28nKaR7iWyib23Wz_5OE8-EXGEdsUqoQVGeNx-vNPBInOp9O5OcMmYcCsWKaKjobM_1I7MnDqG8oq8qZUXERctNTTzrQV9aw-fZohrtM5Qi2tIQ81T5Y5nkc9wGwHGAxXbu/s1600/Roger+mambo+II.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 384px; height: 286px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn7qep_uadc28nKaR7iWyib23Wz_5OE8-EXGEdsUqoQVGeNx-vNPBInOp9O5OcMmYcCsWKaKjobM_1I7MnDqG8oq8qZUXERctNTTzrQV9aw-fZohrtM5Qi2tIQ81T5Y5nkc9wGwHGAxXbu/s320/Roger+mambo+II.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5493834757489607634" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />Mi parque de diversiones visto por <a href="http://emepece.blogspot.com/">Sanx</a>.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-81840467948168647042010-07-14T12:56:00.000-07:002010-07-14T12:57:32.124-07:00Sesión 01 07 2010Tras casi seis meses de pausa, me siento medio perdido y estancado, y arreglo una sesión con Alicia.<br />El día anterior tengo una charla con Luc, le cuento que me aburro, que estoy medio harto de todo.<br />Me pregunta espontáneamente “¿a vos lo lúdico te sale solamente cuando hay chicos cerca, no?”.<br />Con la claridad con que se ve lo que siempre estuvo ahí respondo, sorprendido, que si.<br />La idea me queda picando todo el día.<br /><br />El reencuentro con Alicia es un poco tenso, lo primero que hace es volver a criticarme, básicamente, todo.<br />Recuerdo que por esto me fui meses atrás. Pero en los últimos días vengo tomando overdosis de ginseng y, sorprendentemente, me pone de muy buen humor, así que consigo callarme hasta el momento de decirle que considere lo dicho como dicho, que no estoy de acuerdo y que lo dejemos de lado. <br />“Pero si no estás de acuerdo con esto, mi terapia no te va a servir de nada”, dice.<br />Le digo que tampoco estoy de acuerdo con eso, y que nada más probemos.<br /><br />Con la flexibilidad que la caracteriza, da inicio al trabajo.<br /><br />Lo primero que veo al entrar en trance es a mí mismo, desnudo, corriendo hacia una puerta tras la cual se ve aire libre y colores muy intensos. <br />Apenas la cruzo todo se convierte en un conjunto de colores muy, muy brillantes que giran, como un juguete de plástico visto desde demasiado cerca.<br /><br />Noto que hay más cosas iguales girando, pero no consigo abstraer la mirada lo suficiente para tener una perspectiva. La sensación que acompaña todo es de mucha alegría, mayormente, y una pequeña angustia simultánea por no lograr una panorámica.<br />La perspectiva me recuerda la de la visión infantil, con todo muy cerca, y me suena peligrosa.<br />Pero los colores son brillantes, y la sensación base es de mucha alegría.<br /><br />Las cosas de colores girando son una especie de parque de diversiones, se vuelve evidente.<br />Un Rogelio niño, también desnudo, está muy contento de verlo, y por un rato me abstraigo en eso, aunque la sensación de peligro por la falta de perspectiva sigue sonando como una alarma obsesiva a volumen mínimo.<br />De repente aparece una segunda sensación de disconformidad: está bueno quedarse, y no lo está.<br />También hay que moverse.<br /><br />Aparecen los pies de un Rogelio gigante, enorme, con la cabeza por las nubes, que tras un momento toma el parque de diversiones entero en sus manos y, sosteniéndolo cerca del pecho, se lo lleva tras las colinas.<br /><br />Entre todos los juegos de plástico brillante, hay un rincón hecho de carne violeta. El color es la indicación de un estado, una especie de angustia o depresión.<br /><br />Cuando Rogelio gigante apoya el parque de diversiones en su nueva locación, veo a Rogelio niño, contentísimo, con las manos en la cintura como un patrón de estancia. Disfruta por anticipado todo lo que va a jugar. Es totalmente cierto, pero la sensación de peligro no me abandona.<br /><br />Rogelio niño se lanza a jugar, corre, salta, aparece en todos los juegos casi a la vez. Sé que está en el máximo de alegría posible, pero su excitación me parece peligrosa, como cuando veo niños con exceso de coca cola en mac donalds.<br />Aparecen muchos más nenes, todos juegan en mi parque de diversiones. Todos corren, saltan, juegan totalmente olvidados de todo lo que no sea jugar y excitados al mango.<br />Una parte mía permanentemente espera el desborde: que se choquen, se caigan, se peleen.<br />Tanta energía y tanto movimiento no pueden existir en armonía.<br /><br />De esta preocupación se empieza a abstraer, a rezumar, un Rogelio de treinta años, también desnudo. No sé que onda, la desnudez, hoy. No me molesta, en todo caso.<br />Este Rogelio treintañero, exudado de la preocupación empieza a sentirse triste. Por el inevitable y seguramente cercano quiebre de la alegría.<br />Ve a Rogelio chico, que de repente convoca a todos los chicos del parque para decirles algo, proponerles un juego.<br />Se pone más triste, porque sabe que no va a funcionar: que no le van a hacer caso, o que le van a hacer caso y muy rápidamente se van a dar cuenta de que la propuesta carece de interés y gracia.<br /><br />Una imagen de Rogelio chico en la oscuridad, parcialmente atado al suelo por barro desde los pies hasta los hombros aparece enseguida. Sé que lo lastro, me identifico con Rogelio de treinta, descreído, y sé que lo lastro. Que mi falta de fe le pesa a Rogelio chico.<br /><br />Me amargo y me retraigo más aún, y aparezco, treintañero, enfurruñado y desnudo, sentado en el lugar violeta del parque de diversiones. Ese lugar era yo desde el principio, noto.<br /><br />Me doy cuente de que mi presencia es incompatible con la diversión: mientras yo esté, los chicos no van a poder divertirse. Rogelio chico no va a ser totalmente libre de abandonarse al juego y la alegría despreocupada.<br />Porque mi preocupación, y mi falta de confianza le pesan y lo coartan.<br /><br />Noto que no puedo cambiar de actitud. Deseo que todo fluya, pero simplemente no encuentro el lugar desde dónde cambiar mi actitud.<br />No puedo.<br />Me rindo.<br /><br />Recuerdo un Rogelio que tuvo que ser quemado por no poder abandonar, por estar anclado a un recuerdo irremediable.<br />Voluntariamente incendié la habitación donde había ocurrido eso en mi visualización, pero el Rogelio victíma de esa habitación no podía abandonarla.<br />Un fantasma encadenado.<br />Así que le prendí fuego a la habitación y lo dejé adentro.<br />A que muriera.<br />Si tu ojo izquierdo.<br /><br />Me asusté, dolorido, al recordar eso, pensando que tal vez debería hacerlo de nuevo.<br />No quería, pero tampoco quería ser el lastre ante la alegría de vivir de mis otras partes. Y no conseguía cambiar de actitud. Y no veía otra salida. Y no sabía cómo hacerlo, tampoco.<br /><br />Aparece Rogelio chico, muy sereno, frente a Rogelio treintañero enfurruñado, con el que sigo identificado. Soy yo. Con el diálogo mudo de las visualizaciones, Rogelio chico me cuenta, con una seriedad muy sencilla y dulce, que no esto no puede ser sin Rogelio grande.<br />No hay fiesta sin mí.<br />No puedo morir, no tengo que irme, ni transformarme, ni nada.<br />Nada más que estar.<br />Se lo ve tan serio, tan confiado. No está enojado de que le estropee la fiesta, no comparte mi falta de confianza. Confía en sí mismo, y extrañamente, en mí también.<br /><br />Está absolutamente sereno, en una pausa de su juego frenético, sin inercia: no hay agitación, no hay backlash por frenar su acelere, no hay tristeza ni impaciencia. Está totalmente centrado y seguro.<br />Es intocable, lo sé. Nada puede tocar ya a Rogelio chico.<br /><br />Me quedo, aferrado a mi desconfianza. No sé qué hacer, cómo dejar de ser un lastre.<br /><br />Y escucho, desde algún lado, a Rogelio gigante, con los pies en la tierra, la cabeza en las nubes y un ojo mirándonos por alguna ventana. Dice que él nos lleva, que nos sostiene a todos.<br />A todos: a todo el parque de diversiones, y a mi también.<br />A Rogelio enfurruñado también.<br /><br />La misericordia de la afirmación sopla como un viento a mi alrededor, me quedo quieto mientras veo a Rogelio gigante llevando todo, a Rogelio chico que se retira a esperarme y simultáneamente me acompaña, y me desidentifico de Rogelio enfurruñado.<br /><br />Y lo veo, pasando los segundos, aliviarse. Aburrirse de estar autoexcluído. Darse cuenta de que no es responsable de lastrar a nadie, y tampoco es responsable de sostener a nadie. Hay uno más grande, que lo sostiene todo. Y la culpa da lugar, en pasos sucesivos e instantáneos, al aburrimiento, a la curiosidad, a las ganas de ver qué pasa afuera.<br />Se levanta y sale, se acerca a los niños que juegan.<br />Se mezcla entre ellos.<br />Salgo del trance.<br /><br />Nos abrazamos con Alicia, no sé si piensa que esto sirvió, pero estamos contentos. Muy contentos.<br /><br />No quedamos en otro encuentro.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn7qep_uadc28nKaR7iWyib23Wz_5OE8-EXGEdsUqoQVGeNx-vNPBInOp9O5OcMmYcCsWKaKjobM_1I7MnDqG8oq8qZUXERctNTTzrQV9aw-fZohrtM5Qi2tIQ81T5Y5nkc9wGwHGAxXbu/s1600/Roger+mambo+II.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 384px; height: 286px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn7qep_uadc28nKaR7iWyib23Wz_5OE8-EXGEdsUqoQVGeNx-vNPBInOp9O5OcMmYcCsWKaKjobM_1I7MnDqG8oq8qZUXERctNTTzrQV9aw-fZohrtM5Qi2tIQ81T5Y5nkc9wGwHGAxXbu/s320/Roger+mambo+II.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5493834757489607634" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />Mi parque de diversiones visto por <a href="http://emepece.blogspot.com/">Sanx</a>.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-61845658023980819082010-06-08T13:56:00.001-07:002010-06-08T13:56:46.392-07:00Sesión 11 enero 2010Agujas en el pie, entonces astillas. Recuerdo de infancia. Me clavaba astillas del piso de madera y Felisa las sacaba con una aguja. Imágenes de la casa de entonces. Pasa Rogelio niño de un año con un carrito, luego con una locomotora de juguete. Rogelio de seis lo acompaña. En algún lugar flotan mi madre y mi tía, sé que no les gusto.<br />Veo la panza de mi madre dentro de un vestido azul o verde, desde la perspectiva de un niño de cinco años. De repente mi madre está desnuda, comento a Alicia que esto me recuerda sospechas que tuve: acusé públicamente a mi tía de abusar sexualmente de mi, y desde siempre dudé de si no estaría yo usando eso para no confrontar otra situación similar, previa, con mi madre.<br />Veo la vagina de Felisa.<br />La veo húmeda, siento sabor a vagina húmeda y veo sus rulos, rubios.<br />Hay imágenes confusas, una especie de tobogán en forma de U con un Rogelio niño en la punta, pero de repente se dibuja una serpiente, una especie de cobra en posición de ataque. Todo se desdibuja, llamo a mi guía.<br />Aparece como un fantasma azul eléctrico caminando sobre / cerca de una serpiente. Ambos son gigantes sobre un orbe terráqueo que parece un asteroide bajo ellos.<br />Mi guia toma la serpiente, la escena entra en un loop, oscila entre un paso y otro, hasta que de repente noto la tensión en mis bíceps. Mi dos brazos están haciendo fuerza, y noto la cabeza de la serpiente dentro de cada uno, moviendo la lengua.<br />Me parece bien, y como una respuesta a mi aceptación, todo mi cuerpo comienza a transparentar una piel de serpiente, un cuerpo de serpiente bajo mi piel.<br />Lo acepto cada vez más y más, y sus ojos aparecen en mi pecho.<br />Finalmente, mi propia cara esconde la cara de una serpiente fantasmal, que comienza a solidificarse de a poco dentro de mí.<br />Me parece bien, fríamente bien.<br />Terminamos la sesión.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-24761049450632760762010-05-01T15:14:00.001-07:002010-05-01T15:14:38.346-07:00Archivos de Desprogramación - I<em>No puedo explicar el orgullo que produce tener producción gráfica propia del blog.<br />No es que yo tome un lápiz, pero me pone orgulloso igual.<br />Sobre todo por la talla de los contribuyentes.<br />Esta vez: <a href="http://mariaeugeniasandin.blogspot.com">María Eugenia Sandín</a>.</em><br />-------------------------------------------------------------<br /><em><br />Para descargar el archivo y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=2VS2GFOI">acá</a>. (6 páginas)</em><br /><br />--------------------------------------------------------------<br /><br />Por motivos X, mi amigo Tito le cuenta un día mis tribulaciones a su psicóloga, Alicia, y ésta le encarga que me pase el mensaje de que me regala una sesión.<br />Yo estaba en aquel momento intentando seriamente con un psicoanalista freudiano, el primero en mi larga vida que me pareciera inteligente al mismo tiempo que comprometido, pero dada una cantidad de circunstancias, estaba abierto a lo alternativo también.<br />Y no sabía que la primer sesión es, muchas veces, todo el tratamiento que Alicia aplica.<br />En ella aplica una técnica llamada “desprogramación” en la cual, mediante hipnosis liviana por relajación se instala la sugestión muy específica –aceptada por la persona, claro, como toda forma de hipnosis no funciona sin consentimiento del sujeto- de asumir con uno mismo el compromiso del autodesarrollo y la superación de los límites que impiden la autorrealización.<br />Esto, muy grosso modo.<br />Si quieren más info sobre la desprogramación, pueden revisar <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2010/01/desprogramacion-o-remocion-de-lo.html">acá</a>.<br /><br />Una de las características más llamativas del método de Alicia, es que se ejerce a partir de la comunicación directa con el subconsciente, no mediada –mínimamente mediada, sería mejor dicho- por la interpretación de la conciencia.<br />Esto se logra a través del mismo estado de trance de la desprogramación, en el cual la información y contenidos del sub e inconsciente emergen de modo simbólico y se visualizan a la manera de los sueños lúcidos.<br />Más info sobre esto, <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">acá</a>.<br /><br />En ambos casos, la persona entra en relajación, llega cerca del estado de sueño y, espontánea o dirigidamente, comienza a “ver” cosas, del mismo modo que se ven en un sueño.<br />Yo ya tenía experiencias propias, espontáneas, de este tipo de cosas, y bastante lectura al respecto.<br />Lo que no sabía, ni había experimentado, es que cuando la visualización se “dirige”, esto es, la persona que guía la relajación sugiere o indica cosas a encontrar, ver o hacer al sujeto que se relaja, igualmente hay un gran espacio a lo espontáneo.<br />Esa fue la primer sorpresa en el trabajo con Alicia: descubrir que ella podía darme una indicación clara pero abierta, a lo cual yo no me quedaba en blanco, ni respondía con algo que supiera de antemano o pudiera explicar ni, mucho más significativo, descartar como desprovisto de sentido.<br />Por más que no pudiera explicar el sentido de las cosas que visualizaba, no podía tampoco decir honestamente que no me parecieran importantes o cargadas de significado.<br />Siempre surge algo que se corresponde con las indicaciones pero es inesperado e inexplicable desde la perspectiva de lo que uno hubiera querido hacer o ver.<br />El ejercicio de la desprogramación en sí consiste en una sencilla visualización en la cual uno aparece en un cuarto y, previas idas y venidas que hacen a la cuestión de practicarla pero no de contarla, comienza a, literalmente, “sacudirse de encima” las cosas que inconscientemente ya tiene identificadas como trabas y límites a su realización.<br />La forma de “sacudírselas” es, dentro de la visualización, sacudir con fuerza los pies, primero uno y luego el otro, como buscando despegar algo que estuviera pegado a la planta.<br />Sorprendentemente, siempre ocurre algo en este momento. Siempre se despega algo.<br />Hay sentidos y significados asignados a los lados del cuerpo y a los objetos o sustancias que se desprendan de cada pie, pero ni las conozco todas (muchas se asignan intuitivamente), ni es necesario saberlas para la aplicación o descripción del ejercicio.<br />Y sí es necesario, por la remota casualidad de que algún lector un día se aplique este ejercicio, evitar las ideas preconcebidas al respecto, para garantizar la espontaneidad de las visualizaciones.<br />Por este motivo no cuento el ejercicio completo ni lo poco que sé sobre los emergentes simbólicos.<br />De cualquier modo, muchos de ellos son evidentes a simple vista, o por lo menos se puede apreciar la consistencia, a lo largo de los testimonios.<br />En cierto momento, por equis causas, decidí aprender la técnica de desprogramación de lo negativo, y la practiqué un tiempito, en el cuarto de la pensión donde vivía en ese momento.<br />La sigo aplicando a quien lo pida, claro.<br />Aquí transcribo dieciséis casos.<br /><br />Entre las cosas que no es necesario contar, figura el qué se hace con lo que sale del cuerpo en cada caso, y lo que llamo la “reprogramación abierta de lo positivo”, que consiste básicamente en visualizar un baño de luz que inunda el cuerpo, para ocupar con algo simbólica y contundentemente positivo –luz- el espacio psíquico abandonado por todo aquello de lo cual uno se compromete a “vaciarse”.<br />Todo esto tiene un correlato en la acción, donde uno “actúa” de diversos modos simbólicamente fuertes lo que hace en la visualización.<br />Uno de estos modos es la quema de la lista de cosas de las que uno se quiere desprender.<br />Esta lista se escribe antes de hacer el ejercicio y es absolutamente personal: quien guía el ejercicio no tiene porqué saber los contenidos de la lista, y de hecho es mejor que no los sepa para no inhibir al ejecutante al momento de confeccionarla.<br />La quema de la lista se realiza con fósforos, en un espacio preparado a tal fin, y se considera que la cantidad de fósforos que se usan para reducirla a cenizas, así como qué es lo último en quemarse, son indicios reveladores acerca de cuanto tiempo tardará en completarse la desprogramación, y qué es lo que más va a tardar.<br /><br />A continuación, los casos, con algunas indicaciones particulares cuando es relevante. Las edades son mayormente calculadas a ojo, es el tipo de cosas que no se me ocurre preguntarle a nadie, pero a la hora de quitarse el equipaje sobrante tiene importancia.<br />En la narración salto casi todos los pasos de la entrada en relajación y visualización y transcribo directamente lo que sale de cada pierna al sacudirla, y la quema de la lista.<br />Vale la pena aclarar que, a pesar de estar en una relajación bastante profunda y visualizando, la gente mantiene la capacidad de hablar y conversar, que es la forma a través de la cual monitoreo, mediante preguntas claras, lo que va ocurriendo dentro de sus mentes. El escenario, de este lado, es una persona acostada en el piso y hablando poco y cada tanto, y yo sentado en un silla cerquita, preguntando y tomando notas en un cuadernito.<br />Del otro lado, depende de cada uno. Estos son algunos fragmentos que llegan de allá para acá.<br /><br />----------------------------------------------------------------------------<br /><br /><br /><em>Algún día de fines de agosto de 2009</em><br /><br /><strong>GP </strong>(varón, 36 años). Somos amigos desde hace años, conozco buena parte de su problemática, y lo que sale en cada caso (o pie) me parece coherente con lo que sé de el.<br />Me sorprende descubrir que en mi primer desprogramación, ya conozco el clima: cuando enseñaba masaje inducía una relajación a los estudiantes en todas las clases. Se produce una empatía con una textura muy particular entre “relajante” y “relajandos”: no la esperaba, pero la reconozco en seguida.<br /><br />Entra en trance y salen de su pierna derecha, textualmente: “rosa” (¿color? ¿líquido?) – “sangre” – “petróleo” (eso aclara lo anterior, supongo).<br /><br />De la pierna izquierda, “tinta negra, aguada” – cuesta más, tarda mucho, se pone espesa y termina.<br />La luz que ve en la reprogramación abierta de lo positivo, que llena su cuerpo, es celeste. No sé qué significa eso, tengo que preguntar.<br /><br />Usa cinco fósforos para quemar la lista.<br /><br /><br /><strong>DV</strong> (varón, 38 años). También tenemos relación, pero no conozco toda su problemática. Nótese la similitud con los contenidos de GP, que también son consistentes con lo que Alicia me dictó como emergentes probables y regulares. Al llegar al momento de sacudir su pierna, sale de su pierna derecha “petróleo” (de vuelta textualmente).<br />De la pierna izquierda: “líquido amarillo” – “líquido marrón”.<br /><br />Usa un solo fósforo, la quema es rápida, completa.<br /><br /><br /><strong>MP </strong>(mujer, 40 y algo?). Tenemos amistad personal, ejercida como se puede en esta acelerada vida moderna. La quiero mucho, pero detesto sus modismos jipis como el uso indiscriminado de la palabra “energía” (que usada, por ejemplo, en la frase “todo es energía”, no significa nada), y cierta tendencia forzada hacia la armonía, encubriendo un fondo bastante claro de emociones negativas rechazadas. Las primeras emergencias de su visualización coincidían con estos prejuicios míos. Ya había sido advertido de que ciertas cosas no deben ser permitidas durante el ejercicio porque son resistencias por miedo o apego, y las censuré mediante la simple frase “eso no se corresponde con tu realidad” o “eso no es, seguí”.<br /><br />Pierna Derecha: “energía” – “blanco” – “una bola negra!”<br /><br />Aquí tuve una visualización propia, espontánea: ví una bola negra cayendo de su pie, en dos momentos. En el primero, tenía el tamaño de una bola de pin pon y salía de su pie, era de una sustancia oleosa y concentrada. En la segunda, bruscamente había aumentado su tamaño hasta el de un auto chico, mientras caía en un mar de la misma sustancia oscura, que instintivamente tomé como detritos.<br /><br />Pierna Izquierda: “nada” – tarda mucho, interpreto resistencia pero no hay nada más que hacer que insistir y esperar– “algo, no sé qué” – “polvo oscuro” – termina pronto, lo considero satisfactorio.<br /><br />Un fósforo, rápido, completo. El papel queda carbonizado, pero casi íntegro, de modo que se puede leer el texto todavía.<br /><br /><em>28 08 2009</em><br /><br /><strong>L</strong> (mujer, 25 años?)<br /><br />Tarda en encontrar el espacio de trabajo dentro de su visualización.<br />Pierna Derecha: “azul con verde” – “negro” – “violeta” – “celeste” – termina.<br /><br />Pierna Izquierda: “líquido rojo” – “negro” – “celeste” – “blanco” – “rosa” – “amarillo” – “lila” – “blanco” (mucho) – termina.<br /><br />Ve la luz inmediatamente, viene de una estrella, ella es la estrella.<br />Toma dos fósforos pegados, la lista arde en seguida, completa. Tira las cenizas ahí mismo, en el tacho de mi habitación.<br /><br /><br /><em>29 08 2009</em><br /><br /><strong>K </strong>(mujer, 22 años?)<br /><br />Pierna Derecha: “polvo”.<br /><br />Pierna Izquierda: “polvo más espeso”.<br /><br />Visualiza muy rápido. Abolla el papel, usa cinco fósforos. Al principio arde muy lento, al final rápido.<br /><br /><strong>J </strong>(varón, 30 años)<br /><br />Pierna Derecha: “como agua” – “como una pelota que se despega” – “parece que se va, pero vuelve”. Asumo que es su personalidad obsesiva, la reconozco por la mía propia y le indico que no, que se va de veras. Termina.<br /><br />De su pierna izquierda sale “como agua oscura”.<br /><br />Todo rápido, incluso la quema inicial del papel, pero quedan restos. Llegamos a diecinueve fósforos.<br /><br /><br /><em>15 11 2009</em><br /><br /><strong>JM </strong>(varón, 30 años?). No tenemos relación, excepto una lectura de carta previa que le hiciera, y a raíz de la cual le sugerí tomar la desprogramación.<br /><br />Pierna Derecha: “petróleo con soles” – “una cara que conozco” – “un cocodrilo” – “martillos”.<br />Evidentemente no esperaba estas manifestaciones, pero se lo toma con simpatía.<br /><br />Pierna Izquierda: “una soga” – “dos caras que conozco” – “una situación” – “una cinta”.<br /><br />Usa ocho fósforos.<br /><br /><strong>NO </strong>(mujer, 27 años?) Nos conocimos en la misma situación que con JM.<br /><br />Pierna Derecha: “agua” – “luz cálida” – “late” – “cosquillas”.<br /><br />Pierna Izquierda: “algo pesado” – “una piedra” – “siento un hueco”.<br /><br />Diez fósforos.<br /><br /><br /><em>23 11 2009</em><br /><br /><strong>I </strong>(mujer, 25 años?) Tenemos poca relación, sabía que andaba con problemas personales pero sin mayores detalles.<br /><br />Pierna Derecha: “un cacho de sombra” – “cordón”.<br /><br />Pierna Izquierda: “algo blanco y azul”.<br /><br />La sesión es difícil, hay mucho ruido, es interrumpida de repente por la entrada de una persona en la habitación, pero la completamos.<br /><br />No tomé nota de los fósforos.<br /><br /><em>13 12 2009</em><br /><br /><strong>C </strong>(mujer, 23 años?)<br /><br />Pierna Derecha: “líquido amarillo” – no sé bien qué”.<br /><br />Pierna Izquierda: “se me salió el zapato” – “rayos azules”.<br /><br />Usa cuatro fósforos. Me sorprende la poca cantidad de elementos de su visualización, pero no es cuestión de buscarle el pelo al huevo.<br /><br /><strong>JL</strong> (varón, 27 años)<br /><br />Pierna Derecha: “sombras” – “arena” – “agua”.<br /><br />Pierna Izquierda: “humo” – “polvo rojo” – “la zapatilla” – “la media” – “algo pegajoso”.<br /><br />Al quemar la lista primero la arruga comprimiéndola, luego está pendiente de todo, muy encima del fuego, constantemente avivándolo o intenando apurar el proceso.<br />Usa veintiocho fósforos.<br />Es llamativo que ambos perdieran la zapatilla al sacudir el pie, no le pasó a otras personas.<br /><br /><em>08 01 2010</em><br /><br /><strong>M </strong>(varón, 20 años). Nos conocemos poco, pero es claro que no se hace problemas al pedo.<br /><br />Pierna Derecha: “como sombras”. Termina muy rápido.<br /><br />Pierna Izquierda: “como pinchos o agujas”. Dura un poco más.<br /><br />Rompe la lista, arde a la primera. Dos fósforos.<br /><br /><br /><em>12 01 2010</em><br /><br /><strong>C </strong>(mujer, 21 años). Conozco parte de su historia. Es la razón de que le insistiera en que hiciera esto. Si bien encuentro coherencia, también me sorprenden algunas cosas, por ejemplo la aparentemente poca cantidad o fuerza simbólica de lo que sale de sus pies, hasta la explicación a posteriori que me da.<br /><br />Pierna Derecha: “raro” – “ropa” – “pez” – “cráneo” – “ropa femenina” – “algo que no quiere salir” – “salió pero no lo veo”.<br /><br />Pierna Izquierda: “un juego de te” – “pelo” – termina.<br />Luego cuenta: “había una sensación muy desagradable desde el plexo hacia abajo, que se iba vaciando hasta que salió del todo, pero no pude ver qué era”. La forma en que la nombra me da la pauta de que lo importante salió.<br /><br />Tres fósforos.<br /><br /><br /><em>18 01 2010</em><br /><br /><strong>CB </strong>(mujer, 40 años?). Llegó por internet: leyó la descripción de la desprogramación en el blog y le itneresó.<br /><br />Pierna Derecha: “corchos”.<br /><br />Pierna Izquierda: “botones de diferentes colores”.<br /><br />Olvida hacer la parte de recibir la luz. Lo considero medianamente significativo, no demasiado. Completa el ejercicio.<br />Saca la lista más extensa que haya visto: tres hojas.<br />Pero lo resuelve con tres fósforos.<br /><br /><br /><em>25 01 2010</em><br /><br /><strong>M </strong>(varón, 38 años?). Tenemos relación artística y amistad, me hace al aguante además con casi todos los emprendimientos, y éste le interesó particularmente.<br /><br />Pierna Derecha: “una manguera o una víbora negra” – “huevo blanco”<br /><br />Pierna Izquierda: “luz amarilla y rosada” – “huevitos como el blanco pero mas chiquitos”<br /><br />Un fósforo. Quedan letras reconocibles en el papel quemado.<br /><br /><br /><em>01 02 2010</em><br /><br /><strong>SS</strong> (varón, 25 años?). Casi no nos conocemos, más que chateando. Nos conocimos en otro proyecto artístico, le ofrecí la desprogramación chateando, cuando vi sus últimas obras.<br />En serio: cuando vi sus obras.<br />Siento todo el tiempo que su mente consciente y subconsciente es hipercreativa e interfiere, constantemente trata de forzar los emergentes hacia algo familiar o a lo que pueda asignar significado.<br />Por supuesto, es mi opinión, pero me obliga a tomar postura, dado que estoy en el rol de guía y contención del ejercicio.<br />Me limito a monitorear seguido preguntando cuando hace silencios largos, pidiendo que siga cuando parece no pasar nada, y ayudando a dar las cosas por terminadas cuando temo que se agote a mitad de camino por darle cabida a la interferencia de su intención de hacer “que pasen cosas”.<br /><br />Pierna Derecha: “algo negro” – “una especie de hombrecito absolutamente consumido, una asquerosidad…” – “encima se queja el hijo de puta” – “ahora está saliendo ella” – “ no sé qué es eso tercero” – “otro más” – “algo envuelto en un manto” – “el último resabio” – “siento algo cálido que quiere entrar” – “falta cada vez menos”. Lo ayudo a terminar.<br /><br />Pierna Izquierda: “no sé porqué siento que en el izquierdo no hay nada, que estaba todo en el derecho” –le digo que no, que seguramente hay, pero tarda en salir- “sonrisas” – siente que ahí vamos hacia algún lado - “hiedras” – se intensifica mi sensación de estar llegando – “sonrisas, una gran planta” – “ramas sueltas” – “tierra” – “mucha sangre!” – “sigue saliendo sangre, casi no hace falta que sacuda” – “viento” – “listo”. Perfecto.<br /><br />Usa cuatro fósforos.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYGJbhc6EbHt1IXIsn5VrFWF9AKA5VrVBNJEo_09n1WDNfKKvgRwmIkqI9g6aKJud-yV1pCWRElmKvpVPbHNXmH_Hb2OUwicqmenrHa0i7gSM9hOztl2GtmJ8RL11GV5y062ExveYtNUO_/s1600/desprog1.JPG"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 222px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYGJbhc6EbHt1IXIsn5VrFWF9AKA5VrVBNJEo_09n1WDNfKKvgRwmIkqI9g6aKJud-yV1pCWRElmKvpVPbHNXmH_Hb2OUwicqmenrHa0i7gSM9hOztl2GtmJ8RL11GV5y062ExveYtNUO_/s320/desprog1.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466353787654500002" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><em>háganle click para agrandar, que está buenísimo</em>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-82900413965345182010-03-19T06:05:00.000-07:002010-03-21T13:31:42.873-07:00Mamá y el Diablo - Sesión de autoconsulta al mazo viviente 31 - 10 - 09<em><br />Para descargar el archivo y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=M4OM9Z8W">acá</a>.</em><br /><br />---------------------------------------------------------------------------------<br /><br /><br />Está dicho que dentro del tarot, los Bastos representan el fuego en el barro: el instinto, la líbido, el deseo primal.<br />Que la Emperatriz es, en sí, el barro mismo que recibe el fuego del espíritu y lo sostiene en lo material. Es la madre, y es el cuerpo.<br />Y que el Diablo es la forma más remota, profundamente enterrada en la oscuridad de la carne y alejada de la luz de la conciencia, de esa misma chispa.<br />La que no conviene mirar mucho, la que trabaja mejor en la oscuridad del tabú.<br /> <br />El 31 de octubre de 2009, realizamos una nueva sesión de mazo viviente.<br />Originalmente la razón de realizarlos era la investigación, pero la ambición rápidamente me llevó a intentar usarlo en beneficio de mi propio desarrollo místico y espiritual.<br />Hoy día me parece, a esos efectos, una práctica excesivamente recargada de información sobrante, sobre todo en comparación con las performances cada vez más free jazz de Bert Hellinger.<br />Pero en el momento de querer allanar el camino de comunicación entre mi Yo Interno y el yo conciente, entre mi quinta y segunda línea, si algo de lo que estudié de I Ching está bien, esta parecía la mejor opción.<br /> <br />Paralelamente a estas disquisiciones, hacía varios meses ya que venía sintiendo que mi intención de mantener cierto estado físico y ciertas habilidades entraba en contradicción directa con mi disponibilidad de tiempo y energía para fines sociales, creativos y laborales.<br />Por un lado la coquetería, por otro la autoexigencia, seguía haciendo ejercicio pesado y sintiendo la frustración de postergar otras cosas sin conseguir afrontar la necesidad de elegir a qué abocar el monto evidentemente limitado de energía de que dispongo.<br /> <br />Llegó el día fijado para el mazo viviente y tropecé, o eso creí. Tati, quien siempre me acompaña y sostiene en estos proyectos me dijo con claridad después: “en el momento, lo que sentí es que era todo una maraña, pero que así debía ser, que era la maraña del momento y estaba en proceso de desenrredarse”.<br />El caso es que me costó incluso plantear a los compañeros el tema de trabajo: dieciseis personas que convoqué y respondieron por interés, curiosidad o simpatía ante las cuales balbucée algo así como que quería “alinearme mejor con mi Inner Self y pulirme como herramienta para tal fin”.<br /> <br />De cualquier modo arrancamos, con el sistema ya descripto: elijo siete representantes, y cada uno elige a ciegas una carta de tarot preparada con una cadenita para ser colgada al cuello. Me acerco uno por uno, los coloco en la posición que les toca dentro de la representación de la tirada llamada “Cruz Celta”, observo fijamente su carta unos instantes, y con eso, automáticamente y sin que se sepa todavía cómo ni porqué, cada uno empieza a experimentar emociones y sentimientos, incluso ideas muy definidas, que parecieron siempre estar en sintonía con las atribuciones tradicionales de los Arcanos Mayores del tarot, del mazo Rider.<br />Hasta esta vez, que no entendí nada.<br /> <br />En la teoría que vengo armándome, el Inner Self está representado en este mazo por la carta de El Mago. Así que me sorprendió mucho cuando salió como primer carta El Diablo.<br />Me sorprendió menos que fuera Mariela. Esa chica tiene un componente de bastos enorme, y de hecho, creo que nunca la ví representar otra carta. Y estuvo en todas las prácticas que hicimos de mazo viviente.<br /> <br />Ahorrando detalles, las cartas significativas para esa lectura fueron el Diablo en lugar central, el Mago (afortunadamente) motorizando la consulta en la posición de Lo que está Detrás, y La Emperatriz, extrañamente, oficiando de obstáculo o membrana, entre el Diablo y el mejor curso de acción posible, representado por El Colgado. Como la chica que sostuvo el Colgado no tuvo mayor canalización aparente, no comentaremos más al respecto.<br /> <br />El total de la situación no tenía sentido para mí, y la interacción entre las cartas, menos.<br /> <br />El Diablo se sentía particularmente triste, y se lo veía desvaído. Mariela estaba permanentemente aplacada y con cara de resignación ya desesperanzada. El Mago parecía afable pero demasiado volátil para lo que yo esperaba de él. Volátil en el sentido de que no parecía tener ninguna clase de dirección o necesidad propia, sino una especide de buena voluntad general hacia todos, que tampoco devenía en ninguna toma de postura firme, ante nada.<br /> <br />Y la Emperatriz, representada por Max, opinaba sobre todo.<br />La asocié primero con mi madre o figura materna. Después con la sensualidad en general, inflamando la naturaleza del Diablo y distrayendo al total del sistema de la instropección del Colgado. Pero tampoco es que me vaya tan bien en la vida como para poder decir que eso verdaderamente ocurre.<br /> <br />No conseguimos mayores avances en todo el trabajo: el Mago avalaba al Diablo, pero eso no parecía cambiar mucho las cosas, y la Emperatriz me sacaba de quicio diciendo abiertamente al Mago “no mientas”. No conseguía distinguir si este “no mientas” venía de la impulsividad de Max opinando sobre tarot, o de mi madre desvalorizando mi guía interna.<br />Lo otro que decía Max era “decí lo que tenés para decir”, al Diablo.<br />No llegamos a nada que me pareciera valioso. Califiqué abiertamente ese trabajo de “fracaso”.<br /> <br />Pasaron los días siguientes inmediatos, con un marcado bajón anímico que considero producto del exceso de ejercicio espiritual de esos días. Las sesiones de mazo viviente consumen mucho, y lo de trabajar sobre uno y después atender a otros no parece una práctica prudente.<br /><br /><br /><br /><br />Dos semanas después, aproximadamente, tendría en mi encuentro semanal con Alicia la experiencia denominada <a href="http://rogelioferreyra.blogspot.com/2010/02/pink-floyd-mama.html">“Pink Floyd Mama”.</a><br />En ella se evidenció una imagen interna de mi madre literalmente monstruosa, pese a lo cual yo me encontraba deseoso de apego.<br />La devolución de Alicia al respecto fue “es lógico: querés tener una mamá que atesorar. Pasa que con la que tuviste, no podés. Ya vas a tener una mamá que atesorar, pero no ésta”.<br />Ya acostumbrado a no entenderla, me fuí sin intentar pensar en nada.<br /><br />Esa semana decidí dejar un poco el deporte, porque estaba demasiado lleno de dolores y me estaba empezando a poner rígido. La solución era dedicarle más tiempo agregando ejercicios de estiramiento y relajación, o suspender todo y permitir que la relajación llegara sola.<br />Prometiéndome retomar en breve, suspendí por unos días.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU8eznZqHD1U43lr8B7hnsyXb6yGkgFrx-NrIXbtj07VjX3LaFTYFi2WHPdU6vkaO00e9hgFaKTyLnUGLPd7MfYV3sbA-ksKEzJvV66ZNYff0-M4u9uXIVYOIhp5ZxPT6gtPxhYTcZteN1/s1600-h/mama+y+el+diablo"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 232px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU8eznZqHD1U43lr8B7hnsyXb6yGkgFrx-NrIXbtj07VjX3LaFTYFi2WHPdU6vkaO00e9hgFaKTyLnUGLPd7MfYV3sbA-ksKEzJvV66ZNYff0-M4u9uXIVYOIhp5ZxPT6gtPxhYTcZteN1/s320/mama+y+el+diablo" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5450326113682730114" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /> <br />A la semana siguiente, la <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">visualización</a> fue bastante distinta.<br />Apenas empezar ví una carta de tarot, pero fué demasiado fugaz para retenerla.<br />Las primeras imágenes fueron de mucha luz, luego apareció una viejita, muy viejita, muy blanca, tapada por velos blancos. Parecía una ancianita que probándose un vestido de novia, se hubiera olvidado y salido a la calle. No se la veía, pero yo sabía que debajo del velo era distinta e igual a mi madre histórica, real. Yo también aparecía lleno de luz, y el centro de la escena estaba ocupado por una especie de estrella blanca, de la que irradiaba una catarata intensísima de luz blanca plateada.<br />Tan intensos eran todos los blancos, que las figuras se veían con claridad solamente porque yo sabía que estaban ahí y qué eran.<br /> <br />La distancia física de las figuras, la blancura de la luz y de todas las figuras, la sensación general del conjunto, daban una sensación de pureza previa a la calidez: en una secuencia intuitiva, sobre esto se podría basar la calidez aunque ahora no estuviera presente, o estuviera presente pero subsumida a sensaciones más intensas.<br />Pero tal vez esto sea algo que digo al momento de escribir, ya cuatro días después de la visualización.<br /> <br />Toda la escena parecía la foto de un matrimonio en el altar, pero la sensación era la de un encuentro o reencuentro. Pero uno tan profundo que la idea de matrimonio, por más que esa figura fuera mi madre, no sonaba fuera de lugar.<br /> <br /> <br /> <br />En algún momento, antes o después de lo que viene ahora, ví un muro negro, o la oscuridad misma, de frente. Y como si una puerta vaivén la hendiera, se abrió de par en par la oscuridad, dejándome ver que detrás suyo estaba La Sacerdotisa.<br />Tuve durante un largo segundo el diálogo silencioso que se tiene con las figuras de las visualizaciones. Fué una charla similar a <a href="http://rogelioferreyra.blogspot.com/2010/02/contacto-con-la-sombra.html">la que tuviera con mi sombra</a>, pero sin el pacto de respeto mutuo: supongo que con La Sacerdotisa no es necesario pactar. Tras lo cual se volvió a cerrar la oscuridad, pero esta vez con el conocimiento de que, detrás, estaba siempre ella. Quedó en mi una sensación de confianza desprovista de alarde.<br /> <br />Lo siguiente fue un poco más preocupante, porque aparecí en lo que habitualmente es el jardín de mi casa en este espacio de visualizaciones, transformado en <a href="http://candelirium.blogspot.com/2009/11/proyecto-tarot-colectivo.html">el león que Candela nos diera en el seis de bastos</a>, una especie de versión amable de La Bestia del cuento, y a mi lado, me quiero matar, la Bella, encarnada por una figura con la misma cara exacta de un amor fracasado que tuve. Que no tuve.<br />Paseábamos por el jardín, yo la presentaba a todos los personajes que habitan el jardín de mi casa. En algún momento simultáneo pero previo, privado e íntimo nos abrazábamos y besábamos con una ternura que nunca alcanzamos en la realidad.<br /> <br />Preocupado, pregunté más tarde a Alicia qué significa la aparición de una persona concreta en una visualización, porque en tres años, las caras concretas que aparecieron fueron cinco: mis padres y hermano, mi tía, y ella. Dos veces, ella.<br />Alicia respondió que una opción es que simbolice el tipo de mujer que me interesa en este momento. Que eso puede cambiar cuando termine de corregir mi imagen femenina interna.<br />Yo, en su lugar, tampoco le diría a nadie “es que es ella, boludo!!”, porque uno nunca sabe.<br />Pero por no perder la costumbre, ni traicionar el juramento que alguna vez me hice de asumir ciertas premisas y vivir en consecuencia, en algún momento deberé acercarme a ese costado de la realidad.<br />Por ahora no tengo apuro.<br /> <br />Lo último que viera ese día fue un ejército de cruces negras que se iba a través de un portal en el espacio. El portal era sostenido por un pegaso. Pero la sensación interna era y sigue siendo la que aprendí a reconocer como propia de una visualización sobrante, sin validez simbólica ni eficacia y propia de mi tendencia a seguir más allá de donde el combustible psíquico sostiene un trabajo verdadero. Las que llamo “degradadas” por ser igualmente intensas en lo visual, a veces más impactantes incluso que una visualización “posta”, pero con un dejo de sabor a plástico.<br /> <br />Tres días después, tres noches mejor dicho, desperté antes del amanecer con la extraña sensación de que estaba a punto de perder algo si no hacía algunas abdominales. No había angustia ni presión: era simplemente la constatación, la certeza de un hecho cercano, probable: si no hacía algunas abdominales a más tardar ese mismo día, perdería algo.<br />Me tomé un rato de preguntar, desde el sentir, qué sería ese algo que se perdiera,y me llegó la imagen de la rigidez muscular propia del ejercicio.<br />Ya hacía algunos días que las mayores contracturas se habían ido, y ahora estaban apareciendo el cansancio y las sensaciones sencillas, cotidianas, que durante varios meses estuvieran anestesiadas por el dolor y la exigencia.<br />Y simultáneamente, al imaginar la dureza yéndose, noté la sensibilidad de la blandura.<br />Recordé lo que siempre supe: tener un abdomen blando implica sentirlo.<br />Sentir las tripas.<br /> <br />Ya conté en otro lado el desarrollo paulatino, durante dos años, de sensaciones en el área de mi pecho y plexo, y las asociaciones entre eso y todo lo emotivo y sensible, lo que llamo “la función de copas”. Rápidamente, desde el inicio de terapia hasta hace un tiempo, mi pecho pasó de ser un espacio relativamente rígido y poco sensible a ser espacio de muchas sensaciones vinculadas a lo cotidiano: integré las sensaciones del área del corazón a mi vida diaria.<br />Sabiendo que el objetivo final del sistema de Alicia es la reconexión de cada persona con su naturaleza individual más básica y pura, me pareció totalmente coherente que el siguiente paso fuera hacia abajo: los bastos habitan el abdomen y la pelvis, ir bajando de mente a sentimiento, de sentimiento a instinto..<br />El instinto, lo que define el deseo primal de cada persona, vive en el fondo del vientre.<br />Donde está el Diablo.<br />Mi pobre Diablo, tan ignorado. Tal vez con algo para decir, sepultado bajo una mala relación con mi madre y con mi cuerpo, bajo la ignorancia de la represión y la disciplina.<br /> <br />Entendí, creí, pensé, está por verse qué hice, que una madre bien aspectada significa más dulzura que exigencia, que es una forma dulce de sentir el cuerpo: no más dolor. No más cansancio sino el reposo, la regeneración del pecho y muslos maternos. <br />Y obviamente, al sentir con amabilidad, con amor, mi cuerpo, lo que sea que está en el fondo de mi vientre tendrá permiso para salir.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />Ilustración: <a href="http://lucianovecchio.wordpress.com/">Luciano Vecchio</a>.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-70685516701701136092010-03-18T06:44:00.000-07:002010-03-18T06:55:58.597-07:00Proximamente en Taller de Arcania<span style="font-style:italic;">Mamá y el Diablo.<br /><br />Segunda parte involuntaria de<a href="http://rogelioferreyra.blogspot.com/2010/03/el-hombre-la-puerta-el-cuchillo.html"> <span style="font-style:italic;">"El hombre, la puerta, el cuchillo".</span></span><br /></a><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyBZQC4RshD9RbwTB_ToMDoV7dstpkKWwAyvJ9BA8McJzkl3aiyxvRopyuVtAnPMzsNPPqAx8GuFkw85VzgC6IhKZJOa1h4kA8PbdogIuaY3KD0ylCIJfYYxfT5gRmP4jvQRduqwWiGeg/s1600-h/Arcania03-frag.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 252px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyBZQC4RshD9RbwTB_ToMDoV7dstpkKWwAyvJ9BA8McJzkl3aiyxvRopyuVtAnPMzsNPPqAx8GuFkw85VzgC6IhKZJOa1h4kA8PbdogIuaY3KD0ylCIJfYYxfT5gRmP4jvQRduqwWiGeg/s320/Arcania03-frag.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5449969764445350322" /></a>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-24340222395835993002010-02-23T08:01:00.000-08:002010-03-03T07:25:26.273-08:00Pink Floyd Mama<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=FJ51KQ7K">acá</a>.</span><br /><br /><br /><span style="font-style:italic;">Me hago viejo y me doy cada vez mas y mejores gustos.<br />Las colaboraciones de lujo de esta entrega son uno de los mayores de estos tiempos.<br />Gracias a Meuge y Luc por el aguante y el desborde de talento.</span><br />---------------------------------------------------------------------<br /><br /><br /><br />La visualización iba relativamente sencilla, cuando Alicia intentó acortar camino, señalándome que se trataba de mis padres. Me irrité.<br />“Mis padres no están en esto, no los traigas”, reclamé, tratando de mantener la pureza de la visualización libre de contaminaciones.<br /><br />La irritación creció, paulatina pero rápidamente.<br /><br />La imagen que estaba viendo era a mí mismo sosteniendo en brazos un bebé, y cambió a ese bebé sentado al borde del camino, de espaldas a mi, y yo enojado, ofuscado. “Ese enojo es contra tus padres”, insiste Alicia y yo niego.<br />La sensación es que alguien encuentra gracioso que yo tenga que cargar con un niño, y que jamás pueda entender qué es lo que quiere. Me enojo contra ese alguien, pero no existe, me enojo contra el niño, pero no es eso tampoco.<br />No sé contra qué es el enojo.<br />No es contra mi, no es contra algo en particular, no es posible olvidarlo.<br />Es un camino cerrado.<br /> <br />De repente, veo claramente una flecha amarilla o dorada, señalando hacia arriba o hacia delante. La dejo estar un rato, hasta convencerme de estarla viendo realmente, y decido seguirla.<br /> <br />El paisaje hace forward en un pestañeo donde veo mis pies y los del bebe volando cerca de la flecha, siguiéndola, y aparecemos en un horizonte volcánico.<br />Todo el terreno burbujea en lava, se siente el enojo, y la presencia de mi madre.<br />“Acá sí está mi madre” le digo a Alicia, y los borbotones de los volcanes se superponen con borbotones de polenta caliente que me quema de chico, mi madre al lado se enoja de que me duela.<br />No la veo, pero está, claramente está.<br /> <br />Y de repente, todo el terreno se convulsiona, desde donde estamos hasta el horizonte y más allá, y se levanta.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc9as1tmk4h3d6uBpRhSd1kQQGN1pkxX-Mx799ijQA-2z_nG_WYXZeGcB9bIoGj51j8qEvJetagLwpcwUndOnUWYVsJA-bw4JUhJTmLYcf-Mfvz3RuAOQuX-NcFjksmsShXq27TyvvH80/s1600-h/Arcania02.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 228px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc9as1tmk4h3d6uBpRhSd1kQQGN1pkxX-Mx799ijQA-2z_nG_WYXZeGcB9bIoGj51j8qEvJetagLwpcwUndOnUWYVsJA-bw4JUhJTmLYcf-Mfvz3RuAOQuX-NcFjksmsShXq27TyvvH80/s320/Arcania02.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441470800420988834" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-style:italic;">Ilustración <a href="http://lucianovecchio.wordpress.com/">Luciano Vecchio</a></span><br /><br /><br />El terreno entero es carne, el mundo es cuerpo, deforme, monstruoso, materno. Una masa inmensa, inabarcable de tentáculos que se despega del suelo y se eleva ingrávida hacia el cielo, un montón de carne con muchas cabezas que se va. Una de las cabezas tiene la cara de mi madre, grandísima, gigante.<br /><br />Extrañamente, no tengo sensación alguna de necesidad, excepto una. No siento que deba correr, ni defenderme, ni hacer nada más que sostener a mi bebé en brazos, mientras somos testigos de cómo ese monstruo mundo cuerpo se va.<br />La única necesidad que siento es la de tomar, de todas sus caras, la que más se parece a la de mi madre y retenerla.<br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8bL1nW5IbnnuG8nT-Fn4hyy3DyLzj6YlaQmbliRmH1776Y8a1y77kKeoc1vCdnzB2136xxKcpjy8lmuhIdzk35I9uo4QQi8rRyiDJ_-grPqhcon9NfCnY6AAgJbQO66qMXmCjxgrOGEI/s1600-h/pfmama1.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 199px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8bL1nW5IbnnuG8nT-Fn4hyy3DyLzj6YlaQmbliRmH1776Y8a1y77kKeoc1vCdnzB2136xxKcpjy8lmuhIdzk35I9uo4QQi8rRyiDJ_-grPqhcon9NfCnY6AAgJbQO66qMXmCjxgrOGEI/s320/pfmama1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441470807178925682" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-style:italic;">Ilustración <a href="http://mariaeugeniasandin.blogspot.com">Maria Eugenia Sandin</a></span><br /><br />La tomo y se sale de su cabeza, como una bandera, como una tela inmensa y queda colgando arrugada de mi mano, cubriendo metros y metros de piso. El resto del leviatán inmundo sigue flotando hacia arriba, partiendo para siempre.<br />Miro la piel del rostro inmenso de mi madre y siento al mismo tiempo ganas de quemarla, desterrarla, olvidarla, y de retenerla, guardarla con amor, honrarla.<br />Lloro un poco, pero mientras la masa de carne se termina de perder en el cielo, el bebé que tengo en brazos empieza a reír, feliz.<br />Antes de volver llego a vernos caminando mientras el paisaje, un horizonte de carne y cuerpo, empieza a crecer violeta, índigo, fértil.<br /> <br />Siempre, siempre, me pregunto qué pasará ahora.<br /> <br />El símbolo aplicado fue “Paz con la Sombra”, cuyo subtítulo reza “soltar”.<br />Alicia me dice que quiero tener una mamá que atesorar.<br />Que cuando suelte a la que tuve, que es imposible de tomar, va a llegar la que sí pueda valorar.<br />Estoy demasiado viejo para esto, me digo mientras me voy.<br />Y me pregunto qué pasará ahora.<br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-style:italic;"><br /><br />Si no entendiste nada, por ahi te conviene leerte <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">esto</a> y <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2010/02/contacto-con-la-sombra.html">esto</a>.</span>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-82859387056874147122010-02-22T06:05:00.000-08:002010-02-22T06:09:17.314-08:00Próximamente en Taller de Arcania<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEc2hpzzD2uaWoNphsV8XNYxwY_9eQcrThVFVTfcSVk3ybRxwP5SoQvlxm7llxLLFLMcUJzV3tYkM4Cg9cXmzkBpqQEB6wK0xms2BSm2Zw9YaLrVToTI1GxUPeeegPtIwCj9O5LreCGPM/s1600-h/Arcania02.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 228px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEc2hpzzD2uaWoNphsV8XNYxwY_9eQcrThVFVTfcSVk3ybRxwP5SoQvlxm7llxLLFLMcUJzV3tYkM4Cg9cXmzkBpqQEB6wK0xms2BSm2Zw9YaLrVToTI1GxUPeeegPtIwCj9O5LreCGPM/s320/Arcania02.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441069352795288850" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-weight:bold;">Pink Floyd Mama</span><br /><span style="font-style:italic;">Una coprodución Ferreyra - Vecchio - Sandin</span>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-64117626680754150422010-02-04T06:45:00.000-08:002010-03-03T07:26:32.120-08:00Contacto con la Sombra<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=638IU1X4">acá</a>.</span><br /><br /><br />Una de los mayores problemas que tuve en todo el desarrollo de mi terapia con <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">Alicia Valero</a>, fue la absoluta falta de confianza en mis propias sensaciones y criterios.<br /> Ya Liliana Ortiz, una astróloga más que interesante, me había avisado que estos años estarían marcados por la caída de una estructura de engaños y mentiras en la que había sido criado.<br /> Lo que no se me ocurrió en el momento, es que para que una red de mentiras se sostenga, uno debe creer esas mentiras, en detrimento de la propia percepción de la realidad.<br /><br /> Y que para que eso ocurra, uno debe desvalorizar la propia percepción de la realidad, de manera tan aplastante que lo que otra persona le diga tenga prioridad por sobre lo que uno ve.<br /><br /> Obviamente, en el momento en que uno empieza a descartar la mentira, empieza a acercarse a la realidad, esta vez por su propio pie y criterio. Pero la larga costumbre de descreer de uno mismo hace que la transición sea, por lo menos, complicada.<br /> Uno simplemente no cree en lo que ve, no cree en lo que entiende y, por sobre todas las cosas, no cree en sí mismo.<br /><br /> Cuando se hace un trabajo de introspección tan profunda como el que realizo con Alicia, esto es un contratiempo muy, muy grande, porque en la introspección casi no hay más referente que uno mismo.<br /> Afortunadamente, la guía de Alicia es constante, y benévola con las permanentes idas y vueltas de una persona que no confía ni en su sombra, literalmente.<br /><br /> Y afortunadamente también, buena parte del trabajo de terapia no corre a cargo de la mente conciente o del inconciente personal, con todas sus dudas, sino que es tarea de los estratos más profundos y orgánicos de la psique y del inconciente colectivo.<br /> La ventaja es, mas o menos, la misma que si uno se lastimara la piel y tuviera que cicatrizarla dirigiendo mentalmente las plaquetas y el metabolismo regenerativo: es tanto más fácil y seguro dejar que se encarguen de ello las partes del sistema nervioso, inmunológico y metabólico diseñadas por la naturaleza a tal efecto.<br /><br /> Ya describí varias veces la forma de trabajo con Alicia: una hipnosis inducida por relajación permite el acercamiento al umbral de inconciente, pero manteniendo la presencia de la mente conciente regular. Aprendiendo a hacer el silencio mental necesario, esto permite que los contenidos del inconciente personal emerjan y sean re elaborados por el total del sistema o persona, con todos sus aspectos concientes, sub e inconcientes, personales y colectivos. Esto, por tendencia propia del organismo a a la salud, más la ayuda de Alicia como baqueana, permite que se realice la reconfiguración psíquica necesaria para pasar de ser una persona necesitada de tratamiento, a ser autónomo en la satisfacción de las necesidades y desarrollo de la propia vida.<br /><br /> En algunos casos, esto requiere la re toma de contacto con algunas áreas psíquicas con las que uno puede haber roto relaciones, o no haberlas desarrollado nunca.<br /> El Niño Interno, el Yo Interno, Madre y Padre internos, El Guía Interno y La Sombra, son algunas de las figuras con las que tuve que trabajar. Parece que estaba bastante fragmentado, internamente.<br /><br /> En diversas sesiones tuve contacto con lados míos animales: a veces me identificaba con un oso, un cavernícola. Otras veces, con lados irracionales, violentos o resentidos. Algunos de ellos eran partes mías legítimas, otros eran deformaciones pasajeras, o perversiones de mi ser que la vida me había llevado a tomar por reales.<br /><br /> Los legítimos se caracterizaban por que de todas las emociones que me producían mis lados “oscuros”, la predominante era una especie de miedo reverencial.<br /><br /> Pero la sensación de miedo, en mi estado de confusión permanente, podía indicarme tanto un peligro real en el manejo descuidado o insatisfacción de algún aspecto psíquico mío, como solamente las defensas y resistencias de una fobia, complejo, mala costumbre o recuerdo traumático a desenterrar y erradicar.<br /><br /> Me faltaban criterios, sensibilidad, para diferenciar un estado de miedo de otro: ¿cuándo estaba siendo funcional a una resistencia, corriendo el riesgo de eternizar mi tratamiento, y cuándo estaba detectando un peligro real y pasando de ser un inocente en peligro a ser una persona con capacidad de auto cuidarse?<br /><br /> La historia de mi vida indica que tengo una tendencia peligrosísima a jugar con los límites, principalmente por no reconocer el dolor como una señal válida de peligro, y a hacerme daño de este modo.<br /> Daños irreparables que me autoinflingí me llevaron contra las cuerdas y a terapia, y ahora estaba en el exacto esfuerzo de aprender a diferenciar un miedo razonable y al cual atender, del miedo al cambio, la maduración y la caída de los velos.<br /><br /> Fue la práctica de tarot la que me trajo la primer experiencia en mi vida adulta de una sensación a priori injustificable pero insoslayable, de rechazo hacia un consultante (a quien terminé no atediendo, y sintiéndome bien con ello) que me dió el primer parámetro de una medida interna clara: algo que definitivamente NO quería hacer, sin explicaciones pero con total claridad y conciencia.<br /> “Bueno”, pensé “ahora me falta lo mismo pero por la positiva: algo que tenga una sensación tan clara de SI querer hacer”.<br /><br /> Eso aún no llegó, o al menos no de la manera en que lo esperaba y espero, pero si llegó un abanico de experiencias en la vida cotidiana donde las sensaciones intuitivas cobraron solidez, vigor y validez ante mis propios ojos, pasando a formar parte de las consideraciones importantes en que baso mis acciones cotidianas.<br /><br /> Ya sé: suena tan normal que uno se pregunta qué hacía antes de desarrollar esto, cómo vivía.<br /> Les recuerdo que estoy contando mis experiencias de terapia. La vida no es gran cosa ahora, pero antes era un asco.<br /><br /> Lo que también llegó fué una sesión en particular.<br /> Alicia me aplica un símbolo de re i ki, y apenas entro en trance visualizo, con una estética propia de “El extraño mundo de Jack”, una colina recortada contra el cielo nocturno, iluminada por la luz plateada de la luna, con una cabaña encima. La cabaña tenía una ventana cuadrada, por la que salía luz amarilla.<br /><br /> Una silueta graciosa que me representaba sube por la colina y entra en la cabaña. La cámara cambia a subjetiva, y veo como a través de mis propios ojos la puerta de la cabaña se abre por mi mano, mostrando una especie de taberna vikinga, con una mesa central rectangular, larga y llena de figuras vagamente familiares.<br /><br /> No podía ver frontalmente a casi ninguna de estas figuras, más que a un oso y un cavernícola, que en las últimas visualiaciones venían apareciendo juntos. Me pareció ver por ahí un caballo alado, también personaje recurrente de un tiempo a esta parte.<br /><br /> La cabecera de la mesa estaba presidida por una silla de características similares a las de un trono sin pretensiones, sencillo pero imponente, en el cual se sentaba una silueta totalmente negra.<br /> Desde su contorno hacia dentro no se distinguía absolutamente nada.<br /> Era evidentemente el jefe del lugar, se notaba mucho más alto y corpulento que yo. Pero internamente supe, desde el primer momento, que también era yo.<br /><br /> De alguna forma la mesa se corrió y nos encontramos frente a frente, teniendo el típico diálogo sin palabras de las visualizaciones. Cuando dialogo con alguna figura interna en estas instancias, el contenido me llega más por sensaciones que por discursos.<br /><br /> No estoy muy seguro de lo que me dijo en ese momento, porque mi atención estaba mayormente concentrada en una lucha interna entre el temor, la compulsión por ver debajo de la sombra, y la certeza de que no debía hacerlo.<br /><br /> Escribí en otro lado acerca de la conveniencia del tabú, así que estaba intelectualmente avisado del protocolo pertinente en este caso, pero lo que Alicia da en llamar “la interferencia de la mente personal”me inducía compulsivamente a querer develar la sombra, anteponiendo al mismo tiempo imágenes horribles sobre la silueta negra: fragmentos de mi cadáver descompuesto, monstruos y cosas que sabía irreales, pero no podía detener.<br /><br /> En cierto momento, siempre sin palabras, conseguí manifestar este estado a la figura en el trono, que aceptó una situación intermedia: “mientras todavía te produzca miedo” me dijo, traducido más o menos libremente de telepático sensorial a discursivo lineal, “no hace falta que me veas directamente”.<br /><br /> El ángulo de la situación cambió, no sé porqué, y se trasladó todo a la derecha de donde estaba el trono, donde apareció una muralla de negrura plena, aparentemente infinita. Yo sabía que terminaba en las paredes de la cabaña, pero no podía ni me interesaba ver dónde estaban éstas.<br /><br /> Yo sabía exactamente en qué dirección y a qué profundidad de la pared de negrura se encontraba la silueta negra, y la intensidad de la comunicación no varió.<br /> Así que le manifesté mi conformidad con este estado de cosas, y agregué dos cosas que me soprendieron: una fue la aseveración, totalmente honesta, de que de ahora en más sabría siempre reconocer a esta presencia de entre todas las demás que pudieran querer venir desde ese lado del muro a hablarme, darme órdenes o hacerme pedidos en su nombre. No hay lugar a imposturas, porque ahora te conozco con certeza, y no hay confusión posible: voy a saber siempre cuando sos vos y cuándo es otra cosa.<br /><br /> Lo segundo fue, también sorprendente para mi, una especie de garantía de lealtad de mi parte hacia ella – él, en la que me comprometía a mantener contacto regular, para tomar nota de sus deseos y necesidades, y rendirle cuentas de mis acciones para satisfacerlos.<br /><br /> Al salir del trance, por supuesto, el símbolo que me mostró Alicia era el de “Paz con la Sombra”<br /><br /><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW9jgh7dLq-g5x3PViY4Z19k5eh7roUZLnZf5GBMY7udoNACcyj3WpPrylI32uyljXETbenvRs4EEmU9au7esJYKAE_PWfUmqMYUZh7g_kQ8tO_7S3hKFtIiNocN6KpLMzDe3whQfNh1WY/s1600-h/Ra+Ta+Rio"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 284px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW9jgh7dLq-g5x3PViY4Z19k5eh7roUZLnZf5GBMY7udoNACcyj3WpPrylI32uyljXETbenvRs4EEmU9au7esJYKAE_PWfUmqMYUZh7g_kQ8tO_7S3hKFtIiNocN6KpLMzDe3whQfNh1WY/s320/Ra+Ta+Rio" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434540379683166434" /></a>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-37038108004728298602010-01-20T06:02:00.000-08:002010-03-03T07:27:50.714-08:00Sobre como se ve el alcohol, si lo agarras de entrecasa.<span style="font-style:italic;">También acerca de la relación entre espacios físicos, emocionales y algunas imágenes internas…</span><br /><br /><span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=R1BXALBY">acá</a>.</span><br /><br /><br />Ya comente que el eje temático sensaciones en el pecho - elaboración de la enfermedad de mi padre - relación con ambos padres - maduración personal - elaboración del cáncer y muerte de mi primo - elaboración de mi propio hiv produjo, a lo largo de casi tres años, un buen montón de páginas de reflexiones.<br /><br /> Llegó el día en que decidí soltar lastre y perder la oportunidad de documentar este proceso, esperando ganar a cambio la posibilidad de terminarlo o, por lo menos, aligerarlo y atravesar más rápido las etapas dolorosas del mismo.<br /><br /> Si bien hacía ya rato que los dolores más intensos habían terminado, aún no llegaba a sentirme bien.<br /><br /> La frase recurrente con Alicia era algo como “antes me sentía realmente muy mal, así que ahora como que no puedo quejarme, pero…”<br /><br /> “Pero no querés sentirte menos peor, sino bien”, terminaba ella, y estábamos de acuerdo.<br /><br /> Los temas que atravesé desde que dejé de escribir hasta hoy tuvieron que ver con mi sexualidad, con el miedo, con el enojo hacia mis padres, con la aceptación del presente y con la capacidad de sentir.<br /><br /> Cierta noche, medio desperté sintiendo, en la semiconciencia propia de esas horas, el tirón de la marea y casi supe que todo había sido un corto sueño sin futuro: que nunca llegaría más lejos que esa pieza de hotel, y que dentro de poco habría tenido que volver a casa de mi madre, para no salir más.<br /><br /> Morir o no de sida unos meses después era un epílogo que traté de imaginar antes de volver a caer dormido, porque era menos terrible que verme llegar a viejo a la sombra de mi madre.<br /><br /> Ese mismo sábado me agarré una borrachera inesperadamente fuerte, tal que me levanté el domingo a vomitar durante cinco horas, y recién el lunes pude incorporarme de veras e ingerir algo.<br /><br /> El domingo, mientras me sentía enfermo y me preocupaba por mi futuro en todo sentido, también tuve inexplicables arranques de bienestar anímico.<br /><br /> Ceci pensó en Eros y Tánatos cuando se lo conté.<br /><br /> Es imposible que uno determine de manera convincente para otros si fue o no víctima de un mecanismo de compensación, pero no me convenció lo de Ceci. Estaba bastante seguro de la legitimidad de las <br />sensaciones que había atisbado desde mi resaca.<br /><br /> A partir del lunes, sin embargo, toda sensación de bienestar desapareció y sólo deseaba beber.<br /><br /> Se me hizo evidente que el efecto más pernicioso del alcohol en mí es el quiebre de la confianza: todo lo que fresco me parece tangiblemente cierto se vuelve no solo dudoso, sino casi su mismo negativo: la espera es estancamiento, el descanso enfermedad, mis diferentes capacidades, vanidad estúpida, todo plan irrealizable.<br /><br /> El único incentivo que me lleva de un día al siguiente es un erosionado impulso hacia la vida y la terca repetición de palabras vacías de auto aliento.<br /><br /> Ciertas.<br /><br /> Pero vacías.<br /><br /> En la siguiente sesión con Alicia, en el trance me sugiere que “me haga chiquito y entre por mi boca”.<br /><br /> Los paseos por el interior del cuerpo son parte regular del trabajo, uno de ellos que nunca postée me produjo sensaciones que sólo había experimentado antes bajo el influjo de alucinógenos potentes.<br />Esa vez me valió un reto de Ali: “esto no es una pepa, no estás jugando: estás trabajando con tu salud mental y la dirección de tu vida”.<br /><br /> Esta vez, al caminar por mi pecho, lo veía como el bodegón de un barco roto. El sol entraba por la parte superior y el piso cubierto de agua sucia.<br /><br /> Las paredes estaban llenas de barro y el pulmón derecho entero era una masa taponada de materia marrón nebulosa.<br /><br /> Escuché una voz, susurrante y desde no muy lejos, que decía “dejate caer y morí”.<br /><br /> La reconocí claramente, llevaba toda la semana escuchándola.<br /><br /> En realidad, me dí cuenta, llevaba años escuchándola.<br /><br /> La seguí, por el camino que llevaba al corazón, donde encontré, apoyada como si hubiera entrado a escondidas por la puerta de atrás, una araña azul gigante, mezcla del bicho de alien y una fantasía de “El quinto elemento”.<br /><br /> Susurrándole desde detrás del oído, a mi corazón, “dejate caer y morí”.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvm2zZuxus5vsJ4DxoIMjese3DBoTb4SapbDwSJiC7fPBuCqd664qfY4vWwqqIhfSCyrGrKPipoLdAz-0Mmjo5S0tBa1BFAsyCzxp1YlLk5xryX2aUfQvaMwN4o2peRjYYYCQSBF5Gc_w/s1600-h/Sobre+como+se+ve+el+alcohol+de+entrecasa-Luc+II.JPG"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 288px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvm2zZuxus5vsJ4DxoIMjese3DBoTb4SapbDwSJiC7fPBuCqd664qfY4vWwqqIhfSCyrGrKPipoLdAz-0Mmjo5S0tBa1BFAsyCzxp1YlLk5xryX2aUfQvaMwN4o2peRjYYYCQSBF5Gc_w/s320/Sobre+como+se+ve+el+alcohol+de+entrecasa-Luc+II.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5428822767348289314" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-style:italic;">Ilustración: <a href="http://lucianovecchio.wordpress.com">Luciano Vecchio</a>.</span><br /><br /><br /><br /><br /> La empecé a sacar a patadas, mientras le contaba a Alicia lo que veía y mi sensación de que “siento que yo soy mas fuerte que este bicho, pero no tanto: estoy pudiendo sacarlo, pero no sé si lo voy a lograr realmente”, mientras ella casi me gritaba que llamara mi guía.<br /><br /> “No quiero llamarlo”, dije, mientras igualmente lo invocaba “porque le va a hacer daño a este bicho”.<br /><br /> Efectivamente mi guía, el gaucho José, llegó facón en mano y mi mirada se desvió sola mientras sabía que estaba acuchillando salvajemente al bicho, cortándolo en muchos pedazos.<br /><br /> Sabía que lo iba a matar si lo llamaba.<br /><br /> Lo que no sabía era que cuando volviera a mirar y viera sus restos despedazados, me alegraría tanto.<br /><br /> Esa semana me llegó la frase “la alegría salvaje de vencer al enemigo”.<br /><br /> De asegurar la propia supervivencia por la fuerza y la imposición.<br /><br /> Acto seguido, mi guía comenzó un trabajo que solamente pude ver / entender como la irrigación de mi corazón con una gran cantidad de energía, que no pude llegar a ver de dónde llegaba.<br /><br /> El corazón colgaba de algún lado como un fruto madurando, y la energía era tanta, que en cierto momento lo cubrió como una marea, y supe que no volvería a aparecer por un tiempo.<br /><br /> Alicia me pidió que le preguntara a José si faltaba algo por hacer, y éste extendió una estructura de alambre de púa alrededor de mi corazón, como un alambrado protector.<br /><br /> Al charlar después mi sensación de que esa estructura no era de por sí suficiente, Alicia explicitó: “estoy convencida de que lo que le va a abrir las puertas al enemigo es el alcohol. Está en vos tomar o no”.<br /><br /> “Te aconsejo que le pidas ayuda a tu guía para no tomar”, fue lo último que me dijo, y a partir de acá la cosa se me empieza poner espesa, porque a la semana siguiente conocí a la otra paciente de Alicia con hiv, a quien está por dar el alta por considerar finalizado el tratamiento.*<br /><br /> Mi guía es un gaucho, el suyo es un ángel, y dice hablar frecuentemente con Cristo.<br /><br /> Y yo la veo tan bien, que quisiera sentirme como ella, así que empecé a hacer esfuerzos concientes y constantes por acostumbrarme a hablar con mi guía en toda circunstancia.<br /><br /> Temo que dentro de poco, me encuentren hablando con ángeles.<br /><br /> Y no es joda.<br /><br /> Si me sirve, lo voy a tomar.<br /><br /><br /> Entre las muchas cosas que hablamos, me preguntó por mi vida sexual, y mi contestación fue honesta: “tuve algunas experiencias desde la infección, pero ahora está todo suspendido”.<br /><br /> “¿Porqué suspendido?”<br /><br /> “No lo tengo claro, pero siento que me están apareciendo nuevos espacios emocionales, nuevas dimensiones afectivas, que todavía no terminan de cuajar”<br /><br /> “¿Nuevos espacios emocionales, nuevas dimensiones afectivas?”<br /><br /> “Si, no puedo explicarlo mejor… como que antes, aparte de coger y a veces charlar, no había mucho más para lo que quisiera una pareja. Y ahora me están apareciendo nuevas necesidades y posibilidades, otras ideas acerca de compartir mi tiempo, a mi mismo y de recibir o tener a alguien cerca, pero son demasiado nuevas para que las termine de entender o las pueda usar o satisfacer”.<br /><br /> “Mm.. creo que entiendo…”.<br /><br />--------------------------------------------------------------<br /><br /> Alicia me habló de Paula, masajista.<br /><br /> Decidí tomar una sesión con ella, le dejé mensaje, me contestó, no me quiso decir por teléfono lo que cobraba y al encontrarnos en persona tuvimos una larga charla donde encontramos gran coincidencia de puntos de vista, y me explicó que no me había querido decir el precio por teléfono por que “algo le dijo que convenía ajustarlo en persona” y que le parecía importante, ahora en persona, aclararme que “no me <br />perdería el tratamiento por falta de dinero”.<br /><br /> Es esa clase de gente.<br /><br /> En esa primer sesión me trabajó los pies con delicadeza y la espalda con el codo.<br /><br /> Mis apoyos cambiaron en el momento y hasta el mismo viernes siguiente, mi cuerpo siguió acomodándose como resultado de ese masaje.<br /><br /> Cada día, algo más iba a ponerse en su lugar, solito.<br /><br /> Me dijo que en el trabajo había sentido que la tensión de mi cuerpo tenía que ver con un momento de “romper estructuras”.<br /><br /> Estructuras “que son y no son tuyas: que son tuyas porque te tocó vivirlas, y son un lugar al que volvés, pero nada más que eso”.<br /><br /> “Me viene constantemente la imagen del elefante encadenado”, dijo.<br /><br /> Dando vueltas un día en casa, me encontré pensando en aquella sensación de retorno inevitable a casa de mi madre, y en que dicha sensación había sido solamente la manifestación de un temor específico: el temor a lo desconocido porque, rompiendo los moldes de mis padres al mismo tiempo que mis lazos con ellos, me encontraba ya sin imágenes que proyectar hacia el futuro.<br /><br /> “A partir de ahora, todo es desconocido”, me decía, “y eso da miedo”.<br /><br /> Y de repente me dí cuenta de que no, no me daba miedo.<br /><br /> A mi no.<br /><br /> El que sentía miedo era mi padre, a través mío.<br /><br /> Me deshice del miedo desde entonces, aunque cierta desazón me acompañó todavía una semana más, hasta la segunda sesión.<br /><br /> La segunda sesión, Paula desempacó su repertorio esotérico y usó piedras, además de maniobras de quiropraxia y reflexología.<br /><br /> Empezó por repetirme, sin saber, mis propias consideraciones acerca del pecho: que contiene los dos chacras más vinculados a las emociones y sentimientos, que de su estado dependía la libre expresión y ejercicio de ellos, etc., etc.<br /><br /> Al terminar no solo me sentía inmensamente más liviano, sino que mi esternón ligeramente hundido, del cual se había descartado por otros profesionales que pudiera modificarse, había crujido al abrirse cerca de dos centímetros.<br /><br /> Por si no lo saben, dos centímetros mas de amplitud en el pecho, es un montón.<br /><br /> Un nuevo espacio, cerca del corazón.<br /><br /> “Es otro cuerpo” le dije, emocionado.<br /><br /> “Es el tuyo de veras” me respondió, contenta.<br /><br /> Me sentí lo más cercano a pleno que me sintiera en mucho tiempo, quizás en toda mi vida.<br /><br /> Por primera vez, bien.<br /><br /> Realmente bien.<br /><br /> A partir de ahora, todo es desconocido.<br /><br /><br /><br />*A la fecha, ya le dio el alta. Ella continúa ahora estudiando con Alicia para aplicar lo que aprenda a su propio método terapéutico.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-27813054159974883412010-01-14T07:05:00.000-08:002010-01-24T16:38:35.639-08:00Desprogramación o remoción de lo negativo en nuestra historia personal<span style="font-style:italic;">Inauguramos la sección "Servicios".<br />Próximamente en este mismo blog, o en otro propio, masajes y lecturas de tarot. Estoy preparando los textos que expliquen más o menos qué tipo de masaje, de lecturas, de qué hablamos cuando decimos cualquiera de estas cosas, etc.<br />Las FAQ´s, que le dicen.<br />Lo que se presenta hoy acá es un ejercicio hiper sencillo, muy útil, fundacional, que me diera <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">Alicia Valero</a>.<br />Se realiza en una única sesión de menos de una hora y estoy positivamente convencido de que es una herramienta súper útil para el autodesarrollo.<br />Cobro por aplicarlo por el sencillo motivo de poder disponer de mi tiempo con las menores presiones económicas posibles, pero no es lo fundamental: cualquiera que piense que lo necesita y no dispone de los $50, nada más comuníquese a muduriaga@hotmail.com, o al 15 61 70 79 44, y hablamos.<br />TIENEN que saber que es infinitamente más probable que los saque volando a la primer ida y vuelta con el horario, que por cuestiones económicas. El dinero no, pero el tiempo sí es para mí muy importante.<br />Los invito a leer de qué se trata la desprogramación de lo negativo, lo más importante que deben saber es que<br /></span><br /><br /><span style="font-style:italic;"><span style="font-weight:bold;">No se trata de palabras, sino de acciones...</span></span><br /><br /><br /><span style="font-weight:bold;">1-Para qué es esto.</span><br /><br /> El objetivo de la desprogramación es ayudar a la persona a modificar su conducta en aquellas áreas en que la misma le produce molestias, problemas, dolor o sufrimiento.<br /><span style="font-weight:bold;"><br />2-Dónde trabaja esto. </span><br /><br /> Los seres humanos tenemos una serie de recursos para manejar nuestra conducta.<br /> Somos concientes de muchos de estos recursos, y no lo somos de muchos más.<br /> Todos nuestros recuerdos, por ejemplo, están en algún lugar, “olvidados”, hasta el momento de recordarlos y traerlos a la conciencia.<br /> Evidentemente el hecho recordado “vive” dentro nuestro, pero hasta el momento de recordarlo ni el hecho, ni el mecanismo por el cual lo recuperamos, son visibles para nuestra mente.<br /> Todos los hechos que hemos vivido, recordados o no, nos llevaron en su momento a sacar alguna conclusión al respecto.<br /> Hay dos reglas generales: a)- todas las conclusiones que sacamos en el momento son correctas, y b)- eso no significa que vayan a ser correctas para siempre.<br /> Pero las conclusiones implican asumir una posición, o aprender una conducta respecto de algo.<br /><br /> Así como hay un mecanismo que se ocupa de recuperar los recuerdos almacenados, hay otro mecanismo, que por una convención ya establecida llamaremos “computadora”, que se ocupa de automatizar las respuestas y las conclusiones que se derivan de los hechos a los que la persona se ve expuesta más seguido.<br /> La “computadora” no reside en la conciencia regular ni en el inconciente profundo sino en el espacio intermedio del subconsciente, y tiene manejo de un campo amplio de cosas: las respuestas conscientes, inconscientes, voluntarias e involuntarias de la persona y de su organismo, porque así se asegura la mayor eficacia en su función, que es la de minimizar la energía y tiempo dedicados a calcular y evaluar situaciones, para optimizar la capacidad de respuesta.<br /><br /> Supongamos el siguiente ejemplo: una persona vive en un lugar donde puede cruzarse con perros agresivos, digamos cerca de un bosque.<br /> Esta persona necesita poder discernir muy rápidamente si está en peligro o no, y actuar en consecuencia.<br /> La computadora toma nota de las experiencias previas, de lo que se diga en el entorno, de lo que la persona haya aprendido por si misma y de otros, y asocia la idea “peligro” a cualquier manifestación de “perro”.<br /> Con esto, a la menor señal de un perro, el sistema nervioso de la persona segrega adrenalina y la pone en guardia y listo para correr o pelear, con lo que hay un montón de pasos previos de preparación que la persona se ahorra: no tiene que preguntarse si hay o no hay un perro, esperar a verlo, preguntarse si será o no será peligroso, ni esperar a recibir una mordedura para decidir qué hacer, porque la programación de la computadora ya tomó todas las decisiones al respecto, y la persona ya está lista para actuar en consecuencia. Esta velocidad de reacción es valiosísima y puede salvarle la vida muchas veces.<br /><br /> La misma acción se aplica al aprendizaje de todo aquello que ocurre cotidianamente en la vida de la persona: todo lo positivo o negativo, que ocurre regularmente, propicia reflejos condicionados y respuestas pre hechas, que la mente conciente no decide. La mente conciente tiene una especie de “arreglo” con la computadora, tal que le delega la responsabilidad de dar respuesta a un montón de cosas, para estar ella misma libre de atender a otras. Cada parte con sus asuntos.<br /> Y aquí llegamos a la potencial fuente de problemas: la realidad verdadera, inmediata, no es asunto de la computadora: para eso están la mente conciente y otros mecanismos ubicados en el inconciente.<br /> O sea que si las condiciones cambian, la computadora sola no se entera, y sigue repitiendo las respuestas programadas a cada estímulo.<br /><br /> Pero siempre, en algún momento, las condiciones cambian, y hay que modificar la programación.<br /> Supongamos que la persona del ejemplo se muda a la ciudad, donde no hay perros salvajes, sino que absolutamente todos están domesticados. La persona está rodeada de perros, hay señales de ellos, por todas partes, pero ya no corre peligro.<br /> Pero su computadora continúa programada para predisponerlo a la lucha y la huída cada vez que capta señales de presencia de perros, incluso aunque sean tan mínimas que estén por debajo del umbral de la conciencia. Esta persona va a estar permanentemente estresada y angustiada si necesidad, y muchas veces sin saber ni porqué.<br /> Eventualmente, la mente conciente puede establecer conexiones y decir “uy, me acabo de asustar de un perro, esto es lo que estoy sintiendo estos días que me tiene tan mal, tengo que hacer algo porque ya me dijeron que acá los perros no atacan, mirá esa ancianita pasea tres juntos y no se la comen, ya basta con esto, dejémosnos de joder con el miedo a los perros”, y hacer que la persona tome las acciones necesarias para reprogramar la computadora.<br /> La computadora siempre se programa y reprograma mediante hechos y acciones. Verbalizar una intención también es una acción, pero esto es un detalle.<br /><br /> En el caso del ejemplo, la reacción de la persona a los perros no era una fobia, sino un aprendizaje útil en un contexto e inútil en otro. Si la persona es conciente de cuándo asumió el primer aprendizaje, su mente conciente puede atar cabos y decir “las condiciones cambiaron, esto ya no es útil”.<br /><br /> Pero no todos los aprendizajes están disponibles a la memoria.<br /><br /> Hay dos tipos de aprendizajes, los tempranos y los traumáticos, que se mantienen regularmente fuera del alcance de la mente conciente, y por lo tanto no son susceptibles de reprogramación, excepto en circunstancias extraordinarias, o con muchísimo tiempo y reflexión, que en general no tienen otra motivación de ser hecha más que, justamente, circunstancias extraordinarias.<br /><br /> Los aprendizajes tempranos son aquellos que se olvidan a la edad aproximada de cinco años, cuando sobreviene el fenómeno común conocido como “amnesia de los cinco años” o “amnesia infantil”, que abarca el período de la etapa edípica. Permanecen fuera de la conciencia pero, en casos positivas ideales, no requieren revisión ni reprogramación alguna. Todos los cambios que les sobrevengan son, simplemente, nuevos aprendizajes.<br /><br /> Los aprendizajes traumáticos se olvidan, en cambio, por la misma naturaleza del trauma. Cuando algún hecho produce tanta presión psíquica, sea miedo, angustia o dolor, que compromete el funcionamiento cotidiano de la persona o su misma supervivencia, el organismo lo “retira” de la conciencia, pasa a ignorarlo y actuar, en el nivel conciente, como si eso jamás hubiera pasado.<br /> La programación en este caso apunta generalmente a sobrevivir en condiciones donde lo traumático pueda volver a ocurrir, pero sin permitir que la conciencia se entere.<br /> El gran problema de esto es que entonces no es reprogramable en condiciones ordinarias.<br /><br /> Finalmente, es casi imposible que una persona pueda superar los cinco años de vida sin haberse pegado algún susto, del cual se desprende un trauma y el subsiguiente condicionamiento y programación.<br /> Prácticamente todos hemos atravesado algún hecho traumático (normalmente entre uno y tres), que instalaron en nuestra computadora un programa fuera del alcance de la conciencia y de la capacidad de reprogramación.<br /> Este programa dispara, ante ciertos estímulos, una respuesta vieja a circunstancias de nuestra infancia, y por lo tanto inadecuada, pero compulsiva e inconciente.<br /> Afecta nuestra conducta y lo que hacemos de manera directa, pero dado que parte del componente traumático implica que no suba nunca a la conciencia, nos volvemos, en el momento de actuar la programación, ciegos a nuestra conducta, justificándola a través de explicaciones, racionalizaciones o simplemente ignorándola, siendo inconscientes de lo que hacemos, de nuestras propias acciones.<br /> En este caso, percibimos nuestra conducta indirectamente: a través de sus consecuencias. Por lo tanto, regularmente, las consecuencias de nuestra conducta compulsiva son algo que sufrimos como externo, como cosas que “nos pasan” o “nos hacen”.<br /> Pero que tienen la extraña cualidad de ser recurrentes: de ser cosas que “siempre nos pasan” o “siempre nos hacen”.<br /> Los alcances de esto son, siempre, sorprendentes para la propia persona. Como dice Jung, “lo que no se hace consciente se vive como destino”.<br /> <br /><span style="font-weight:bold;">3-Cómo trabaja esto.</span><br /><br /> Los programas de la computadora, como dijimos, se instalan de dos formas regulares: a través de la experiencia de vida, que es como el hombre del primer ejemplo aprendió a temer a los perros, y a través de la reflexión sobre la experiencia y la ejecución de nuevas acciones que produzcan nuevas experiencias y nuevos programas subsiguientes, que es como el mismo hombre aprende a superar el miedo a los perros.<br /> La primer manera es como aprendemos a hablar y todos los actos del sentido común, la segunda es como aprendemos a tocar un instrumentos o cualquier destreza que se deriva de la práctica y el perfeccionamiento.<br /><br /> Pero hay una tercer manera de programar la computadora, que es la que aplicamos aquí.<br /><br /> Ciertos estados de relajación permiten acceso al subconsciente y, con el permiso obligatorio de la persona, y sólo con él, la sugestión.<br /> Esto, según la naturaleza de la sugestión, puede llegar a ser una nueva programación.<br /> Dado que las funciones de la computadora son vastas, no corresponde ni se puede intentar una programación plena.<br /> La tarea es sencillamente imposible, por un lado, y por otro lo más seguro es que las buenas intenciones de un emprendimiento así terminen siendo los adoquines de un camino al infierno.<br /> Lo que se conoce como desprogramación es en realidad la inserción de un nuevo programa, cuya orden básica es “reprograma!”, y la subordinada es, en términos generales, “lo que me hace sufrir”.<br /> Dado que la computadora tiene, como dijimos, manejo de factores sub e inconscientes, la inserción de un programa de tales características le da carta blanca para aprovechar las ocasiones de choque entre la programación vieja y la realidad nueva como oportunidades de reprogramación: fundamentalmente, ablanda la rigidez del condicionamiento previo y acerca a la conciencia las conclusiones y creencias propias de la programación vieja, permitiendo la reflexión y la creación de nuevas respuestas.<br /> Dadas las características del funcionamiento del sub e inconsciente, la generación de nuevas respuestas no requiere obligatoriamente el recuerdo del trauma o aprendizaje, pero si asegura la eventual percepción y toma de conciencia de la programación inadecuada.<br /> Esto ocurre indefectiblemente pero sin plazos, y casi siempre a través de las mismas situaciones de las que uno se quiere liberar, ante las que uno comienza a percibir los propios errores, pero con una nueva capacidad de adaptación y respuesta.<br /><br /> En síntesis, la desprogramación es un motor y una ayuda al aprendizaje vital, que permite superar los condicionamientos del subconsciente, con la ayuda de los mismos mecanismos que en otras circunstancias los hacen fijos e irresolubles.<br /><br /><span style="font-weight:bold;">4-Instrucciones concretas</span><br /><br /> La desprogramación se realiza en un sola sesión, que consta de una relajación y visualización guiada, y una pequeña ceremonia posterior, donde se actúa/acciona/activa la sugestión implantada en la visualización.<br /> Los requisitos son mínimos, pero deben ser cumplidos.<br /> Se pide asistir con:<br /> - una lista de los “no quiero más”: todas las situaciones negativas en las que uno se encuentra recurrentemente. La lista debe estar encabezada por la frase “no quiero más”, y a continuación se escribe todo lo que a uno se le ocurra. Puede ser “fumar”, “soledad”, “enojarme tan seguido”, “enfermarme”, “no tener trabajo”, “ser inseguro”, absolutamente cualquier cosa.<br /> La lista es absolutamente privada: no va a ser leída por mí, ni debe ser leída por nadie, a fin de asegurarte libertad total en el momento de escribirla.<br />- Un segundo papel, en blanco. Puede ser una hojita A4, una hoja de cuaderno, un papel de diario o de envoltorio para regalo, lo que gusten. No es para escribir ni nada.<br />- Un sobre de papel, del tipo que gusten, preferiblemente que les resulte grato a la vista.<br />- Ropa cómoda.<br />- Obviamente, sobrios: cualquier persona que consuma regularmente cerveza, marihuana, sedantes o psicoactivos de cualquier tipo (excepto indicación médica, claro), deberá abstenerse desde unas horas antes de la cita. No hace falta mucho: alcanza con no haber consumido el mismo día.<br /><br /> El total del trabajo no lleva más de una hora, regularmente.<br /> Se cobra $50.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-84370208338528602932010-01-10T08:40:00.000-08:002010-01-10T08:47:09.336-08:00Próximamente en Taller de Arcania<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2qrb5hfGNFUwsza-K-pNh7senTaG09nc7DKlJg4GY_BNCHXIs-vISHyZKctMRC4Um9_D6Bd5mO8wMzxt79Uase7jsKT1yXhGEACjY6pQ90eGnovV_J-XFP7UcU5ZVl9wp12vHB0wGwoI/s1600-h/Sobre+como+se+ve+el+alcohol+de+entrecasa-Luc.JPG"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 288px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2qrb5hfGNFUwsza-K-pNh7senTaG09nc7DKlJg4GY_BNCHXIs-vISHyZKctMRC4Um9_D6Bd5mO8wMzxt79Uase7jsKT1yXhGEACjY6pQ90eGnovV_J-XFP7UcU5ZVl9wp12vHB0wGwoI/s320/Sobre+como+se+ve+el+alcohol+de+entrecasa-Luc.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5425152565385704274" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />Siiiiiiiii!!!<br />Otro asco!!<br />De a poco va a ir mejorando, lo juro.<br />De hecho, si se fijan, casi todos los relatos tienen un final feliz.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-13301303299746415922010-01-06T08:01:00.000-08:002010-03-03T07:29:15.087-08:00¿Y este piecito de quien es? (ó “I got you under mi skin”)<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=7W3IW0EL">acá</a>.</span><br /><br />No hace tanto, la astróloga Liliana Ortiz me dijo que una característica de mi personalidad es que tiendo a disolverme: que mis fronteras se borran, que pierdo de vista donde termino yo y empieza el otro.<br /><br />La comparación con mi deficiente sistema inmunológico fue evidente, pero aún así no me pareció del todo desagrable como cualidad y escribí algunas cosas, que ahora no vienen al caso.<br /><br />Hace menos aún leí Promethea, donde se habla del arquetipo de la justicia como la figura que se encarga de mantener los límites bien definidos.<br /><br />De colocar cada cosa en su lugar y, con la precisión de una balanza, con el filo de una espada, evitar que se corran un milímetro de donde deben ir. Cuenta que Crowley redefinió la carta del tarot “La Justicia” como “La Justeza”. Dentro del delicado equilibrio de lo que existe, el aspecto de precisión y correspondencia en la distribución de las cosas.<br /><br />Cada elemento en su lugar, sin errores ni concesiones, para que no se caiga todo.<br /><br />La Justicia corresponde también al reinado de Geburah, el Zephirot encargado de filtrar las impurezas de la existencia. El hígado cósmico, el sistema inmunológico de la creación.<br /><br />La definición de los límites, donde empieza y termina una y otra cosa.<br /><br />Hace todavía menos, aprendí que los sentimientos no se explican sino que se expresan, tuve una pelea definitiva con mi madre y hermano y tras unos meses de distancia, Alicia sugirió espontáneamente retomar un ejercicio de visualización dirigida.<br /><br />Mi primer sesión con Alicia consistió en un ejercicio que ella llama “desprogramación”.<br /><br /><br /><br />Este ejercicio consistió, la primera vez, en una visualización realizada durante un trance hipnótico leve, inducido mediante relajación. El tipo de estados descriptos en “<a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">Bases mínimas</a>”.<br /><br />La desprogramación es el ejercicio pilar del método de Ali, pero cuenta con algunos otros, que mecha cada tanto, cuando lo considera necesario, en el tratamiento.<br /><br />Las visualizaciones regulares con Alicia son, por asi decir, “libres” y espontáneas: no se busca particularmente nada, y se va actuando según lo que va surgiendo.<br />Esta era, por así decir, “sugerida”.<br /><br />Las “sugerencias” son explícitas: “estás en tal lugar, enfrente de una pared blanca, de atrás de la pared sale tu padre”.<br /><br />“¿Cómo lo ves? ¿Qué hace?”<br /><br />“Tanteate la espalda: tenés una mochila. ¿Cómo es? ¿Es grande? ¿Es pesada?”<br /><br />“Quitátela, dásela, y decile “esto es tuyo”.<br /><br />“¿Qué hace?”<br /><br />“Ahora, que se vaya. De atrás de la pared viene tu madre”<br /><br />Etc.<br /><br /><br /><br />La primera vez que hicimos este ejercicio, me saqué diferentes mochilas. Una relativamente grande para mi padre, quien me hizo creer que depende económica y emocionalmente de mi desde que tengo veinte años en un caso, y desde los cinco en el otro, y cada vez mas pequeñas para mi madre y hermano.<br /><br />Casi un año después de hacerlo por primera vez, Alicia consideró oportuno rehacer este mismo ejercicio.<br /><br />En ese año, Alicia trajo a colación diferentes figuras para usar durante las visualizaciones, incluída la de mi “guía”: una persona, ente o figura a la que recurrir cuando me encuentro muy desorientado.<br />Con esta figura tuve varios problemas, fundamentalmente por la desconfianza de mi parte hacia cualquier figura con estas connotaciones.<br /><br />Tuve que reformular la figura varias veces, y algunas veces mi guía fue una versión de la carta del Ermitaño, otras fue una bola informe de energía robada de la historieta “Kamandi”, después el sol mismo y, finalmente, un gaucho con marcadas características indias llamado José.<br /><br />José tiene un semblante particularmente fiero y decidido y, si bien en general transmite una imagen benevolente, no tengo dudas, al mirarlo, de que es capaz de matar.<br /><br />La entrada en relajación y trance habituales incluyen imaginar o visualizar el descenso por una escalera, tras lo cual me pregunta Alicia dónde me encuentro, qué veo.<br /><br />Regularmente encuentro paisajes llanos y arbolados, con un horizonte amplio y variado, por los que empiezo a deambular.<br /><br /><br /><br />Esta vez, llevado por Alicia, busqué y creé una pared blanca, detrás de la cual saldría mi padre, a quien tendría que entregar, de nuevo, la carga que le pertenece y erróneamente portaba yo.<br /><br />Mi padre salió de tras la pared blanca, con la mirada confusa y torpemente sonriente, sin terminar de verme, como quién trata de convencerse de que está en un sueño y de tomar una actitud confiada, en el filo entre la estupidez y la locura.<br /><br />Y yo, al tantearme la espalda, encontré que no llevaba ninguna mochila.<br /><br /><br />Buscando en mi espalda encontré mi remera, y debajo de ella, una especie de protuberancia en mi piel.<br /><br />Metí la mano bajo la ropa, y empecé a darme cuenta de que mi espalda estaba tomada por una especie de pústula, parte de mi propio cuerpo.<br /><br />Mi padre me miraba, quieto y distante, desde la pared blanca, y detrás el horizonte de la llanura, cuando conseguí sacarme una de estas pústulas, como quien se quita una astilla de bajo la piel, pero no era una astilla, tampoco.<br /><br />Era una especie de huevo negro mate, del tamaño de una berenjena, y supe que tenía toda la espalda tomada de ellas.<br /><br />Me ví momentáneamente desde fuera de mi cuerpo, y ví cómo bajo mi remera se abultaban decenas de huevos negros en el dorso de mi cuerpo, como un pedazo de carne tomado por larvas.<br /><br />Mezcla de asco, horror y necesidad, empecé a quitarme, pesadamente, todos los que pude, bajo la mirada de mi padre, constantemente opaca y desviada, estúpida y sonriente.<br /><br />Llegué a quitar todas las que estaban al alcance de mis manos, pero había demasiadas todavía a las que no llegaba.<br /><br />“Llamá a tu guía”, me dijo Alicia.<br /><br />Vino mi guía y comenzó, con la punta de un cuchillo largo, a cortarme la piel y extirpar esos huevos de larva de mi espalda.<br /><br />El frío me tomó, pero sabía que no tenía otro camino.<br /><br />El trabajo fue largo, eterno, y cuando terminó con mi espalda, siguió con el reverso de mis piernas.<br /><br />Ambos sabíamos que él no puede curar las cicatrices de su cuchillo.<br /><br />Cerca del final, sentí que alguna de esas larvas tenía una especie de raíz conectada a mi abdomen, sentí ciertos tirones en el bajo vientre cerca de la pelvis que se fueron concentrando en mis intestinos, y de mi ano empezó a salir una anguila negra, larga, fría, que quedó en el piso, viva pero inerte, retorciéndose débilmente.<br /><br />Finalmente, llenamos grandes y numerosas bolsas de larvas arrancadas de mi, y se las devolví a mi padre, diciéndole “esto es tuyo, no mío”. En algún lugar estaba la anguila también.<br /><br />Mi padre sonrió una vez más con los ojos turbios, como si tuviera en su mano la carta final de despertarse en su cama y desvanecerme, y se fue a mi orden silenciosa, tras la pared.<br />“Ahora andá por tu camino”, dijo Alicia.<br /><br />Dí media vuelta y caminé una cantidad de pasos que no recuerdo, algunos cientos de metros y encontré una veta de roca dorada, con algo que vi de reojo y no pude determinar si eran pepitas de oro o granos de maíz. Ambas ideas me parecieron auspiciosas, y Alicia me llamó de vuelta a la pared blanca. Debía enfrentar ahora a mi madre.<br /><br /><br /><br />Su mirada era más alegre y cristalina que la de mi padre, pero tampoco la enfocaba en mi.<br />No sé qué verán mis padres cuando me miran, pero está claro que en el fondo de mi conciencia, no creo que sea a mi realmente.<br /><br />“Tanteate la espalda”, me dijo Alicia y, sorprendido, encontré una mochila pequeñita.<br /><br />La reconocí de inmediato: era una mochila de cuero que mi madre usó bastante, chiquitita y de correas finitas, también de cuero.<br /><br />“Quitátela y dásela”.<br /><br />Al comenzar a quitármela me volvió a sorprender su liviandad, pero en seguida descubrí otra cosa: sus correas no rodeaban mis hombros. Entraban en ellos. Giraban y comenzaban a dar vueltas y enroscarse dentro de mi pecho.<br /><br />La carga de mi madre también estaba dentro de mi cuerpo.<br /><br />Tirando salían de mi, pero eran metros y más metros.<br /><br />Al terminar la sesión, Alicia me diría “estabas involucrado”, y “mientras lo contabas, vi un pulpo muerto”.<br /><br /><br /><br />Tuve que llamar a mi guía de vuelta, que se hizo cargo de la tarea mientras yo me limitaba a sorprenderme a medida que las cintas corrían dentro mío, saliendo, y evidenciaban su presencia en todo mi cuerpo.<br /><br />Sentí que mi pecho estaba lleno de ellas, y que al terminar de salir, desenvolvían mi corazón, apresado en bandas, en varias vueltas de correa.<br /><br />Que mi cerebro también estaba vendado, apretadamente envuelto, aislado de mis ojos y de todo.<br /><br />Supe que estábamos llegando al final cuando sentí las correas deslizarse por mis piernas y desocupar mis pies.<br /><br />No podía creer que sentía la presencia de mi madre en mis pies.<br /><br />Y el final se eternizó, porque de alguna manera, salieron un par de cientos de metros mas de cinta de mi espalda, a la altura del corazón, y de la cadera, por el sacro.<br /><br />Finalmente con José envolvimos todos esos cientos de metros de cintas y correas en bolsas, y se los devolví a su dueña.<br /><br />Chau, mamá.<br /><br />Un nuevo paseo refrescante, y enfrenté a mi hermano, cuya carga esta vez resultó ser, raramente, un carrito de minero lleno.<br /><br />De los tres, la mirada menos turbia fue la suya.<br /><br />Pese a saber terminado el ejercicio, me tomé unos minutos más frente a la pared blanca, ahora desierta, por primera vez solo.<br /><br />Sentía mi cuerpo imaginario liviano, compacto sin ser denso, definido, sólido. Fuerte sin pesadez.<br />Y totalmente propio.<br /><br />Recordaba la sensación de las correas saliendo de mis pies y me preguntaba adónde me llevarían ahora, que volvían a ser míos.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-36341464812989455192010-01-04T06:30:00.000-08:002010-01-14T07:20:25.129-08:00Más bases mínimas<div><p style="margin: 0pt; text-align: left;"><span style="font-family:Arial;"><span style="font-size:100%;"> </span></span></p><p style="margin: 0pt 0pt 0pt 36pt; text-align: left;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-family:Arial;"> <span style="font-style: italic;"></span></span></span></p><span style="font-size:100%;"><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >No sé... me embola escribir este tipo de cosas: me siento una especie de pedante que habla de lo que no sabe solamente para escucharse y ver si lo que piensa es consistente. Pero no he podido dejar de hacerlo, por un lado, y por otro son el contenido que considero mas importante de los relatos y experiencias que constituyen esta etapa del blog, así que no puedo dejar de ponerlo para dar sustento intelectual a lo que quiero contar. Una especie de machete teórico que supla la falta de talento narrativo, así como de interés por desarrollarlo.<br /><br /></span><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >Vale aclarar que todo lo que digo corre por mi cuenta, y que ninguna de estas afirmaciones está avalada por nadie: no por Alicia, no por Gurdjieff ni por Jung, mucho menos por el Mago.<br /><br />Acaso tal vez por mi Sombra.</span></span><br /><span style="font-style: italic;font-family:arial;" >Muaca muaca.</span><br /><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;">Tomamos las siguientes premisas:</span><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-weight: bold;">1-</span> Toda persona tiene una mente que es conciente de sí misma desde la que experimenta su vida.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">2-</span> La mente conciente de sí misma es una parte del total del aparato psíquico, y es una parte minoritaria: el resto del aparato psíquico, que también constituye y se interrelaciona con los contenidos de la mente conciente es mucho mayor, y permanece regularmente fuera de la visión de la mente conciente. Permanece, justamente, en la inconciencia.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">3- </span>Todo esto tiene raíz profunda y comprometida en la vida física: el sistema nervioso y endocrino son el punto bisagra fundamental, pero hay otros niveles, como las somatizaciones musculares y posturales que, desde lo emocional y actitudinal simbolizan, expresan y realimentan la vida psíquica, conciente e inconciente. Vida psíquica y física no son lo mismo, pero vienen juntas y estrechamente vinculadas.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">4-</span> Hay estructuras innatas, inmanentes al ser humano de las que todos nacemos dotados, que constituyen parte de los contenidos de la mente, conciente e inconciente.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">5-</span> Estas estructuras cumplen la función de “órganos” psíquicos, dando sustento a la vida psíquica en todas sus manifestaciones: el pensamiento racional, afectivo, analógico, creativo, etc., etc., así como a actos mas sencillos y básicos, como el de percibir e interpretar.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">6-</span> La mayor parte de ellas pertenecen a la mente inconciente. La mayor parte de la vida psíquica y sus ramificaciones: creatividad, percepción, emocionalidad, intelecto, ocurre en la parte inconciente de la mente.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">7-</span> Algunos de estos “órganos psíquicos” son reconocibles y al menos parcialmente descriptibles.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">8- </span>Hay elementos de tradiciones esotéricas, occidentales y orientales, y del sistema de análisis junguiano, que se pueden tomar como descripciones parciales pero útiles, aplicables en la práctica, de estos órganos psíquicos.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">9-</span> Las aplicaciones prácticas de estos elementos y sus contenidos van desde la manipulación hipnótica de habilidades hasta el autodesarrollo psicológico, psíquico y espiritual, entendiendo “autodesarrollo” como el cultivo y maduración de un creciente contacto entre la realidad subjetiva y la objetiva. Obviamente, postulamos que hay una realidad objetiva y que es deseable la mayor toma posible de contacto con ella.</span><br /><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;">Todo lo que se narra en este espacio toma como eje y único objetivo legítimo la búsqueda de esta toma de contacto y acercamiento de la subjetividad a la realidad objetiva.<br />Dado que la mayor parte de la vida psíquica se desarrolla en el inconciente, asumimos también que<br /><br /><span style="font-weight: bold;">10-</span> en el inconciente residen habilidades y poderes efectivos que la mente conciente no maneja.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Es tema de discusión dónde acaban estas habilidades y si tienen o no injerencia en la realidad objetiva, más allá de la conducta de la persona.<br />Pero con asumir que</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold;">11- </span>las aplicaciones prácticas de los elementos de esoterismo y junguianos pueden desarrollar un trabajo psicológico eficaz que puede introducir cambios en la conducta de la persona</span><br /><span style="font-family:arial;"><br />ya tenemos mas que suficiente a los propósitos de este blog.</span><br /><span style="font-family:arial;"><br /><br />Vistas las generalidades, vamos a presentar algunos de los elementos que mas frecuentemente se van a encontrar en la lectura de este espacio.<br />Son figuras que aparecen tanto en el tratamiento de Alicia Valero, como en otras fuentes, a veces en ambas, a veces en una sola. </span><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El niño interno:</span> representa al menos dos cosas simultáneas.<br />En análisis transaccional hay un concepto base que indica que las diferentes edades y etapas de la vida no se pierden al sucederse, sino que se acumulan como las capas de una cebolla.<br />Esto implica que en algún espacio psíquico, uno sigue siendo todo aquello que fue: un niño, un adolescente, un joven, y así.<br />Un hombre de sesenta años sigue pensando y sintiendo, en algún lugar de su ser, como un niño o adolescente, y mas precisamente aún, como el niño o adolescente que fue.<br />Mejor dicho: como el niño y el adolescente que fue, e incluso como las diferentes facetas importantes del niño que fue y de todo niño genérico (niño sumiso y niño rebelde son las categorías mas usadas en transaccional).<br /><br />Estas diferentes facciones y mentalidades siguen vigentes toda la vida, cada una con sus perspectivas de la vida y sus propios objetivos.<br />Una persona sana, en términos de análisis transaccional, es aquella que consigue, justamente, una transacción adecuada entre las partes.<br />En transaccional se postula que esto se logra gracias a la mediación de la figura más adulta, que busca aceptar, integrar y satisfacer a todas las demás, pidiendo, por ejemplo, al niño rebelde que se modere, al niño sumiso que se exprese, etc.<br /><br />Una de las acepciones del niño interno, entonces, es exactamente esa: una etapa histórica del individuo que permanece vigente.<br />Desde ese espacio mental, el individuo vive todo exactamente como un niño: las necesidades y deseos se viven sin filtro.<br /><br />La otra acepción es que el niño interno es la primera línea de cada hexagrama del I Ching, que representa la naturaleza más íntima del asunto en cuestión, en este caso la persona*.<br />Asumimos que cada persona tiene, merced de una combinación de factores genéticos, históricos, psicológicos, culturales, etc., un perfil propio y único.<br />El niño interno es la expresión simbólica de ese perfil.<br />Es la naturaleza más íntima y el perfil único del individuo. </span><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La sombra:</span> esta es la única figura que reconozco como enteramente junguiana en el trabajo de Ali, pero mis lecturas junguianas son pocas.<br />La sombra representa todo aquello de uno mismo que uno no quiere saber que es.<br />Entra en esto tanto lo que rechazamos por nuestro perfil individual, como aquello que nos es culturalmente señalado como tabú.<br />Todo tabú tiene aparentemente relación con alguna necesidad fisiológica que se resuelve, como todas, mediante lo social: esto incluye desde la deposición hasta el sexo. Pero algunas cosas, diferentes según cada cultura e incluso según cada familia, entran dentro del campo de lo socialmente presentable o quedan fuera de el, debiendo ser realizadas fuera de la vista pública, y muchas veces con el mismo sujeto desviando la mirada.<br /><br />Los ejemplos de sexo y deposiciones son los más claros, pero la sombra personal puede contener muchísimos y extremadamente variados elementos, desde miedo a la violencia propia y ajena hasta deseos frívolos, incestuosos, y un largo etcétera.<br />Dado que son partes propias del individuo, por más que éste no quiera saber ni que existen, no puede librarse de ellas.<br />El conflicto se resuelve con el mismo concepto de tabú: no hace falta erradicar el elemento tabú. Alcanza con mantenerlo fuera de la vista.<br />Si no se niega su existencia, sino que se la reconoce con amabilidad y se acepta que permanezca cerca pero fuera del ámbito de la conciencia, este espacio se integra alegremente a la vida cotidiana del individuo.<br />Dado que sus contenidos suelen tener base biológica, la buena relación con esta parte del ser libera mucha presión y energía, y otorga mucha fuerza a la persona. </span><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El Guía o Yo Interior:</span> es un caso delicado.<br />Esta figura reside normalmente por entero en el inconciente. La bibliografía sobre figuras similares parece ser abundante.</span><br /><span style="font-family:arial;">Castaneda nombra la figura del “testigo”: una parte de uno que permanentemente sabe exactamente lo que uno está haciendo y dónde está uno parado, aún cuando uno mismo no pueda verlo o no lo quiera admitir.<br />Stephen Mace y Crowley parecen considerar la figura del “santo ángel guardián” como aquella que tiene toda la información objetiva sobre todo lo que concierne al individuo y su circunstancia.<br />Lo identifico con una interpretación de la carta de El Mago, en tarot.<br />Parece ser la quinta línea de I Ching, el “gran hombre”.<br />También se lo asocia, según quien, a la actividad del séptimo chakra.<br />Esto se relaciona con el I Ching en que en ambos casos se adjudica al Yo Interior comunicación con una fuente de sentido objetiva y exterior a la persona.<br />Las especulaciones sobre qué es esta fuente de sentido objetiva y exterior apuntan a cosas tan dispares como el campo morfogenético, el inconciente colectivo, Dios, la sexta línea del I Ching y la simple realidad objetiva, interpretada por la misma figura del YS.<br />Dentro del sistema de Alicia, el Yo Interior es, además, la versión evolucionada del Niño Interno.<br /><br />Más allá de la cantidad de habilidades y conocimientos que se le atribuyen, posee también todas las características del yo externo: la impaciencia o morosidad que lo caractericen a uno, sus virtudes y defectos.<br />Parece ser, pero no corroboré esto con lecturas propias, que Gurdjieff indica que el Yo interior se construye y evoluciona a sí mismo a través del diálogo con el yo ordinario y la realidad cotidiana.<br /><br />Dentro del sistema de Alicia, el objetivo primordial es establecer la comunicación más límpida posible con esta figura porque, sea que tiene el machete que le pasa dios, o que simplemente se ubica en una especie de mirador o atalaya metafísico (recordemos que se lo llama también "yo superior" o <span style="font-style: italic;">higher self</span>) , posee información importante e imprescindible para la vida cotidiana.<br /><br />La comunicación con esta figura se logra por el silencio interno, al que se llega paulatinamente a través de la limpieza del ruido que ejercen los traumas y vicios mentales por un lado, y del ejercicio práctico de intentarlo, por otro.<br /><br />El hecho de que el Yo Interior, en la concepción de Alicia no tenga acceso a la figura, de “la computadora”, implica lo que aparentemente dice Gurdjieff: el Yo Interior necesita, para tener una influencia armoniosa en la vida de la persona, tener contacto relativamente fluído con la mente conciente o yo externo.<br /><br /></span><span style="font-family:arial;">El establecimiento de una adecuada relación entre estas tres figuras y otras que aún permanecen menos claras para mí, constituye la renovación de los personajes de la galería y la reprogramación de la computadora, <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">previamente reseñadas</a>.<br /><br />Aparentemente, logrado cierto silencio y limpieza interiores, e incluso desde antes y como parte del proceso de limpieza, el Yo Interior provee los contenidos ideales para la reprogramación, que acceden entonces a la computadora con el concurso y permiso de la mente conciente.<br /><br />El sentido de todo esto, repetimos nuevamente, es alinear a la persona con lo central de su personalidad y proveerla de un equilibrio psíquico que le brinde autonomía en la satisfacción de sus necesidades, o la capacidad de desarrollarla.</span><br /><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;">Además de estas tres figuras, en mi propia experiencia aparecen y son relevantes también las figuras materna y paterna y todo tipo de simbolismos fálicos y vaginales. He presenciado además repetidas apariciones de diversas cartas de tarot.<br />En la práctica de sofrología, esto puede explicarse sin necesidad de recurrir a la idea de que tengan existencia objetiva en el inconsciente colectivo, aunque sea la que yo abono, sino que puede simplemente ser parte de mi bagage personal adquirido.<br />La práctica del mazo viviente (todos los artículos al respecto, <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/search/label/Tarot%20Humano">acá</a>), sin embargo, parece indicar que si tienen existencia propia, aunque es prematuro afirmarlo.<br />También es regular durante las sesiones de sofrología la manifestación visual de símbolos de rei ki, y de contenidos aparentemente vinculados a la función específica de cada símbolo, aunque eso también está en observación.<br />De llegar alguna vez a corroborarlo, esto indicaría que los símbolos de rei ki también tienen existencia propia, objetiva e independiente, y que son parte del repertorio de estructuras innatas y órganos psíquicos propuesto más arriba.</span><br /><span style="font-family:arial;">Es permanente también la aparición de símbolos mucho mas heterodoxos y de significación más puntual y misteriosa o poco evidente. Iremos ejemplificando con el correr de las transcripciones de sesiones y eventos relacionados.</span><br /><br /><br /><span style="font-family:arial;">Una última premisa, que <span style="font-weight: bold;">NO</span> asumimos en este espacio, pero que es tema permanente de discusión en el ambiente así que merece exponerse, es la de que estas estructuras psíquicas inmanentes tienen no solo existencia objetiva, sino también injerencia y poder objetivo sobre la realidad <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">externa</span> al individuo, a la manera que plantea el hexagrama 31, el Influjo: “relaciones efectivas y objetivas con la realidad”, que pueden afectarla de manera sutil.<br /><br />No me atrevería a postular eso, ni me parece necesario: alcanza con aceptar la existencia de las figuras nombradas (el niño interno, la sombra, la computadora, la galería de personajes y el yo interior) y la corrección de sus atribuciones más modestas para dar por sentada su importancia y capacidad efectiva de contribuir a la vida cotidiana de manera mucho mas efectiva y contundente que una u otra fantasía acerca de “las fuerzas sutiles”.<br /><br /><br />*<span style="font-size:78%;">en una charla con Alicia posterior a la publicación de este post, ella desestimó totalmente esta idea. Yo la voy a mantener hasta que encuentre una mejor con la que reemplazarla, o termine de entender su planteo de que la primer línea son "los ancestros, lo genético, las tribus de los antepasados". Sabe dios de qué habla, la puta que la parió.</span><br /></span><p style="margin: 0pt; text-align: left;"><span style="font-family:Arial;"><span style="font-size:100%;"></span></span></p></div>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-36360894296160462752009-12-22T05:08:00.000-08:002010-03-03T07:30:37.091-08:00Experiencia cercana a Live Li.<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=13MOUCS1">acá</a>.</span><br /><br /><br /><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:100%;" > <span style="font-size:130%;">Una de las modificaciones que trajo el tiempo <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/12/bases-minimas.html">al método de Ali</a> fue la inclusión regular de símbolos de rei ki.</span></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Al muy poco tiempo de empezar, Ali me pasó un par de ellos para usar en mi práctica de tarot o cuando quisiera. El primero fue el “Live Li”, que tomé como una especie de sello de protección contra lo que fuera que sean las “energías negativas”. Entendí que producía una especie de rechazo magnético sobre esta categoría vaga de cosas que podemos llamar “mala onda”.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Más tarde, me enteraría de que en realidad su función no es “rechazar” malas ondas, sino “devorar energías negativas”.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Remarco: las </span><span style="text-decoration: none;font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><i>devora</i></span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Me acostumbré a usarlo, un poco por supersticioso y un poco más por su sencillez: uno dibuja con un dedo en el aire o en una superficie un símbolo muy rudimentario, consistente en un triángulo, apoyado sobre un arco, y dentro del arco una punta de flecha hacia arriba.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Si un cartel en la ruta pudiera avisar “a 100 metros, medusas de mar gigantes”, probablemente usara este signo para representarlas.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Creo que en caso de visualizarlo, el manual indica que debe ser de color rojo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Se aposta en cualquier lugar que uno quiera “proteger”.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Casi dos años después de que me pasara este símbolo, llega la modificación antedicha, y Alicia empieza a usar los signos regularmente en las sesiones.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > El modo de aplicación es a través de una especie de “mazo de símbolos de rei ki “ que le confeccionó de motu propio otra paciente, dibujando cada símbolo por separado sobre un cartón de unos 10 x 20 centímetros.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Deja este mazo cerca y, apenas completa la relajación guiada, antes de empezar las visualizaciones, toma alguna de las “cartas” al azar, y dibuja este símbolo sobre el paciente.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Habitualmente, las visualizaciones guardan mucha consistencia con la razón de ser de cada símbolo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Claro, esto lo sabe uno cuando sale de la relajación, abre los ojos y ve cuál símbolo se le aplicó. Se hace así por varios motivos, y uno muy expreso es evitar la contaminación de ideas que puede ocurrir cuando la persona conoce el símbolo que se le aplica.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > En cierta época, había yo retomado la práctica de artes marciales. Como tenía ganas de “bajar a tierra” y salir de lo teórico de algunas como el kung fu, capoeira, etc., empecé con una disciplina mixta que incluye formas de contacto (impacto) pleno, junto con proyecciones, llaves, y lucha grecorromana o jiu jitsu.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > En estas me fue muy útil el background de mi tempranísima (y brevísima) práctica de Ju Do, donde aprendí la importancia de mantener el cuerpo pegado al del contrincante para paralizarlo, aplastando con el propio pecho las iniciativas de movimiento del otro.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Todo lo que practiqué hasta ahora de jiu jitsu incluye mucho de esta cercanía, como si uno quisiera “planchar” al otro con el propio cuerpo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Para esa misma época, ya habia tenido una gran cantidad de experiencias con Alicia, incluyendo al menos una (que recuerde ahora) muerte, mía, visualizada y un par de vivencias de “sacarme cosas de adentro” de extraordinaria crudeza visual y emocional.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Pese a lo doloroso de estas experiencias (visualizaciones), se mostraron siempre necesarias en el momento, y provechosas al corto plazo. Así que, mal que mal, mis propias reticencias a “cortar por lo sano” iban desapareciendo con la práctica.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > En esta sesión en particular, todavía había grandes resistencias de ciertos aspectos míos que preocupaban a Ali, que por algún motivo los llamaba mi “fijación con lo siniestro”.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Lo de “por algún motivo” es un chiste. Sé bastante bien lo que había en mi mente y corazón por esa época, y era siniestro.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Parte de eso será motivo de otro artículo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Lo que importa ahora es que el devenir de esta sesión estuvo lleno de vaivenes, retorcimientos y sensaciones permanentes de estar evitando algo, hasta que de repente la imagen se transformó absolutamente, y me encontré mirando de frente el fondo de un charco poco profundo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > El lecho era marrón, el agua transparente, y hacia mi cercanía había una especie de barrera de negrura.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Al rato de presenciar esa imagen (la percepción del tiempo es a veces diferente durante una visualización) me doy cuenta de tres cosas: uno, no era un charco, sino algun</span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >a especie de agua más profunda.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Dos: yo era ese paisaje: el agua, el lecho y la barrera de negrura, todo era yo.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Tres: no estaba solo. Había alguien más en el fondo del lecho.</span></p><p style="margin: 0pt;"><br /></p><p style="margin: 0pt;"><br /></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Nos estuvimos mirando un rato frente a frente, él desde el fondo del lecho y yo desde afuera.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > No tenía casi nada de humano, excepto un algo en la mirada. Sus ojos eran dos manchas negras como gotas de tinta en una protuberancia en el lomo, que perfectamente podría haber tenido un cerebro rudimentario, quizás algo más que reptiloide. Brillaba en esa mirada una inteligencia no humana pero con propósito, con intención definida y tenaz.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > No pude dilucidar cuál, y eso me producía cierta ansiedad.</span></p><p style="margin: 0pt;"><br /><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Era una especie de manta raya de color perla lechoso, con dos aletas tubulares como tentáculos o bigotes y una cola partida.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Me miraba con esa percepción a la vez nítida y limitada que le adivinaba, y tanteaba la barrera de oscuridad que, </span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >de alguna manera, separaba ese lecho de arroyo que era yo, de otra parte de mí, que permanecía fuera de mi vista.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Sentí rechazo y antipatía por todo: por esa figura babosa que me tanteaba, por mi propia oscuridad, por el intento de este bicho inhumano de entrar y por el mío propio de mantenerlo fuera de no entendía bien qué espacio mío.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Se lo comento a Ali y ejecuto algo así como un parpadeo mental, que el bicho aprovechó plenamente: cuando vuelvo a fijar la atención en él, se había de alguna manera colado a través de la barrera de oscuridad y estaba exactamente en frente mío.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Se me arrojó encima de la misma forma en que yo había reaprendido a arrojarme sobre mis contrarios: sin darme ninguna oportunidad de nada y envolviéndome con su cuerpo, eliminando toda distancia y dominando la situación antes de que pudiera yo reaccionar de ninguna forma.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Literalmente, me puso una plancha de jiu jitsu.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><br /><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Tras lo cual, comenzó a fundirse conmigo: atravesó mi piel rápidamente y empezó un proceso, mucho más lento, de filtrarse a través de mis huesos, especialmente mi cráneo, esternón y costillas.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Con el conocimiento de la práctica, supe simultáneamente que no tenía manera de defenderme, y que estaba bien que no la tuviera.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Una parte mía, desde el fondo de mis huesos, gritaba, sabiendo que iba a morir. Y otra parte mía suspiraba resignada, sabiendo que si algo de mí moría en este lugar, en esta circunstancia, es porque así debía ser. Mayores porciones mías habían muerto ya, en el ejercicio terrible de transformación que es la terapia para los muy necesitados.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Los ojos del pez todavía me miraban decididos, inexpresivos, a la cara, mientras seguía hundiéndose en mi pecho y matando algo de mí.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Agotado, salí del trance de visualización y Ali se manifestó muy contenta con el trabajo de ese día.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Tras más de dos años de lucha me dijo con claridad que, por primera vez, ya no estaba preocupada por mi fijación con lo siniestr</span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >o: este día habíamos hecho lo decisivo para que no volviera a ser un problema nunca más. Me mostró el símbolo que me había aplicado al comienzo de la sesión.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Estaba, clarísima, la cabeza triangular de una manta raya, las aletas, la cola partida.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Desde entonces, la naturaleza de mis visualizaciones dió un vuelco radical, del que ya hablaré.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" >Y ahora, cada vez que planto el live li, en vez de sentirme colgando un cartelito, siento que invoco un temible, muy temible perro guardián, y lo imagino serpenteando por las superficies protegidas, manteniendo limpio el lugar, cazando, predando.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > Devorando.</span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqp8FcRNtXnZP79YXmbPdfUrzE_NaMmnwWyeSSsqGce1kQ4IoXKCkqpgWzler-vzPzWTZzcL4rcGq7IeBtI7OVy5j6j-M4EZaqn6Rrijq7juV5TlRT9kH9ikUeA-RsQMY7dGgm1OAgceg/s1600-h/liveli.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 257px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqp8FcRNtXnZP79YXmbPdfUrzE_NaMmnwWyeSSsqGce1kQ4IoXKCkqpgWzler-vzPzWTZzcL4rcGq7IeBtI7OVy5j6j-M4EZaqn6Rrijq7juV5TlRT9kH9ikUeA-RsQMY7dGgm1OAgceg/s320/liveli.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418048713010191154" border="0" /></a></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style="font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" > </span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><p style="margin: 0pt;"><span style=";font-family:'Times New Roman';font-size:130%;" ><br /></span></p><br /><p style="margin: 0pt;"><span style="font-family:'Times New Roman';"><span style="font-size:100%;"><br /></span></span></p>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-81227405646372679812009-12-10T15:58:00.000-08:002010-01-14T07:21:33.247-08:00Bases mínimas<div><i> En este texto se presentan unos cuantos hechos y otras cuantas ideas que sirven de base para lo que sigue en el futuro. Es bastante extenso, si...</i></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Parte fundamental de mi camino por lo irracional, intuitivo, arquetípico, emocional, existencial, en la búsqueda de orden que comencé como terapia, es la compañía perseverante de Alicia Valero, mi terapeuta desde diciembre de 2006.</div><div>Su método de trabajo es una variante de sofrología con base taoista y orientación junguiana que poco a poco empecé a desentrañar, llevado por mi tendencia a desarmar todos los relojes.</div><div>Complicó mi afán explorador el que Ali esté en permanente evolución por lo que en buena medida la terapia que estoy haciendo ahora no tiene exactamente los mismos métodos ni objetivos que la terapia que hacíamos al comienzo. </div><div><br /></div><div>No me quejo: es cada vez más fascinante, anche desconcertante. </div><div><br /></div><div>Desde el comienzo, una sesión regular se desarrollaba de la siguiente manera: un poco de charla sobre la semana, la vida, las sensaciones, etc.</div><div>Hubo un tiempo en que estas charlas fueron disminuyendo y reaparecieron al consolidarse la amistad entre ella y yo: en términos generales, Alicia siempre pareció considerar estas charlas más un placer personal que una necesidad del trabajo.</div><div><br /></div><div>Inmediatamente pasábamos a una relajación guiada (“tus pies pesan, todo tu cuerpo pesa”, etc., etc.), y alguna visualización de transición: una escalera o un tobogán son las más comunes. </div><div><br /></div><div>Hace muchos años, en base a experiencias espontáneas y orientado a los intereses del momento, escribí un artículo titulado <a href="http://www.igooh.com/notas/masaje-y-psicodelia/">“masaje y psicodelia”</a>, donde describía un eje imaginario que va desde el estado de vigilia total hasta el de sueño profundo, y tiene un correlato con el estado físico. </div><div>Básicamente indicaba que, a mayor relajación, mayor presencia de la actividad onírica, sin necesariamente suprimir la vigilia de la mente conciente. </div><div>Esto significa que, llegado cierto nivel de relajación, uno puede presenciar en su estado mental, una actividad muy similar a la que tiene cuando está soñando.</div><div><br /></div><div>Grosso modo, uno puede presenciar, despierto, sus sueños. No es exactamente esto, pero la idea va por ahí. </div><div>El trabajo con Alicia empieza en ese estado de conciencia, en cada sesión.</div><div><br /></div><div>Cuando uno está en este estado umbral entre la vigilia y el sueño, la actividad mental comparte las características de la actividad onírica, y pueden aflorar contenidos del subconciente, de la misma manera en que afloran en los sueños: simbólicamente. </div><div>Pero en estas condiciones, el contenido emergente no se olvida, y el simbolismo puede ser incorporado a la mente conciente, dando lugar a un proceso de re elaboración.</div><div><br /></div><div>Habitualmente estos contenidos emergen a la conciencia en forma de metáforas visuales: uno “ve” imágenes, del mismo modo que “ve” los sueños con los ojos cerrados. </div><div>Estas “visiones”, comúnmente llamadas “visualizaciones” tienen una importante carga simbólica, por lo que pueden traer asociadas emociones e ideas. </div><div>A veces, la experiencia es muy intensa: tan intensa que, aunque uno no la confunda con la realidad, su contenido emocional lo arrastra de igual manera y uno llora la tristeza de la imagen, combate su violencia o disfruta su alegría.</div><div><br /></div><div>Meses después, me iría enterando por mi cuenta de que el famoso “método de control mental Silva”, así como muchas prácticas de magia tradicional, occidental y oriental, tienen lugar en un estado de conciencia similar.</div><div>La diferencia importante radica en que, regularmente, el control mental o la magia buscan llegar a ese estado de conciencia umbral entre la vigilia y el inconciente para mandar de modo unilateral, “órdenes” al sub e inconciente, generando de este modo una “programación” que ponga los poderes del inconciente al servicio de la voluntad, o el capricho, del practicante o mago.</div><div><br /></div><div>Esta práctica parte de dos premisas: uno, la de que el inconciente tiene mayores poderes que la mente conciente. Si estos poderes mayores son puramente perceptivos, o tienen también capacidad de afectar objetivamente los hechos, es tema de debate en el mismo ambiente, y no es necesario dilucidarlo ahora. Para continuar con el tema del artículo, daremos esta premisa por cierta.</div><div><br /></div><div>La segunda premisa es que el inconciente está inactivo, a menos que le ordenemos algo. </div><div><br /></div><div>Si esta premisa es errónea, como creo, este tipo de prácticas implican el grave peligro de atosigar al inconciente personal de tareas caprichosamente asignadas por lo que la persona considere importante en cada momento, sea conseguir dinero sin trabajar, sexo sin intimidad o la generación de una habilidad tal vez innecesaria. </div><div>Los ejemplos, lamentablemente, son muy corrientes: la gente tiende a usar este tipo de prácticas para tratar de saltarse pasos en la evolución natural de las cosas. </div><div>Estas tareas impuestas pueden entorpecer tareas más legítimas del sub e inconciente, complicando la vida del practicante.</div><div><br /></div><div>En el sistema de Alicia, en cambio, en vez de enviar órdenes al subconciente uno se acerca al punto de umbral y se queda callado, permitiendo que se expresen los contenidos inconcientes. Por algún bug de diseño en el ser humano, los contenidos erróneos del sub e inconciente no pueden ser elaborados in situ, sino que necesitan pasar primero por la conciencia, comprenda ésta su simbolismo o no. </div><div>Una vez vistos, comienza el proceso de re elaboración, llevado a cabo mayormente por el inconciente. </div><div>Esta es una de sus tareas “legítimas”: promover una formulación de equilibrio en el sistema psíquico que sea óptima para la realización de las necesidades particulares de cada persona, en cada etapa de su vida. </div><div><br /></div><div>Para terminar de sentar las bases del material que constituirá los próximos artículos explícitamente y con el menor espacio a ambigüedades, es necesario todavía presentar algunos conceptos más.</div><div><br /></div><div>Desde la perspectiva junguiana, hasta donde alcanzo a entender, la mente se puede dividir grosso modo en:</div><div><br /></div><div>-mente conciente (individual), donde reside la noción de ego que experimentamos y desde la que nos relacionamos con el mundo cotidianamente. Asumo que, por más que parezca ser la parte que controla la conducta, y mayormente lo sea, en general casi todos sus contenidos están pre determinados por el juego entre las demás partes.</div><div><br /></div><div>-mente inconciente colectiva, donde residen las matrices que hacen posible el pensamiento, los símbolos primigenios para interpretar las vivencias que devengan, llamados en general “arquetipos”. Estos símbolos primarios son extremadamente complejos, variables, posiblemente indefinibles y universales: todos los seres humanos tenemos el mismo repertorio, pero el individuo no “usa” los arquetipos de modo “puro” en principio, sino que genera sus propias versiones de cada arquetipo en base a su experiencia vital. Asumimos la premisa de que sin estas matrices simbólicas, la interpretación del mundo y la experiencia no sería posible.</div><div>Dado que todos tenemos los mismos contenidos arquetipales, las diferencias entre el contenido psíquico de una y otra persona se encuentran entonces en la:</div><div><br /></div><div>-mente inconciente individual, donde residen las variantes personales de los arquetipos que la experiencia histórica y vital del individuo forja. En este espacio se produce lo que doy en llamar “reprogramación”.</div><div><br /></div><div>- mente subconciente (individual): un espacio membrana o pasillo entre la conciencia y los inconcientes “colectivo” e “individual”.</div><div><br /></div><div>Entiendo que los modelos arquetípicos sanos permiten una interpretación y respuesta adecuada a los vaivenes de la vida, y que un modelo individual deficiente merma la capacidad de respuesta a la vida, y la calidad de la misma consecuentemente.</div><div><br /></div><div>El trabajo de Alicia consiste en permitir el flujo adecuado de contenidos entre las partes descriptas, para que el sistema u organismo psíquico del paciente pueda evaluar el estado del inconciente personal y tomar del colectivo lo necesario para “reparar” lo que considere necesario.</div><div> El resultado es un cambio radical en los marcos cognitivos del paciente: la manera misma en que ve y encara la vida.</div><div>Idealmente, al terminar el tratamiento la actitud del paciente se basa en patrones de pensamiento más cercanos a los arquetípicamente puros.</div><div><br /></div><div>Hay dos herramientas clave que logré distinguir en el sistema de Alicia que el sub e inconciente usan para cumplir su tarea: la “computadora” y “la galería de personajes”.</div><div><br /></div><div><br /></div><div>La “computadora” no reside en la conciencia regular ni en el inconciente colectivo, sino en el espacio intermedio del subconsciente e inconciente personal, y tiene manejo de un campo amplio de cosas: las respuestas conscientes, inconscientes, voluntarias e involuntarias de la persona y de su organismo, porque así se asegura la mayor eficacia en su función, que es la de minimizar la energía y tiempo dedicados a calcular y evaluar situaciones, para optimizar la capacidad de respuesta.</div><div><br /></div><div>La mente conciente tiene una especie de “arreglo” con la computadora, tal que le delega la responsabilidad de dar respuesta a un montón de cosas, para estar ella misma libre de atender a otras.<br />Como ocurre regularmente este fenómenos parece ser: el individuo enfrenta un problema. Lo resuelve con el concurso de todo el sistema psíquico, incluídas sus mentes conciente e inconciente. Sintetiza una respuesta adecuada por si el problema vuelve a presentarse. Delega la aplicación de esta respuesta a la computadora. Cada parte con sus asuntos.<br />La respuesta es siempre correcta y la mejor para las condiciones del momento.</div><div><br /><br /></div><div>Y aquí llegamos a la potencial fuente de problemas: la realidad verdadera, inmediata, no es asunto de la computadora: para eso están la mente conciente y otros mecanismos ubicados en el inconciente.</div><div>O sea que si las condiciones cambian, la computadora sola no se entera, y sigue repitiendo las respuestas programadas a cada estímulo.</div><div><br /></div><div>Pero siempre, en algún momento, las condiciones cambian, y hay que modificar la programación.<br /><br /></div><div>Parte fundamental de la programación se gestiona a través de la “galería de personajes”, que parece ser un conjunto de símbolos complejos que sirven de marco cognitivo macro, definiendo todo lo que uno cree y espera del mundo.</div><div> Pareciera ser la formulación que el individuo hace de cada arquetipo en base a sus experiencias vitales.</div><div>Aquí reside, por ejemplo la imagen femenina y masculina básica, o cómo la persona cree que es/son la masculinidad y femineidad, y por tanto los hombres y mujeres, y por tanto la relación entre los sexos y géneros, y con ello una buena porción de sus ideas acerca de cómo debe una persona comportarse en sociedad, qué objetivos tener en general, etc.</div><div>La galería puede tener contenidos erróneos, cuya reparación o reemplazo es parte necesaria de la reprogramación y curación del paciente.</div><div><br /></div><div>La galería de personajes, al igual que la computadora, aparentemente reside en el inconciente personal, y su reformulación se logra a través del contacto con el inconciente colectivo, del cual el organismo extrae las imágenes arquetípicas con las cuales (más la suma de nuevas experiencias de la vida cotidiana, discriminadas a tal fin) reconstruye la psique, confeccionando mejores imágenes para la galería.</div><div>Si uno tuvo una madre poco afectuosa, por ejemplo, parte del trabajo es recuperar del inconciente colectivo el arquetipo “madre generosa” y reconstruir la imagen materna del inconciente personal, con lo cual todas las atribuciones asociadas a la madre (la sensación de contención, de generosidad, la sensualidad y otras muchas) se benefician de esta reparación, y la sensación subjetiva de la persona hacia un montón de aspectos de la vida, cambia de manera concomitante.</div><div>Es muy importante esta idea de que la mayor parte de la mente inconciente trabaja de modo metafórico, porque es lo que permite que todas las analogías derivadas de un concepto central actúen o se expresen en los marcos cognitivos.</div><div><br /></div><div> Por poner otro ejemplo: una mala relación con el padre puede hacer que el sujeto no conforme un buen ejemplo individual del arquetipo masculino. Que en su galería, el personaje “papá = hombre”, no complete bien algunas de las características del arquetipo. Esto, eventualmente, puede traer al sujeto problemas en cualquiera de las áreas derivadas: desde su sexualidad hasta su relación con la autoridad o con la capacidad asertiva.</div><div><br /></div><div>Además de las figuras evidentes recién planteadas (papá y mamá), hay otro conjunto, de dimensiones que no conozco, de arquetipos y figuras, no tan claramente asignables a lo cotidiano, pero igualmente significativos, según mi experiencia. </div><div><br /></div><div>Algunas de las figuras de la galería pueden ser activamente usadas para el trabajo de reconstrucción: durante el primer año, Alicia trajo a colación diferentes figuras para usar durante las visualizaciones, incluída la de mi “guía”: una persona, ente o figura a la que recurrir cuando me encuentro muy desorientado. Hago un poco de hincapié en ella, porque fue muy recurrente durante bastante tiempo, y la van a ver aparecer varias veces en los textos próximos.</div><div><br /></div><div>Tuve varios problemas con esta figura, fundamentalmente por la desconfianza de mi parte hacia cualquier figura con estas connotaciones.</div><div>Tuve que reformularla varias veces para acomodarme a ella, y algunas veces mi guía fue una versión de la carta del Ermitaño, otras fue una bola informe de energía robada de la historieta “Kamandi”, después el sol mismo y, durante un largo período, un gaucho con marcadas características indias llamado José.</div><div><br /></div><div>Al momento de escribir, mi guía suele ser una mezcla de apariencias entre un pilar de luz en el que se entreve una figura humana, y una versión “aria” de mi mismo, más alta y armónica en general.</div><div><br /></div><div>Otras figuras recurrentes en el trabajo son las de mi Niño Interno en versiones de diferentes edades, mi Sombra interna, padre y madre.</div><div>Durante una visualización regular, la aparición de estas figuras tiene las características de un sueño o una realidad virtual, en la que “veo” permanentemente una figura con la que me identifico en primera persona: me “veo” a mí mismo circulando por el escenario que surja en cada visualización. Y “veo” a estas figuras, e interactúo con ellas. Creo que en términos generales el que aparece como “yo”, la figura con la que me identifico en la visualización, es una representación de mi conciencia regular, de vigilia, o el “ego” conciente, y todas las demás figuras son porciones de mi sub e inconciente.</div><div>Correspondientemente, en la visualización estas figuras tienen independencia de mi (del yo visualizado que representa a la porción conciente de mi mente), y de hecho muchas veces estamos en conflicto. El objetivo general de la terapia es lograr la conciliación entre estas figuras/partes de mi psique y la conciencia.</div><div><br /></div><div>A partir de cierto momento en el desarrollo propio de Alicia como terapeuta, ha ocurrido espontáneamente que símbolos de rei ki actuaran de modo parecido a algunas de estas figuras.</div><div>De las interacciones que desarrollo durante las visualizaciones con estas figuras, se deriva gradualmente la reprogramación de la computadora, permitiendo que nuevos marcos cognitivos y patrones de conducta sustituyan los conflictivos que me trajeron en primer lugar a terapia.</div><div>De ahora en más, iré posteando las transcripciones de algunas sesiones para ilustrar estos conceptos. Las sesiones que dé mi pudor para reproducir, o las que recuerde de manera adecuada para narrar, o las que tengan contenidos pasibles de ser vertidos en palabras.</div><div><br /></div><div>Nos estamos viendo.</div><div><br /></div>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-60563181507192720742009-11-27T14:20:00.000-08:002009-12-08T06:00:04.114-08:00Inauguramos la existencia del periodismo psiconáutico: declaración de intenciones - antecedentes personales.<p style="margin: 14pt 0pt;"> <span style="font-size:100%;">Ouspenky dice que los seres humanos tenemos cuatro “cerebros” o centros de procesamiento de diferentes áreas o actividades: el intelectual, el emocional, el motor y el instintivo.</span><br /><span style="font-size:100%;">Dice también que cada uno es treinta mil veces más rápido que el anterior, o sea que los procesos de un centro son imperceptibles para el que le sigue.</span><br /><span style="font-size:100%;">Y dice que el intelectual es el más lento de todos.</span> </p> <p style="margin: 14pt 0pt;"> Toda mi vida estuve particularmente interesado en un tipo de experiencias que llamo "existencialistas", por basarse en la pregunta exacta de qué es la vida y la existencia. No las preguntas de cuál es su sentido o para qué estamos, sino lo previo a ellas: el "qué es esto?".</p><p style="margin: 14pt 0pt;">Estas preguntas me llevaron a estudiar antropología y psicología por un lado, y a tener una variedad de experiencias, desde drogas hasta formas de meditación, por otro. Mi gusto por la práctica deportiva o cierta sensualidad de mi carácter implican que tienda a relacionar mucho todo lo perceptual a nivel psíquico e intelectual con lo sensorial, lo material y todo lo vinculado al cuerpo.</p><p style="margin: 14pt 0pt;">Todo lo psíquico para mi está enraizado o involucrado con lo físico, no obstante lo cual mi aproximación a las cosas fue racionalista durante muchísimos años, en general desde una actitud que intenta demandar a la realidad que tenga una coherencia aprehensible para el intelecto, so pena de no creer en ella.</p><p style="margin: 14pt 0pt;"> Este tipo de actitudes se paga en los hechos, claro.<br /></p><p style="margin: 14pt 0pt;"> </p> <p style="margin: 14pt 0pt;"> Tras una larga vida de excesos, desde el primero de noviembre de 2006 soy portador de hiv. Esto determinó que me volcara fuertemente a la terapia introspectiva y la reformulación de vastas porciones de mi psique en busca de un equilibrio menos autodestructivo, lo que me llevó a retomar este tipo de interrogantes, ya no desde una perspectiva tan intelectual como lo fuera al principio, sino desde una serie de técnicas que permiten el abordaje de la cuestión existencial desde espacios no racionales. Puede parecer exagerado o fuera de escala, pero no.<br /></p><p style="margin: 14pt 0pt;">Estos espacios no racionales demostraron una tangibilidad sorprendente, así como una gran consistencia y aparente coherencia.</p><p style="margin: 14pt 0pt;">Lo más destacable es que esta tangibilidad, contrariamente a la creencia general (o al menos a la que yo sostenía), determina que las experiencias que titulo "místicas" sean, más allá de la incertidumbre de todo existencialismo, tan claras y contundentes como las experiencias cotidianas: repetidas veces vienen cargadas de sensación, sentimiento, ideas, simbolismos fuertemente significativos y relaciones muchas veces inexplicables pero evidentes con el resto de mi vida y contexto.</p><p style="margin: 14pt 0pt;">La práctica de tarot y meditación se volvieron partes normales de mi vida, la reflexión sobre los arquetipos y la variedad de la experiencia vital también, sirviendo de vehículo a un montón de experiencias y anécdotas.</p><p style="margin: 14pt 0pt;">Estas experiencias son, repito, <i>contundentes</i>. Independientemente de lo subjetivo y extra cotidiano de su naturaleza son vivencias absolutamente concretas y contienen una gran fuerza vinculada al desarrollo de mi cotidianeidad. En este sentido, a veces pueden parecer hasta prosaicas de interpretar, o al revés, una poetización espontánea de algo absolutamente corriente.<br /></p><p style="margin: 14pt 0pt;"> Durante<span style="font-size:100%;"> casi tres años, </span><span style="font-size:100%;">me concentré en un eje temático que aglutinaba los temas sensaciones (físicas) en el pecho - elaboración de la enfermedad de mi padre - relación con ambos padres - maduración personal - elaboración del cáncer y muerte de mi primo - elaboración de mi propio hiv, y produje un buen montón de páginas de reflexiones.</span><br /><span style="font-size:100%;">Todo ese tiempo, entiendo hoy, mi parte intelectual estuvo supliendo deficiencias generales del total de mi ser, lo que me llevó a intentar elaborar todo desde esa misma área (la intelectual).</span><br /><span style="font-size:100%;">Esto me permitió, dado que lo intelectual y la palabra están íntimamente vinculados, dejar registro escrito del proceso de elaboración de estas cosas.</span><br /><span style="font-size:100%;">Pero en cierto momento se hizo evidente que, si debía pararme a pensar las cosas lo suficiente para describirlas/escribirlas, debía también detener la marcha de las cosas mismas.</span></p><p style="margin: 14pt 0pt;"><span style="font-size:100%;"></span> Escribir y pensar es más lento que vivir.<br /><span style="font-size:100%;"><br /></span></p><p style="margin: 14pt 0pt;"><span style="font-size:100%;">Me acompañaba constantemente un sentimiento de espera, de estar incompleto y eternamente esperando la señal para comenzar mi vida.</span><br /><span style="font-size:100%;">Llegó el día en que decidí soltar lastre y perder la oportunidad de documentar este proceso, esperando ganar a cambio la posibilidad de terminarlo o, por lo menos, aligerarlo y atravesar más rápido las etapas dolorosas del mismo.</span></p><p style="margin: 14pt 0pt;"> Fue un momento clave en la continuación de mi paso del racionalismo al empirismo o fenomenología, y la aventura del autodesarrollo.<br /></p><p style="margin: 14pt 0pt;"> <span style="font-size:100%;">Los temas que atravesé desde que dejé de escribir hasta ahora tuvieron que ver con la sexualidad, el miedo, el enojo hacia mis padres y familia, con la aceptación del presente y con la capacidad de sentir y de entregarme al sentimiento y al discurrir de la vida.</span></p><p style="margin: 14pt 0pt;"><span style="font-size:100%;"> Los contenidos de la arcania se demostraron </span><span style="font-size:100%;"> muchas veces</span><span style="font-size:100%;"> útiles a tal fin, y muchas veces más, vinculados más allá de la posibilidad de "usarlos" concientemente como herramientas. Son parte del paisaje en el camino de transformación que vengo recorriendo, a veces imponentes y dramáticos, a veces lejanos, a veces incomprensibles pero claramente presentes.<br /></span></p><p style="margin: 14pt 0pt;"><span style="font-size:100%;">Hoy, encuentro interés en retomar el ejercicio de describir y reflejar emis experiencias desde la palabra escrita.<br /></span></p><p style="margin: 14pt 0pt;">Las páginas que vengan en el futuro, son el intento de compartir la vivencia, la reflexión, y el interrogante. La intención final es alcanzar aseveraciones intrinsecamente objetivas, y pasibles de intersubjetividad. Del tipo que alcanza coherencia y resonancia en los "cuatro cerebros" al mismo tiempo.<br /></p><p style="margin: 14pt 0pt;">Algunas cosas de las que cuente ya están cerradas y permiten sacar una conclusión. Aconsejo, como todo existencialista, evitarlo.</p><p style="margin: 14pt 0pt;"> Otras están en pleno proceso así que al terminar la lectura espero que se queden con una sensación de que "esto no cierra...".</p><p style="margin: 14pt 0pt;"> Como me pasa a mí.<br /></p>Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-79805367696464285542009-11-12T10:13:00.000-08:002010-03-03T07:32:00.200-08:00Sexta sesión de mazo viviente – autoconsulta, segunda parte, y el trabajo que sí salió bueno.<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=YJSB9TB0">acá</a>.</span><br /><br /><br />Hace unos seis meses, aproximadamente, realicé un trabajo con el mazo viviente, buscando modificar un aspecto caprichoso y tiránico de mi naturaleza, que sentía con mucha claridad que me impedía ejercer el “fluir con la vida”.<br /><br /> Este aspecto de mi naturaleza es el que intenta permanente que la vida se adapte a una agenda, a una planificación intelectual cuyo peor problema es que no sólo es totalmente rígida, sino que es muy rápida y sencilla de hacer: puedo armar una agenda para todo el año en cinco minutos, y pasarme luego el resto del año sufriendo por las discordancias entre las acciones planificadas y las necesidades reales.<br /><br /><br /><br />La opción para intentar solucionar esto fue ambiciosa: en el curso de tres años de terapia con Alicia Valero y de varios estudios autodidactas sobre psicología junguiana, magia occidental, i ching y tarot, me fui familiarizando lentamente con la figura del “yo interior” o superior.<br />Esta figura vendría a ser algo así como el “testigo” de Castaneda: una porción del subconsciente que tiene el total de la información objetiva sobre la situación que una persona vive, permanentemente.<br /><br /> En teoría, uno puede, a través del adecuado trabajo de limpieza y modelado de sí mismo, comunicar con esta figura para conocer el mejor camino de acción en cada momento.<br />Esta comunicación, como se vincula al contacto con la realidad objetiva, obviamente, implica una agilidad mental bien distinta de la planificación rígida.<br /><br /> Y, por otro lado, si la teoría es correcta, el Inner Self es una porción de la psique con mucha más capacidad para determinar el curso idóneo de acción que la mente conciente regular.<br /> Así que convendría que la mente conciente regular se corra del lugar de capitanear la vida del total de la persona, y se ponga en el lugar de, en términos del I Ching, “funcionaria del príncipe”, con respecto al Inner Self.<br /><br /> Uní esta especulación teórica a las otras que sustentan la práctica del mazo viviente: las ideas de que los Arcanos Mayores del mazo Rider son descripciones fidedignas o al menos útiles de aspectos objetivos de la psique, y la de que las sensaciones que experimentan los representantes reflejan verdaderamente estados psíquicos de la persona representada, junto a la de que las interacciones entre los representantes revierten sobre la psiquis del consultante (persona representada).<br /><br /> El total de todas estas ideas implica que, a través del mazo viviente se puede lograr un modelado psíquico que me podría ayudar, en este caso, a deponer mi actitud rígidamente controladora y volverme más sensible a las directivas de mi Inner Self.<br /><br /><br /><br /> Al realizar este trabajo, la configuración final resultó en el relevamiento de la figura del Emperador de su rol director, siendo reemplazado por La Fuerza. Dado que en el momento del trabajo, la manifestación del arcano La Fuerza se asemejaba enteramente a la noción de “energia vital”, la interpretación fue de que sería mucho mas acertado, fluído y en consonancia con la vida que el rol director lo ocupara esta figura que el Emperador, cuya rígida voluntad de dominio y mando asocio a la característica que justamente quería modificar.<br />Pasé unos meses en incertidumbre hasta sentir, paulatinamente, que el trabajo sí había sido realizado y que mi actitud preconciente verdaderamente había cambiado. En este tipo de cosas, se nota fácilmente cuando la actitud preconciente cambia, por la disminución en el stress general. Las respuestas impensadas a los acontecimientos cotidianos son claras, y claramente diferentes de las previas.<br /><br /> Es definitivamente cierto que estoy en términos generales más relajado y “sueltito”.<br /><br /><br /><br /> Me pareció en cierto momento adecuado profundizar el trabajo, y convoqué a los amigos y experimentadores de siempre más algunos nuevos, para que me ayudaran.<br /><br /> La intención era trabajar mi sensibilidad a los mandatos del Inner Self, y al mismo tiempo tratar de volver la personalidad cotidiana más capaz, transparente e íntegra para su servicio.<br /><br /><br /><br /> Probablemente fuera muy ambicioso, porque no entendí nada de lo que ocurrió, y todavía estoy recopilando testimonios de los participantes para ver si se me cae una idea.<br /> Lo realmente notable, es que apenas empezamos se me fueron absolutamente todas las ganas de trabajar, y no conseguí volver a juntar un mínimo hasta la tercer consulta.<br /><br /> Al comenzar mi propia consulta, que fue la primera, pensé muy seriamente si decirle a las 16 personas allí presentes “gracias por venir, pero adiós”.<br /> Por un mínimo de especulación a futuro, para mantener la credibilidad ante ellos (y porque uno de los presentes es mi primo, en cuya casa estoy viviendo ahora), elegí continuar como pude.<br /> Se realizaron ese día cuatro consultas, incluída la mía, que no voy a contar ahora, y probablemente nunca, al menos hasta que me haga una idea narrable de ella.<br /> La segunda y tercera tienen cada una sus detalles, pero la que realmente me gustó por varios motivos, incluído su potencial (o facilidad) narrativo, es la cuarta y última.<br /><br /> Que probablemente sea la última de veras, porque no parece que volvamos a realizar sesiones con el mazo. Y tiene cierta belleza, porque fue la consulta de Marie, quien fuera también la primer persona (del universo!) en utilizar el potencial del mazo.<br /><br /><br /><br /> La dinámica del mazo viviente es idéntica a la de Constelaciones Familiares o Terapia Gestáltica: una persona (el consultante) elige a otras (representantes) para que cubran el rol de cartas en su consulta.<br /> Dispone a las personas que elige según una representación tridimensional levemente adaptada de la tirada tradicional de tarot llamada la Cruz Celta.<br /> En esta disposición, la primer persona se coloca en el centro del espacio, lugar que representa en sí mismo a “La consulta” o tema de trabajo en sí. El representante elige a ciegas de un set de 22, un accesorio consistente en una cadenita que va al cuello y sostiene una tablita en la cual está pegada uno de los 22 arcanos mayores, y se lo cuelga al cuello.<br /> El consultante lo coloca en su lugar y, manteniendo contacto físico con el representante, se concentra en la figura del arcano durante unos segundos. A partir de allí, el representante es imbuído de sensaciones referentes al estado del aspecto psíquico representado por el arcano, para esa consulta, en esa posición particular.<br /><br /> Hemos encontrado consistencia en las sensaciones que produce cada carta en diferentes consultas, así que parece haber un patrón de identidad regular que definiría cada carta, verdaderamente, como poseedora de existencia objetiva y de un perfil de sensaciones propio.<br />Falta corroborar si esta consistencia se repite según los consultantes, lo que indicaría un perfil de la carta <span style="font-style: italic;">para esa persona</span>, o si es independiente de ellos, lo que indicaría una existencia objetiva y <span style="font-style: italic;">universal</span>.<br /><br /><br /><br /> Las siguientes posiciones del núcleo de la tirada son “Lo que cubre”, fuerza que influye directamente sobre “La consulta”; “Lo que cruza”, posición que originalmente pensamos que sería el obstáculo entre “La consulta” y la posición de “Lo que está por encima” (que representa el mejor curso de acción posible dadas las circunstancias), pero que regularmente termina siendo más bien puente unas veces, o una especie de membrana que mantiene al mismo tiempo conectados pero delimitados diferentes órganos psíquicos que actúan de esa manera en conjunto pero sin perder identidad.<br /><br /> Las restantes posiciones son “Lo que está por encima”, por debajo, detrás y delante de “La consulta”, señalando como dijimos, el mejor curso de acción posible dadas las circunstancias, la posición desde la que el consultante está trabajando o viviendo el asunto, el aspecto de la persona o situación que motoriza la consulta o trabajo, y el objetivo o futuro probable, respectivamente.<br />En cada posición va un representante, con su respectiva carta o lamen colgando.<br /><br /><br /><br /> Mariela quería trabajar un aspecto específico de su vida romántica y, en términos más amplios, afectivos: cierta intolerancia a la ambigüedad y a las medias tintas irresueltas, que la terminaba llevando a un “todo o nada” que, en este momento, le resultaba insatisfactorio y violento como resolución.<br /><br /><br /> Eligió entre los presentes y quedaron:<br /> en la posición de La Consulta, Emanuel con Los Enamorados.<br /> en la posición de Lo que Cubre, Carla, con La Torre.<br /> en la posición de Lo que Cruza, Keki con La Templanza.<br /> en la posición de Lo que está por Encima, Martín con El Loco.<br /> Lo que está por Detrás era Jime, con El Carro.<br /> Lo que está por Debajo era Ale, con La Fuerza.<br /><br /><br /> Hasta acá, la lectura parecía simple y auspiciosa: la pujanza y el deseo de conquistar la vida de Marie (representados por el Carro con Jime) empujaban un trabajo referente a su maduración sexual y afectiva (Ema, Los Amantes). Esta maduración estaba atravesando una etapa de crecimiento brusco y fuerte (La Torre) cuyas nuevas necesidades chocaban con las viejas prácticas, y la mejor actitud al respecto parecia ser la falta de intención y el goce del presente (representados por Martín, en Lo que está por Encima, con El Loco).<br /><br /> No se me ocurrió manera de que La Templanza cruzando entre La Consulta y Lo que está por Encima fuera otra cosa más que una ayuda (de hecho, posiblemente la mejor posible, dado el tema de consulta), y que Lo que está por Debajo fuera La Fuerza me pareció, también, maravillosamente auspicioso: la vitalidad misma dando apoyo a un proceso madurativo es como... lo más correcto posible, el verdadero orden natural de las cosas, pensé.<br /><br /> El único problema, y que se reveló como un hueso duro de roer, fue la última posición, Lo que está por Delante, a donde fue a parar José con el Lamen de El Ermitaño.<br /><br /> El chequeo de sensaciones entre los participantes (acercarnos Tati y yo, los coordinadores, a cada persona y preguntar “¿cómo te sentís?”) indicó una sensación general de fuerza y malestar conjuntos, hasta llegar a José.<br /><br /> Su gesto facial se había vuelto sutil pero notoriamente triste y desvencijado, una impresión de autoconmiseración y resignación que fue exactamente lo que dijo sentir.<br /><br /> Un gesto de Jime me hizo preguntarle qué le hacía sentir escuchar a José decir eso, y su respuesta “me enoja escucharlo”.<br /><br /> Parecía totalmente lógico: el empuje del Carro desde Lo qu eestá Detrás caía en línea recta en el agujero depresivo que creaba en la posición de Lo que está Delante esa actitud del Ermitaño, y le resultaba inaceptable.<br /><br /> Varias figuras más manifestaron su desagrado ante el sentir de José.<br /> Su respuesta, invariablemente, era “si, tienen razón, pero ¿qué le voy a hacer? Esto es lo que siento”, junto con una actitud, a veces explícita, de “y si no les gusta a mí que me importa”. La impresión de fondo era una larga costumbre de ser rechazado por sentirse mal, y una resignación absoluta a ese bucle, a ese círculo vicioso de depresión – rechazo – soledad – desprecio adaptativo por los demás – más soledad consecuente – más depresión consecuente.<br /><br /><br /> El único que se sentía bien permanentemente – al principio - era Alejandro, consistentemente con manifestaciones pasadas de La Fuerza. De la misma forma, varios representantes dijeron sentir que Ale “estaba con todos ellos” o “los acompañaba a todos”. Esta sensación era compartida por él.<br /><br /><br /> Todos se sentían muy bien, también, con Martín como El Loco, así que propuse acercarlo a El Ermitaño, con la esperanza de que la cercanía produjera un pasaje de “carga positiva” por así decir y, o El Ermitaño se sintiera mejor, o los demás lo miraran con mejores ojos.<br />Pero pasaba el rato y no esto no ocurría. De hecho, todos manifestaban sentir una clarísima separación, como si hubiera una frontera física, entre el total del sistema y José. En la medida en que Martín se aliaba con él, también quedaba excluido, pero a diferencia de José, los demás representantes querían sentirlo incluído en el sistema.<br /><br /> En algún momento pensé en excluir a José de la constelación, dado que era la única figura que se sentía mal, pero de alguna forma, no me parecía lícito. No sólo era Lo que estaba por Delante: también me resultaba instintivamente necesario incluírlo en el sistema, darle un lugar de contención.<br /> Probablemente esta necesidad estuviera incentivada por la sensación, que José también corroboró de modo explícito, de que su actitud se correspondía con la de un nene enfurruñado, y las opciones que nos deja esa actitud en el trato con un verdadero nene enfurruñado puesto a nuestro cuidado. Simplemente, no se la puede ni asentir, ni contradecir, ni ignorar: se la debe resolver de alguna manera que asegure la contención de ese niño.<br /><br /><br /> Resumidamente, los intentos de conciliación entre José y el resto del sistema fueron largos y difíciles, en cierto momento me sentí sin más herramientas disponibles, y era cierto: si no fuera por Tati, la cosa habría quedado irresuelta (ventajas de trabajar con una genia: recomiendo a cualquiera que se quiera mandar a investigar este tipo de boludeces que se consiga una, o va frito).<br /><br /> Algo que nos enteramos más tarde, fue que ese largo rato de intentos infructuosos, lo pago Ale sintiendo diversos dolores y manifestaciones de cansancio, irritabilidad y agotamiento.<br /> Síntomas todos que se disolvieron instantáneamente apenas Tati puso al Loco detrás de El Ermitaño, patronizándolo a la manera de Constelaciones Familiares, cosa que, si bien no logró que la sensación subjetiva de José variara, sí tuvo el efecto de que el resto del sistema, entero, sintiera más agrado ante su presencia.<br /> El siguiente movimiento que propuso Tati fue poner a Martín, desde esta posición patronizadora, como medio entre Los Enamorados y El Ermitaño.<br /> Es tan brillante que todavía me hace cosquillas: el niño interno aceptando afrontar la sensación de soledad como parte de un proceso de maduración afectiva es... es... es TAN lo mejor posible, que no se me hubiera ocurrido en un millón de años.<br /><br /><br /> Incluso José sintió la mejora de esta posición, y todos los demás representantes manifestaron ya no sentir más separación entre ellos y él. Seguía con el gesto melancólico, pero decía sentirse en general,menos triste.<br /> Pusimos a Keki con La Templanza enfrente, y a Ale detrás del Loco, formando una cruz. Keki manifestó sentir “una corriente, un flujo” entre ella y Ale que atravesaba a Martín, dando una sensación general de correción y esperanza. Al costado de esta cruz quedaban Los Enamorados y El Carro, alineados. Todo el sistema manifestó al mismo tiempo bienestar y sensación de algo aún irresuelto.<br /><br /> Pregunté a Carla, La Torre, si se sentiría honesta asegurándoles a todos que ella se ocuparía de terminar de disolver las reticencias, y dijo “es exactamente lo que estaba pensando: esta separación no puede durar, se va a ir sola”.<br /><br /><br /> Que el sistema acepte de buen grado lo que está en el futuro inmediato es siempre un logro sano. En este caso, era un logro de cierta tristeza, porque la maduración emocional implica reconocer y aceptar los momentos de soledad y el miedo a ella, pero lo considero tan totalmente necesario y eventualmente abridor de nuevas puertas, que parecía un cierre razonable.<br /><br /> Disolvimos la constelación e hicimos una resumida explicación de los movimientos vistos, en la cual hablé de cómo tras experiencias de mucho dolor algunas partes del sistema quedan tan dañadas, que su recuperación es tan difícil que probablemente no quieran saber más nada de nada, y quedan lastrando al resto del sistema. Y de cómo la interacción entre estas partes y el resto del sistema puede llegar a cotradicciones tan agudas y profundas, que se desarrollen a expensas de la fuerza vital del organismo, causando los síntomas que sufriera Ale hasta que la contradicción se resolvió.<br /><br /> Y de cómo, afortunadamente, en este caso el sistema estaba lo bastante íntegro, decidido y apoyado por la naturaleza del momento a dar el siguiente paso madurativo como para poder integrar a esta parte herida en su seno hasta que el tiempo y las experiencias concretas le permitan encontrar su lugar y estado verdadero.<br />Algo en todo eso me emocionó un poco y me sofoqué momentáneamente.<br /><br /> Luego, tras cuatro consultas seguidas en el sótano del centro Vitriol, agotados, disolvimos la reunión y retomamos cada uno nuestras vidas.<br /><br /> Me quedó cierta alegría por tres trabajos exitosos, frustración y confusión por el mío propio, muchísimo cansancio que pagaría en los días siguientes con una sensación aguda de nihilismo y pérdida absoluta de sentido, y la sospecha de que no vamos a volver a repetir sesiones de mazo viviente, nunca más.<br />Así que, a menos que encuentre o invente otras maneras de investigar vivencialmente la arcania, es posible que este blog haya llegado a su fin.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-7201292363962613512009-10-30T09:18:00.000-07:002009-10-30T09:26:10.648-07:00Sexta (o algo así) sesión del Mazo Viviente<div style="text-align: center;"><div style="text-align: left;">Para los que saben:<br /></div><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(51, 204, 0);">el</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">SABADO 31 DE OCTUBRE</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">a las</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">15:00 HORAS,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">en el Centro Esotérico VITRIOL,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">AV. RIVADAVIA 5283, LOCAL 28</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">realizamos una</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">SESION DE MAZO VIVIENTE,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">están invitados a participar,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">solamente tienen que confirmar con seguridad su presencia,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">por el tema del espacio,</span><br /><span style="color: rgb(51, 204, 0);">y ser puntuales,</span></span><br /><span style="font-size:85%;"><span style="color: rgb(51, 204, 0);">(por el tema de que si no, me enojo).</span></span><br /></div><br /><br /><br />Para los que no saben: con Tati venimos desarrollando desde el año pasado una forma de trabajo psíquico basada en elementos de terapia gestáltica, constelaciones familiares, y tarot.<br />Esta dinámica se aplica más fácil de lo que se explica pero, en términos de Bert Hellinger (el creador de terapia de constelaciones familiares) es exactamente asi:<br /><br /><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(51, 102, 255);"> "(constelaciones familiares)... es un método en el que personas ajenas son elegidas como representantes de miembros de una familia y luego ubicadas en el espacio en relación entre sí. Repentinamente esas personas sienten lo mismo que las personas verdaderas, sin que las conozcan. Es decir que existe un conocimiento que va mucho más allá de lo que consideramos comunicación común."</span></span><br /><br />Es bastante mágico, si.<br />En el mazo viviente se aplica la misma dinámica, levemente modificada: la persona que hace una consulta elige representantes, que también sienten repentinamente lo que siente la persona representada, pero en vez de hacerlo ocupando el rol de un familiar de esta persona, ocupan el rol de una carta de tarot.<br /><br />Esto nos permite trabajar sobre la perspectiva y sentimientos de la persona hacia el tema que consulta, de manera muy intensa y profunda.<br />Ya realizamos cuatro experiencias, esta va a ser la quinta.<br /><br />El encuentro es gratuito, yo mismo voy a usarlo para consultar/trabajar un tema personal.<br /><br />Si te interesa participar, para ver de qué se trata, para repetir la experiencia, para ayudarme a trabajar el tema de consulta o para consultar /trabajar temas tuyos, confirmá tu presencia en <a href="http://www.blogger.com/muduriaga@hotmail.com">muduriaga@hotmail.com</a> o al 15 61 70 79 44, para reservar el lugar.<br /><br />Acordate que el lugar es chico, por lo que es importante que las reservas se cumplan.<br /><br />Gracias desde ya,<br /><br />Rogelio.<br /><br />En un par de semanas, la transcripción de lo que pase mañana.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-59850623626047998602009-03-18T10:14:00.000-07:002010-03-03T07:33:23.146-08:00Autoconsulta al mazo viviente<span style="font-style:italic;"><br />Para descargar el pdf y leerte esto cómodamente en el baño, el bondi o la cama, hacé click <a href="http://www.megaupload.com/?d=9A3G1ENZ">acá</a>.</span><br /><br />Empecé como terminé: algo preocupado.<br /> Tras dos experiencias con Tati y el Mazo Viviente, habíamos determinado que efectivamente, algo ocurría, y algo bastante fuerte.<br /> Las experiencias en detalle hasta esa fecha serán objeto de otro texto, pero alcance con decir que representantes, representados y testigos teníamos certeza objetiva de haber experimentado durante las sesiones un flujo de sentimiento intenso, por momentos sobrecogedor.<br /><br /> Y habíamos decidido lanzarnos con Tati al mercado, haciendo sesiones aranceladas.<br /> Pero nos faltaba experiencia propia, y no teníamos donde buscarla: somos los únicos que hacemos esto.<br /> Así que sólo quedaba el camino de la autoconsulta.<br /><br /> Armamos para esto un encuentro con amigos, previsto para un sábado, y estuvimos un par de semanas preguntándonos qué consultar. Cuál sería la temática y la forma de aproximación más adecuada para tan inusual ocasión.<br /><br /> El lunes de la misma semana, en terapia, tengo una visualización donde me encuentro llenando con todo tipo de objetos una inmensa bolsa, demasiado grande para cargarla uno por todos lados, pensaría más tarde, y dándosela a mi “guía”.<br /> El desarrollo de la figura del guía fue uno de los puntos conflictivos en terapia. Alcance hoy con decir que terminé aceptando la idea, y que hoy considero al guía como un equivalente del Inner Self.<br /> Tras entregar a esta figura esa bolsa gigantesca, experimenté una sensación de vacío que ya conocía de otras sesiones, y tenía identificada con el efectivo abandono o liberación de estructuras psicológicas.<br /> La liberación siempre tiene, al principio, esta sensación de vacío.<br /> A esta altura, es casi un reflejo no intentar llenar ese vacío con nada, y esperar lo más equilibradamente posible a que se llene por sí mismo.<br /><br /> Pero esta vez, me dió una idea de qué consultar el sábado siguiente, y me pareció hasta adecuado remachar algo tan poco natural para mi, tan contrario a la dirección tradicional de mi vida.<br /> Así que decidí trabajar a través del mazo el profundizar la entrega de las riendas de mi vida a mi Inner Self, abandonar el intento del controlar el devenir desde la mente conciente.<br /><br /> Tenía dos o tres motivos para estar asustado.<br /> Uno era el tema en sí mismo, con la eterna preocupación de que “si no me ocupo yo-mente-conciente de mis cosas, ¿entonces quién?”. Prefigurar semejante acción en mi subconciente, como creo que efectivamente trabaja el mazo viviente, era todavía una acción contraria a mis reflejos adquiridos.<br /> Otra era la posibilidad de error: sería la tercera vez que coordinara este tipo de trabajo, y lo hacía justamente para obtener experiencia. Era totalmente posible cometer errores tontos, por inexperiencia.<br /> Y no hay ninguna clase de manual para esto: me toca a mí escribirlo, probablemente.<br /> Finalmente, lo que más me preocupaba era que la posibilidad de error se veía acentuada por un factor que no sabía cómo jugaría: la somatización inmediata de los representantes y su posible reflujo sobre mi.<br /><br /> La idea base, recordemos, es que por un mecanismo aún desconocido e inexplicado, pero ampliamente experimentado en terapia gestáltica y de constelaciones familiares, una persona puede pedir a otra que represente una parte de un sistema propio: en gestáltica se suele pedir a varias personas que representen diferentes órganos de una misma persona (estómago e hígado, pulmones y riñón, por ejemplo) que es el sujeto que “trabaja” en términos terapéuticos. En constelaciones familiares el sujeto pide a los otros que representen figuras de su historia familiar (padre, madre, o roles más abstractos como “la violencia en mi familia”). En esta dinámica una persona, el “consultante” pide a otros que representen las cartas de tarot (sólo Arcanos Mayores del Mazo Rider) que saldrían en una hipotética lectura de cartas.<br /> Más detalles, <a href="http://proyectotctallerexperimental.blogspot.com/2009/02/constelaciones-de-tarot-descripcion-de.html">acá</a>.<br /> Regularmente, las personas que representan experimentan sensación y emoción vinculadas a la historia de la persona que consulta. Y, de alguna manera, por este mecanismo inexplicado, esto revierte a largo, corto y nulo plazo, sobre el consultante, permitiendo teóricamente que la evolución y armonización de las relaciones que se manifestaran entre las cartas, se reproduzca en el consultante.<br /> Lo que me asustaba era lo de “nulo plazo”.<br /><br /> En una de las experiencias previas Marcela, consultante, contó al terminar que, mientras se efectuaban los movimientos de las figuras dentro de la constelación de cartas, ella experimentó sensaciones fuertes de cambios de temperatura y contracturas súbitas, tan dolorosas que llegaron a hacerla temer un desgarro en el hombro.<br /> Santiago, representante, manifestó mareo, pérdida de orientación y reducción de la lucidez.<br /> Varios otros representantes tuvieron taquicardia y sensaciones de ahogo, hasta que se consiguió en todos los casos, mejorar la relación entre las cartas representadas y la sensación general se alivió.<br /><br /> “Si llego a experimentar algo así en el momento de tener que tomar una decisión, es bien posible que no lo haga bien”, me planteaba.<br /> “Y si además, entre el miedo al abandono y el miedo a la experiencia puntual que tengo, se proyecta esto sobre los representantes, es seguro que el sistema entero sienta miedo. Si eso revierte sobre mi, multiplicado por siete representantes... de rulos así están hechos los ataques de pánico”, pensaba y, si bien nunca fui propenso, en este caso me parecía un riesgo probable.<br /> Confio plenamente en Tati, pero la idea constantemente es copilotear, y alcanzaba, sin ir tan lejos como el ataque de pánico, con que experimentara un mareo ó pérdida de lucidez, para que mi capacidad de tomar decisiones adecuadas cayera a pique, y la dejara sola al mando.<br /><br /> Afortunadamente no ocurrió: debe haber alguna clase de válvula o circuito de seguridad que cerró el retorno de sensación, porque no sentí nada de lo que sintieron mis representantes.<br /> Ni siquiera cuando me equivoqué de la manera más tonta posible.<br /><br /> Dado que no confiaba en mí mismo para elegir representantes sin sesgo de intención, cerré los ojos mientras Tati los distribuía por el espacio. Luego recorrí a ojos cerrados, tomando a quienes me tropezaba y numerándolos.<br /><br /> Al abrir los ojos, resultó que Ceci, la persona que hubiera elegido para representarme en la lectura había sido la primera con que tropecé. De haberlo hecho a ojos abiertos probablemente habría pensado que estaba tratando de forzar las cosas y me hubiera obligado a elegir a otra.<br /> Al colocarla en su lugar, descubrí que la carta que se había colocado era El Mago, la figura que hoy día pienso que representa, dentro del mazo, al Inner Self.<br /> Me pareció un buen augurio.<br /> En la posición de “lo que influye directamente” estaba Merlina, con El Sacerdote. Asumí que simbolizaba directamente mi permanente hablar y hablar y explicar todo, incluso lo que no entiendo.<br /> Ceci se sentía bien pero un poco débil, y Merlina sentía la necesidad de protegerla.<br /> “Interesante” pensé, “pero bastante cercano a lo que quiero que deje de pasar”<br /> En la posición de “lo que cruza” estaba Analía como El Sol.<br /> En la posición de “el mejor curso de acción posible”, La Fuerza, representada por Viviana.<br /> Seguían pareciendo buenos augurios, aunque Viviana dijo sentirse “lejos”.<br /> <br /> En la posición de “lo que está detrás”, Luciano, con Los Enamorados, que manifestó en sus propias palabras “un regodeo perverso en que las demás cartas estén en conflicto”. Todavía le estoy buscando la vuelta para entenderlo, creo que apunta a mi relación con mi madre.<br /> Por delante, Iris con La Estrella, y una sensación de ahogo en la garganta, que mejoró durante la sesión pero no se fue.<br /> En la base, el lugar donde el consultante está parado, Marcela con El Emperador.<br /> “Absolutamente cierto”, pensé.”Y otra vez, exactamente lo que busco dejar de hacer”. Imperar.<br /> El Sol se sentía perfectamente bien, pero alejado de todos y sin conexión.<br /> “Los veo a todos como ahí abajo”, expresó.<br /><br /> Tras un rápido testeo de relaciones y estados, sugerimos a Ceci que planteara al Sacerdote “me vas a acompañar hasta que tu función se acabe”. Ambos estuvieron de acuerdo, aunque les dió cierta tristeza pensar en el fin y la separación.<br /> A Luciano, en cambio, le pedimos que le dijera “ya no tenés influencia sobre mi”.<br /> Luciano se sorprendió un segundo y dijo “mierda, es cierto”.<br /> Entre un movimiento y otro, fuimos acercando e integrando en la constelación a La Fuerza, que se sintió bien en todas las posiciones en que la pusimos, y cambiando al Sacerdote de lugar.<br /><br /> En cierto momento, más que nada por alejarlo del Mago para ir diluyendo su influencia, y sin querer ponerlo ni en el pasado ni en el futuro, lo pusimos al lado del Sol, teniendo yo en mente la vaga idea de que “se entretenga dando algo de estructura y discurso a la luz”. Al Sol no le molestó en absoluto. De hecho, no parecía posible que algo lo molestara: siempre que le preguntamos cómo se sentía, decia “bien”, y hacía un gesto con la mano que sugería una órbita tan acertada y justa que fuera inamovible por poder universal.<br /> Merlina se sintió en principio bien, e inmediatamente agregó “pero me apareció una sensación de contractura en los hombros, como un peso”.<br /> Lo asumí como el peso de su función actual, acentuado por el momento, y me concentré en la Fuerza.<br /><br /> Decidimos arriesgarnos al movimiento más ambicioso posible, que es mandar a la carta que aparezca en el lugar de “el mejor curso de acción posible”, a la base.<br /> En este caso a La Fuerza, el lugar del Emperador.<br /> Sonaba perfecto.<br /><br /> Al colocar a Liliana en la base e interrogarla acerca de su sentir, dijo con sorprendente claridad: “la palabra que me define es “soberania”: en cualquier lado que me pongan voy a estar bien. Yo estoy acá en todos lados, en todos ellos, los circulo y contengo a todos, estoy en todos. En cualquier lado estoy bien”.<br /> Algo shokeados por una declaración tan contundente, decidimos dejarla en compañía del Emperador, a ver qué tal se llevaban. Marcela manifestó cierto recelo y curiosidad simultáneos, pero se bancaba compartir el espacio.<br /><br /> Y en eso, de modo absolutamente imprevisto, Merlina rompió a llorar.<br /> Inconsolable.<br /><br /> Al preguntarle qué le pasaba, sólo podía decir “no sé, pero me siento muy mal”.<br /> Tati no tuvo mejor idea que mandarme a buscar karilinas. “Están sobre la cómoda”.<br /> “¿Justo yo?” le digo, pero si, no había otro que conociera la casa, así que fui.<br /> Al volver, ya Tati había separado un poco a Merlina, y para nueva sorpresa, Viviana dijo en voz alta y vibrante: “Yo sé lo que le pasa”.<br /><br /> Y explicó, en tono un poco de urgencia y un poco de reproche: “Ella (hablando del sexo de Merlina, ya que no de su carta), es un ser humano, una persona. El (señalando a Analía con la carta de El Sol), no”.<br /> “Pretender que se ponga a su altura, solamente intentar que se ponga al lado, es una exigencia que no puede cumplir, y la hace sufrir”.<br /> Me pareció tan cierto que no entendí porqué no lo habia visto antes, y me hizo aparecer en la mente una imagen: todas las cartas ahí, incluso las solares como El Emperador, estaban representando aspectos humanos. Cosa lógica, asumiendo que eran proyecciones de mi propio subconciente.<br /> Excepto la Fuerza, que estaba representando la porción de mi que corresponde a la fuerza vital más elemental y básica. Por eso estaba en todos los representantes, obviamente: porque está en todo mi ser. E incluso, dado que la fuerza vital, el chi, el prana, no es patrimonio mío sino de todo lo viviente, esta manifestación tenía características de ser no sólo proyección de algo mío, sino de algo más universal, algo que me trascendía de manera horizontal, saltando de mi a mis vecinos, y a todo lo que se pose sobre el mundo. Es, en este sentido de exceder en forma horizontal mis límites y atravesar y unificar la frontera de mi ser con la del resto de los seres viventes, extrahumana.<br /> Y esta naturaleza dual, de estar al mismo tiempo en cada uno y en todos los individuos, le permitía tener una doble perspectiva, acerca de lo humano y lo extrahumano, que le permitía ver con claridad lo sobre humano y su distancia, y el desacierto de intentar colocar al Sacerdote, mi pequeña capacidad de chamuyar, a la par del Sol...<br /> Devolvimos a Merlina a su lugar al lado del Mago, y se sintió mejor. Todos se sintieron mejor.<br /><br /> Excepto el Emperador que, tras una larga exposición a la Fuerza, y en base a las mismas ideas, supongo, en cierto momento dijo claramente, aunque muy turbado: “siento que no tengo ya más nada que hacer acá”. Así que lo pusimos mirando fuera del grupo para excluírlo del sistema, a lo cual todos, nuevamente, suspiraron aliviados y manifestaron sentirse mejor.<br /> Era un buen lugar y momento para terminar el trabajo, así que ahí quedamos.<br /> Al rato, me maravillaron dos cosas.<br /> Una era no haber sentido absolutamente nada, ni siquiera cuando Merlina se largó a llorar.<br /> La otra era entender, o creer que entiendo, perfectamente, de dónde y cómo salieron todos los factores humanos que participaron: mi tendencia a la imposición autoritaria y caprichosa, a la explicación y la demostración extrovertida de conocimiento, mi Inner Self, mi sexualidad inmadura y conflictiva, e incluso el extrahumano de La Fuerza, pero...<br /><br /> ... ¿qué hacía el Sol, en mi cabeza?.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-25676243324472501442009-03-18T09:15:00.000-07:002009-03-18T09:31:34.434-07:00Receso.Bueno, por falta de convocatoria, suspendemos el taller literario sobre tarot.<br /> Está en duda todavía si se posterga o se abandona, pero lo más seguro es que, por motivos de tiempo, salud, dinero y ganas, no hagamos nada este cuatrimestre, y probablemente tampoco el resto del año, así que este blog va a receso por tiempo indeterminado.<br /> Tal vez subamos cada tanto algunas transcripciones o relatos extraídos de las experiencias con el mazo viviente o cosas similares: siempre experiencias prácticas y concretas vinculadas al tarot y el cuerpo filosófico que lo acompaña y, en la medida de lo posible, todo lo que se pueda hacer con el mazo y no sea lectura de cartas, que para eso ya hay muchos espacios.<br /><br /> No sseguimos viendo, por acá o por allá.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2284226717181156171.post-28078534151915213292009-03-10T09:31:00.000-07:002009-03-10T09:32:17.901-07:00Taller Literario de Tarot - ultima semanaEl martes 17 de marzo (el próximo) arrancamos el taller literario de tarot, de 19 a 21 horas, en Olleros 3268, sede de la Academia Biosférica.<br /><br /> Los encuentros son una vez por semana, los días martes, durante cuatro meses en principio (hasta agosto).<br /><br /> La idea es, a través de ejercicios simples de combinatoria y análisis, ir conociendo los elementos básicos del mazo de tarot Rider y aprendiendo a combinarlos en la producción de significados, habilidad fundamental para la lectura de cartas y reflexión sobre ellas.<br /><br /> El costo es de $100 mensuales.<br /><br /> Interesados en participar, pueden inscribirse durante esta semana llamando al 4554 3451.Rogelio Ferreyrahttp://www.blogger.com/profile/10947680782516673008noreply@blogger.com0